Capitulo 9

383 43 11
                                    

Aria

La primera desaparición ocurrió durante la primera semana de abril y el día que nos enteramos amaneció nevando, lo más (y único) gracioso de la situación era que a pesar de lo rápido que se expandían los rumores por la escuela (y por la ciudad entera, en realidad) no me enteré de nada hasta el primer receso, que fue más o menos cuando Riley corrió hasta mí para contármelo.

El chico se llamaba Patrick Jones, lo recordaba vagamente de algunas de mis clases de inglés como un chico callado y tímido, con un enorme par de gafas de montura negra que tapaban la parte de sus ojos que no estaba cubierta por su flequillo castaño.

-¿No cabe la posibilidad de que se haya ido a algún lado sin decirle a sus padres?-Pregunté mientras sacaba mi libro de cálculo de mi casillero.

Riley negó con la cabeza mientras apoyaba su espalda contra los casilleros junto a mí.

-Sus padres dijeron que fue a trabajar a la tienda de música y que no volvió después de eso-Explicó-, y el dueño de la tienda dijo que se fue a la misma hora de siempre.

Cerré la puerta del casillero en silencio mientras presionaba con un poco más de fuerza contra mi pecho.

-Además, dudo que un chico como Patrick Jones se escapara de su casa-Terminó Riley.

Solté un suspiro.

-Como sea, Riley, con algo de suerte el chico aparecerá pronto y bien. No me agrada hablar de esto, galletita, dejémoslo así ¿de acuerdo?

-Esta bien-Dijo mientras caminábamos hacia nuestra clase-, aunque dudo que se hablé de otra cosa en la escuela en todo el día, panquecito.

Contuve un gruñido, lo que decía Riley era malditamente cierto.

***

Para la hora de almuerzo ya habían decenas de rumores acerca de lo que le había podido ocurrir a Patrick o donde podía estar, y cada uno era más absurdo que el anterior.

-La cabeza me va a estallar-Dije mientras alejaba la bandeja con mi comida lejos-, ni siquiera tengo hambre.

Escuché como Riley suspiraba mientras empujaba la bandeja nuevamente hacia mí con una expresión de reproche.

-Tienes que comer, Aria, ya estás demasiado delgada.

Rodé los ojos, era increíble lo maternal que se podía poner a veces.

-Riley-Gemí.

-Aria-Dijo con tono estricto-, al menos come la ensalada.

Solté un suspiro antes de hacer lo que me pedía, y tuve que hacer un gran esfuerzo por no devolver la comida.

-¿Haz estado durmiendo bien?-Preguntó.

No la miré, sabía que se refería a las pequeñas bolsas oscuras debajo de mis ojos, pero no quería abrir el tema de mis pesadillas con ella en este momento...o en algún futuro cercano.

-Claro-Dije después de tragar lo último que tenía de ensalada-. Listo, ya me comí todo, ¿feliz?

-El postre-Dijo.

Miré el trozo de tarta con desgana, sí, no tenía muchas ganas de comer postre en realidad, hecho que le hice saber y que no me consiguió nada más que una mirada de reproche, pero luego de un par de casi súplicas dejó de insistir.

-¿Tu falta de apetito significa que hoy no me vas a arrastrar a ver al clon malvado?-Preguntó mientras jugaba con su botella de jugo.

-No voy a verlo a él-Mentí a medias-, es sólo que el chocolate caliente de ahí es fantástico.

Sueño de Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora