El Rey del Mar

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Una sirena descansaba en una cueva, poseía una mirada inocente, una figura delicada y una sonrisa suave y cálida, se relajaba lejos del bullicio de sus hermanos y hermanas, todo era paz y tranquilidad hasta que sintió la presencia de algo tras de sí, se iba a voltear pero una voz le detuvo:- ¿qué haces aquí?, este es mi lugar-, esto lo dijo con voz severa y áspera, ella aún de espaldas respondió:- este lugar no le pertenece a nadie y aún si lo fuera, este me pertenecería a mí, vengo aquí desde pequeña-, aquel ser se enojo aún más:- no será que supiste que aquí estaría y viniste solo para tratar de engatusarme, conozco  a las de tu calibre-, ella se ofendió, pero no le daría el gusto de humillarla, era muy tímida y no sabía de donde sacaba fuerza, tal vez era porque no lo veía a los ojos, si se volteará sabía que toda su fuerza flaquearía y bien sabía que era un tritón muy atrevido y no conocía su voz, a un humano le sería imposible llegar ahí, así que trató de lucir calmada:- disculpe... ¿mi calibre?, que no es usted que vino a una cueva donde se encontraba una doncella indefensa y sola, ¿eso no lo convierte en un degenerado?-, el respondió con un:-hmp-, como se atrevía esa insolente a faltarle el respeto, pero no se dejaría vencer:- ah  sí, que no es como yo lo digo, eres una oportunista y quieres que este contigo, querías acorralarme aquí a solas-, ella indignada le reprendió:- en primer lugar como sabría que vendría, en segundo, porque   habría de importarme usted, ni que fuese alguien importante y en tercera si algo tratase, que no ya estaría tratando de hacer algo con usted-, sus fundamentos eran buenos, cosa que él por  orgullo no admitiría, tenía razón, pero... si era una trampa:- entonces que tal si hago esto-, ella apenas iba a preguntar a que se refería cuando el la volteó y en un rápido movimiento la aprisionó contra la pared de roca que tenía hacía atrás aprisionando sus labios de por medio, fue una gran impresión la que dejo en la mujer, este se separó de ella con una sonrisa arrogante y esta le volteó la cara de una cachetada a la vez que le decía:- usted que se cree que es-, y cuando este se giró a mirarla directamente a los ojos lleno de furia su rostro se apaciguó mientras el de la mujer se descomponía y empezaba a palidecer, parecía que fuese a desmayarse mientras que ella pensaba:- no puede ser, soy una estúpida-, tragó saliva y rápidamente reverenció:- lo siento no sabía que era usted alteza, le ruego perdone mi imprudencia, misericordia mi rey, por favor no le haga nada a mi familia-, ella empezó a llorar, el había quedado impactado al ver esos hermosos ojos, que reflejaban algo que no había visto en mucho tiempo, y esa cara tan angelical, solo cuando la escuchó sollozar salió de su ensimismamiento, le tomo el rostro y se lo levantó, como era posible que ella pensará que haría tales atrocidades:-levanta el rostro, ¿cuál es tu nombre?-, ella aún lloraba pero respondió tartamudeando:- per-do-neme majestad, soy Hi-hinata, Hinata Hyuga-, el tomó con delicadeza aquel rostro contorneandolo:- ¿dónde vives?-, ella sentía que todo su mundo se perdía y todo solo porque desde el principio no vio quien era a quien le hablaba, por su culpa su familia podía ser asesinada, pero si mentía podía ser aún peor el destino que les deparara:- de... del arrecife del sur-, él le miró con un rostro severo:- llevame con tu familia-, ella ahogo un grito y se limitó a rogarle misericordia, el se veía impaciente y le ordenó:- ¡llevame ahora!-, ella asintió y lo llevó a donde ella sabía sería su final, iba cabizbaja como prisionero a la guillotina.

Al llegar a su hogar el rey pidió que toda la familia estuviese presente, ella pedía perdón y todos la veían confundidos y con cara de "que hicistes", el llanto no cesaba hasta que el rey sentenció:- ¡Silenció!-, todos callaron y prestaron atención, hasta la joven que se disponía a aceptar su cruel final, este prosiguió:- yo Sasuke Uchiha décimo noveno rey al trono del reino del mar, proclamó a esta sirena como mi mujer de ahora en adelante, por la ley que me confiere las soberanas leyes de nuestro reino, si hay alguna objeción deseo escucharla-, todos quedaron mudos, solo su padre se armo de valor:- majestad esta seguro de ello, tengo más hijas que serían más aptas para tan gran honor, no quisiera conocer a las otras antes de precipitarse-, Sasuke se enfureció nuevamente:- ¿esa es toda su argumentación?, si es así y no tiene razones de peso, le pido me de su bendición, esta es la hembra que deseo como mi futura esposa y no necesito perder mi tiempo escuchando sandeces-, Hiashi arrugo el cejo:- pero... (fue fulminado por la mirada imponente y furiosa de aquel hombre, así que reverenció) tiene mi bendición majestad-, el rey sonrió con superioridad:- bien a partir de ahora ella es mi prometida, dejara atrás todo lo anterior a su vida como mi esposa e irá a vivir a palacio, se les notificará cuando sea la ceremonia, bien sin más que decir me voy, Hinata vienes conmigo-, ella asintió, sabía que no podía desobedecer, todos reverenciaron y ellos se marcharon.

Rumbo al palacio la fémina preguntó el porque de su repentina propuesta, el sonrió con suficiencia:- porque un día prometí que me casaría con la más bella doncella que vea-, ella se sonrojo:- yo no soy bella, hay muchas mujeres hermosas-, el siguió avanzando:- no, tu eres la más bella, además la cueva será por siempre nuestro secreto, no es así mi pequeño cangrejo (se acercó a ella lo suficiente para rozar sus labios con los de ella), o ya te olvidaste de mí y nuestra promesa-, ella estaba roja de vergüenza y solo atino a decir:- Sasu-kun- mientras el la besaba, no la había reconocido hasta ver directamente esos ojos con los que siempre soñaba y nunca olvido, esa cueva era su lugar secreto cuando niños, por eso cuando vio a alguien ahí se enfureció pues  nadie más que ellos podía estar en ese lugar sagrado para él.

Al separarse por falta de aire le dijo:- nunca mas te volverás a apartar de mí, ahora eres mía-, ella asintió y dijo:- sí, Sasu-kun, te extrañe tan...-, fue interrumpida por un beso del hombre:- no volverás a apartarte de mí lo juró-, volviéndola a besar.

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El Canto De La Sirena Y Cuentos De SirenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora