Tal vez, en otra vida

Siete

Observo como el pequeño mono frente a mis ojos posa para la cámara. ¿Desde cuándo los animales son más fotogénicos que yo?

Rossie, todo es más fotogénico que tú, querida.

Ruedo los ojos y me concentro de nuevo en el animal. Jared saca más fotos y le da pequeños premios comestibles.

—Jar, se parece a ti— suelto conteniendo una carcajada. Él gira y me muestra su dedo medio para luego seguir fotografiando al animal.— Jaaar, quiero ver los pingüinos.

—Espera, Floffy quiere más fotos.

¿Qué?

—¿Quién rayos es Floffy?— frunzo el ceño. El mono hace un chillido y Jar aplaude y le da otro premio. Gruño al ver que Jared no dejará a Floffy en paz.— Iré yo sola a ver a los pingüinos.

Parto hacia el sur del lugar. El mono vuelve a chillar y ruedo los ojos.

(...)

—¡Corre, Ross!— me sobresalto al escuchar el grito de Jared. Comienzo a correr al ver que él lo hace.— ¡Rápido, al auto!

Llego al auto y trato de abrir la puerta, pero la adrenalina hace que mis manos tiemblen.— ¡Rayos, Jar! ¿Qué hiciste?

—¡Allá están!— escucho una voz grave y me giro asustada. Observo a cinco guardias de seguridad que vienen a toda velocidad.

Logro abrir la puerta y Jared entra soltando un bolso que, debo admitir que no lo tenía, hacia los puestos traseros. Enciende el auto y arranca a toda marcha.

—¡CIERREN LAS PUERTAS!— la voz grave resonó otra vez y trague saliva. Logramos salir del lugar y luego de unos minutos de carretera, paramos en una gasolinera.

Desabrocho el cinturón de seguridad y bajo azotando la puerta.

—¡Hey! ¿qué te sucede?— Jared baja del auto y lo fulmino con la mirada.

—¿Qué me sucede? ¡¿Qué te sucede a ti?!— exclamo abriendo mis brazos y dejándolos caer a mis costados.— ¡Nos persiguen unos guardias de seguridad y no sé por qué!

Él abre la boca para responder, pero un chillido proveniente del auto lo hace callar. Abro mis ojos asustada y él sonríe inocente.

—¿Sorpresa?