Observo mi reflejo en el espejo para luego terminar de abotonar la chaqueta negra que cubre mi torso. Tomo mis converse negras a juego con todo mi atuendo de espía, para disponerme a bajar de mi habitación. Compruebo la hora nuevamente y salgo de mi recamara sin vacilar.
Pasillo despejado. Me traslado hasta la planta baja buscando las llaves del auto de papá. Un destello brilla en la mesa ratona de la sala y la tomo sin pensar. Salgo por la puerta trasera. La brisa me eriza cada vello del cuerpo, el suelo frío me hace colocarme los zapatos corriendo. Llego al frente de la casa y observo el auto.
No lo hagas, ¡estúpida!
Si papá se entera me manda a un convento. Juro que mataré a Jared Wesley.
—Me estoy congelando, ¿por qué tardaste tanto, princesa?—el fuerte susurro a mis espaldas me hace soltar un grito ahogado por mi mano al reconocer al dueño de la voz.
(...)
—¿Señorita?—un suave toqueteo en el vidrio me hace abrir los ojos y saltar como resorte, golpeando mi frente en el proceso.
Parpadeo aturdida aún por el sueño, y el golpe, suelto un bostezo y otro toqueteo me hace reaccionar.
Oh, demonios.
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Tal vez, en otra vida
Short StoryCarismático. Divertido. Engreído. Mujeriego. E insoportablemente atractivo. Jared Wesley es eso y mucho más, consigue lo que sea con su sonrisa ladeada y juguetona y ese par de hoyuelos que te hacen suspirar. Ah, ¿les dije que es mi mejor amigo? ¿Se...