Diecinueve

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Debo estar loca por haber aceptado esto. ¡Demonios! ¿cómo pude aceptar?

—¿Lista, hermosa?— el chico instructor revisa mi casco y yo asiento con mi cabeza. Me regala una sonrisa y Jared lo aparta de un manotazo.

—Creo que ya la has revisado muchas veces, amigo.— el gruñido de mi mejor amigo me hace sentir un revoloteo en mi estómago. El chico suelta una pequeña risa y se ajusta su casco.

La novia de Jared, sí, su novia, la trajo, se engancha al brazo de mi mejor amigo y trata de sonreírme. Ruedo los ojos al ver lo falsa que se ve.

—¿Quién saltará primero?— se escucha la voz del piloto. Trago saliva y levanto mi mano. Antes de seguir viendo a la feliz pareja, prefiero morir.

Cierro mis ojos y salto del pequeño avión junto al instructor dejando escapar un grito.

Ah, lo olvidaba.

¿Recuerdan lo que Jared me estaba diciendo? Era hacer paracaidismo, y sí, acepté sin saber que vendría la chimpancé de dientes perfectos que tiene como novia.

Y si muero, lloren por mi desdichada vida.

Tal vez, en otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora