Capitulo 16 Tan cerca, tan lejos.

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Desde lo sucedido aquella noche la relación con Derek se hizo más estrecha. Pero a veces estábamos tan cerca que el tiempo lentamente se paraba en aquella mirada profunda.

Y a la vez tan lejos pues parecíamos tener un conflicto emocional.

Las vacaciones de semana blanca estaba siendo tan divertidas que ni nos dábamos cuenta.

Derek tenia razón Bianca solo se centraba en hacerse fotos y esta con el móvil que parecía olvidarse de mi cosa que me beneficio.

Con mi hermano volví a tener esa relación estrecha y afectiva de hermanos aunque según sin contarle el motivo de todo esto......

Un día el tiempo empeoró y tuvimos que volver a la casa a toda prisa, una pequeña ventisca estaría esta noche en el lugar. Yo tenía el cabello manchado de los copos de nieve como el resto y fui junto con Derek a por toallas.

Tras aquello las repartimos y cada uno fue a un lugar, es decir, el padre comprobó que estaba todo cerrado la madre junto con Bianca fue a hacer la comida y mi hermano fue a darse una ducha dejándonos a Derek y a mi solo en el salón con el fuego de la chimenea.

- Menudo día...... -dijo quitándose la nieve del pelo con la toalla.

- Quien iba a decir que cambiaría el clima tan brusco, -me dio un pequeño escalofrío.

- ¿Tienes frío?

-Un poco.....

Derek se levanto tomo una manta y me envolvió en ella con cuidado.

- No deberías coger frío, no quiero ver tus mocos esparcidos por ahí. -dijo en un tono burlón

-Ja ja muy gracioso, dime te dejaron entrar en el concurso del más bobo a no si no se admiten profesionales.

- Oye no seas mala -me tiro un cojín.

- Es verdad, además tu has empezado.

Le devolví el cojín.

Entre tonterías otra vez nos quedamos el vueltos en la mirada uno del otro cada vez le sentía más cerca de mi o yo de él, no lo tenía claro.

Sentía su mano posando se en mi cuello elevando me el rostro hacia el lentamente mis ojos empezaron a cerrarse, notaba su respiración tan cerca sentía sus labios tan cerca de los míos

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Sentía su mano posando se en mi cuello elevando me el rostro hacia el lentamente mis ojos empezaron a cerrarse, notaba su respiración tan cerca sentía sus labios tan cerca de los míos.

Pero una voz nos hizo recaer, era su madre llamándonos a comer.

Cuando nos miramos nuestros rostros esta rojos no sabíamos si por la calor de la sala o simplemente lo cerca que estábamos uno del otro.

Rápidamente nos separamos y fuimos directos a la mesa a comer con el resto.

¿Qué hubiera pasado si la madre no nos hubiera llamado a comer?

Contra todo pronóstico. [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora