Capitulo 36

258 36 1
                                    

Jordan

Escondí mis manos en los bolsillos de mis jeans para evitar que vieran los nudillos blancos producto de la fuerza con la que apretaba mis puños al mismo tiempo que fingía que los tres licántropos en la habitación gruñéndome no existían.

Si no fuera por las órdenes de Evan no me estaría conteniendo tanto.

No había sido difícil encontrar la casa en las afueras de la ciudad, simplemente había tenido que seguir el rastro que habían dejado cuando se llevaron a Aria, y aunque mi primer impulso fue intentar llevármela por la fuerza Evan me detuvo antes de que pudiera hacerlo, y esa era básicamente la razón principal de que los ocho imbéciles en la construcción (sin contar a Aria, por supuesto) siguieran respirando todavía. 

En este momento era consciente de casa ruido en la casa, pero por más que lo intentaba no conseguía escuchar la voz de Aria, y, Dios, de alguna manera me las estaba arreglando para rogarle a los cielos al mismo tiempo que maldecía al mundo entero...sin embargo esto último terminó superando al primero cuando sentí a Gavin acercarse, y de verdad, realmente, nunca había sentido tantos deseos de destrozar a alguien. Tomé una respiración profunda, necesitaba que Aria saliera ilesa de todo esto y esa esperanza era una de las pocas cosas que me estaba ayudando en este momento.

-Tardaste más de lo que pensé, niño-Dijo a modo de saludo.

Simplemente le dirigí una mirada que iba a juego con mi rostro neutro. ¿Algo que había aprendido hace mucho tiempo? mientras menos demostraras frente a él, mejor.

-¿Dónde está, Gavin?-Pregunté.

-Arriba, con una mordaza en la boca, esa niña debería aprender a callarse por su cuenta.

Apreté mis puños con aún más fuerza y me repetí a mi mismo las razones por las cuales no debía saltar sobre él en este preciso momento. La más importante estaba en algún lugar dentro de esta casa.

Noté como Gavin contenía una sonrisa antes de ordenar a los tres imbéciles que se fueran, lo que nos dejaba a nosotros dos solos, perfecto...no podía matarlo todavía.

-Demonios, chico bonito, antes eras más divertido.

Arqueé mis cejas.

-Eras más honesto-Explicó.

Tenía varias cosas que podía decir respecto a eso, pero no iba a enfrascarme en conversaciones innecesarias con el psicópata al que odiaba.

-Ya estoy aquí, déjala ir.

Observé como él negaba lentamente con la cabeza. Demonios, esto le estaba divirtiendo, mucho.

-Esa niña es tu talón de Aquiles, Jordan, siempre lo ha sido, sería estúpido dejarla ir, especialmente sabiendo que en realidad no estás tan relajado y que a diferencia de cuando te conocí la sangre ya no te molesta tanto.

Esta vez ni siquiera intenté contener la mirada que le dirigí.

-No me mires así, aunque nunca hubiera visto las fotos que tenías de ella sólo tenía que seguir tu olor para dar con ella, en este momento esa chica huele más a ti que a ella misma.

Guardé silencio, conocía este juego, y definitivamente no iba a dejar que llegara a donde quería, no había manera.

-No iré a ningún sitio-Informé-, ella no representa ningún peligro para ti.

-Difiero en eso-Contradijo-. Te trajo hasta aquí, ¿no?

-Gavin-Advertí.

Él me sonrió por lo que contuve un gruñido.

Sueño de Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora