Lavo mis manos y gradúo el horno para girar me a terminar la salsa para el pollo.
—¡Máma, ya llegué!—escucho la voz de Camille y sonrío. Se escuchan sus livianos pasos y suelta los cuadernos sobre la barra.—Adivina, má.
—Cariño, ¿cómo estuvo tu día?—dejo un pequeño beso sobre su coronilla y ella me abraza.—, ¿buenas noticias?
—Mi día estuvo súper, saqué un sobresaliente en matemáticas.—dejo de prestar atención a los ingredientes y me giro orgullosa. Ella se sonroja y la abrazo.
—Felicidades, amor.
—Gracias, mami.—se lava las manos y se acomoda el cabello para ayudarme.—Oye, má. Anthony dará una fiesta por su cumpleaños, ¿puedo ir?
—Claro, cariño.—sonrío y le paso un tomate para que lo corte.—¿Los Wesley?
—Uju.
Terminamos la salsa y la sirvo junto al pollo. Cam me ayuda a colocar los platos y nos sentamos a comer.
—¿Visitaremos a mi abuela más tarde, má?
—Así es, tu tía Kels vendrá.—tomo un sorbo de la copa y ella asiente metiendo otro bocado de pollo a su boca.— Cariño, tu padre llamó para invitarte la otra semana a la fiesta anual de su empresa.
—¿De verdad, má?—sonríe emocionada, haciéndome sonreír. Ella toma de su jugo para luego señalarme con su tenedor.—Debes venir con nosotros, llamaré a papá más tarde, ¿vale?
—Eres tan terca.—suelto una carcajada y ella se une a mi risa.
(...)
Tocamos la puerta y esperamos a que abran. Cam me pidió que la acompañara hasta la puerta para presentarme a Anthony.
—Hola, Cam.—un chico de ojos verdes sonríe hacia mi hija y luego me mira y su sonrisa se borra.
—Thony, te presento a mamá.—ella sonríe y le tiendo mi mano al chico para que se relaje. Él sonríe.—Mamá, Anthony.
—Mucho gusto, Sra.
—El gusto es mío, Thony. Sólo dime Ross, por favor.—él asiente y yo río. En ese preciso momento se vuelve a abrir la puerta y sale un hombre de ojos verdes, un verde que yo conozco muy bien. Mi respiración se atasca en mis pulmones y sus facciones me demuestran que él está igual de sorprendido que yo.
—Papá, ellas son Cam y su mamá, la Sra. Ross.—Thony nos presenta y no hace falta que lo haga. Me tenso y el hombre frente a mi también.
—¿Jar?
—¿Ross?—decimos al mismo tiempo y nuestros hijos fruncen el ceño.
—¿Se conocen?—preguntan al unísono. Trago saliva y desvío la mirada. El revoloteo en mi corazón me hace sonreír. Digamos que algunas cosas no cambian, ¿no, corazón?
—Crecimos juntos.—explica Jared sin quitar su mirada de mi. Lo observo y nuevamente los viejos sentimientos revolotean en mi interior.—Chicos, vayan a disfrutar.
Ellos asienten un tanto confundidos para luego perderse dentro de la casa.
—Ross, ¿podemos hablar?
—Jared, debo irme.—lo miro y trato de ignorar sus hermosos ojos.—Me alegra haber podido verte luego de tantos años, hasta luego.
Me giro para caminar al auto y su mano toma mi antebrazo.—Ross, por favor.
—¿De qué quieres hablar, Jar?— lo miro sintiendo el nudo que crecía en mi garganta.—¿De cómo me enamoré de mi mejor amigo como una estúpida?
—¿Por qué nunca me lo dijiste?—su mirada recorrió mi rostro y yo me aparté de su agarre.
—¿Cómo le diría a la persona que vi crecer, que estaba completamente enamorada de él? ¿Cómo le confesaría eso?—suelto abriendo mis brazos. Jared sólo me observaba con dolor en su mirada.—Dime, Jar.
—Y-yo...
—No me entenderías.—susurro.—No lo harías.—retomo mi camino al auto cuando su voz me detiene nuevamente.
—¡Al menos hubiera tratado de entender!—explota con los ojos cristalizados, su voz se escucha tan débil que duele.— ¿Crees que fue fácil perderte? ¡Eras mi mejor amiga!
—¡Y lo seguiría siendo si me quedaba! ¡Pero no podía seguir a tu lado cuando tú no sentías lo mismo!
—Ross, traté de buscarte, pero tu sólo cortaste el contacto entre nosotros.—se acerca tomándome por los hombros como si yo fuera a desaparecer en cualquier momento, justo como hace quince años atrás.—Tus padres sólo decían que no sabían de ti, pero ellos mentían.
—Les pedí que te mintieran.—miré fijamente sus ojos. Él los cerró.—Quería que siguieras con tu vida, no quería estorbar. Era lo mejor para ti.
—¿Lo mejor para mi?—sonrió sarcástico y desvíe mi mirada.— ¡Te quería a ti! ¡También me gustabas pero era un imbécil que no podía decirlo!
—No hagas esto, Jar.—niego y me separo de sus manos. Las lágrimas no dejaban de bajar por mis mejillas.—Piensas que te gustaba, pero era sólo la impresión cuando te lo confese.
—No, Ross. Te digo la verdad.—sus ojos vagaron por el jardín a su lado y luego volvieron a mi.—Te quería, Ross. Y no como mi mejor amiga.
—No hagas esto.
—¿Hacer qué, Ross?—su expresión mostraba completo dolor y hacía que mi corazón se partiera.
—¡No digas que me querías! ¡No lo hagas porque aún te quiero como hace quince años!—su rostro se petrificó.
—¿Qué?—susurró y miré a la puerta de la casa. Nuestros hijos nos miraban estáticos y odié que hayan escuchado todo eso.
—¿Mamá?
—Cariño, vayan a la fiesta, por favor.—sonrío y Jared se gira hacia ellos. Lo miro y él asiente.—No pasa nada.
Ambos se miran y Anthony toma a Cam de la mano para llevarla adentro.
—¿Y el padre de Cam, Ross?—preguntó luego de unos segundos de silencio.
—Lo conocí en la universidad, no funcionó.— Jared se acerca y tensa su mandíbula.
—¿Te dejó?
—Ambos llegamos a un acuerdo por Cam, realmente no lo culpo. Sólo no funcionó.—me encojo de hombros.— ¿Tú esposa?
—Está dentro, atendiendo la fiesta.—señala hacia su casa y yo trato de sonreír. Al menos uno de los dos es feliz. Él me observa incómodo y lo entiendo, acabo de decirle que aún lo amo cuando su esposa está del otro lado de su casa.
—Lo siento, por todo esto.
—No debes disculparte, Ross.—me regala una de sus hermosas sonrisas y me dan ganas de besarlo. Desvío mi vista y limpió mi rostro, él carraspera y me imita.
—Ahora debo explicarle a mi hija que me enamoré del padre de su amigo.—suspiro y me giro hacia el auto. Abro la puerta y antes de subir, escucho su voz.
—¿Ross?—lo observo esperando que hable y él desordena su cabello como hacía cuando eramos jóvenes. Sonrío, yo amaba que hiciera eso.—¿Es cierto?
—¿Qué?
—Uh, ¿aún me quieres?—desvío mi mirada sonrojada.
—Siempre lo haré, Jar.
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¡Feliz nuevo año para todos! 🎄🎆
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Tal vez, en otra vida
NouvellesCarismático. Divertido. Engreído. Mujeriego. E insoportablemente atractivo. Jared Wesley es eso y mucho más, consigue lo que sea con su sonrisa ladeada y juguetona y ese par de hoyuelos que te hacen suspirar. Ah, ¿les dije que es mi mejor amigo? ¿Se...