Capitulo 20

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Jordan

Estudié con preocupación al chico tendido sobre la cama y contuve las ganas de gruñir, maldición, lo habíamos lavado, quitado los jirones sucios que en algún momento habían sido ropa y reemplazado por pantalones de pijama y una camiseta sin mangas de algodón antes de recostarlo en la cama de Evan. Cualquiera que lo hubiera visto habría pensado que era un chico normal que estaba dormido y no un chico que había pasado por lo que había pasado.

Estaba teniendo un serio problema intentando convencerme de que esto no era mi culpa.

-¿Qué tan mal está?-Pregunté a Evan.

-Tiene algunas cicatrices...me preocupa más como estará de su cabeza.

Suspiré y me apoyé contra la pared que tenía detrás de mí. Quería tanto golpear algo.

-No vayas por ahí-Ordenó Evan.

-Tengo una idea bastante buena de lo que le hizo, Evan, no me pidas que mantenga la calma.

-Lo encontramos, ¿de acuerdo?, mantente contento con eso de momento.

Le dirigí una mirada, ¿cómo diablos se suponía que podía estar contento? tenía ganas de vomitar, por el amor de Dios.

-Nada de esto es tu culpa, Jordan.

-Sabes que una parte sí lo es.

-Creo que tienes el síndrome del superviviente.

Lo ignoré (como cada vez que hablaba de algo que iba a terminar con recomendarme que fuera a terapia) y me crucé de brazos. Desde hace tres años que mis noches eran largas, pero esta definitivamente iba a ser la más larga en mucho tiempo.

-¿Dónde están Erik y Dakota?-Pregunté.

-Fueron a cerrar el café, creo que lo mejor será que no abramos por algunos días.

Asentí con la cabeza y volví a mirar al chico que estaba en la cama. Recordaba vagamente al chico de la escuela (la escuela no era muy grande así que casi todo el cuerpo estudiantil se conocía entre sí) y aunque no sabía como era estaba completamente seguro de que ya no iba a ser el mismo, y por desgracia no me estaba refiriendo simplemente al hecho de que ya no era biológicamente un humano común y corriente.

Fijé mis ojos en Evan.

-¿Cómo estás tú?-Pregunté mientras miraba la larga línea que ahora era de color rosácea que iba desde su oreja hasta la barbilla.

-Tranquilo, fue un pequeño rasguño, ya está casi curado, ¿tú?

Levanté mi camisa hasta arriba del ombligo, el corte ya había desaparecido por completo.

-Fue bueno que sólo fuéramos los dos-Señalé-, no hubiera estado tranquilo con Erik y Dakota allí.

Evan me dirigió una mirada, él sabía lo que estaba intentando hacer, sabía que estaba tratando desesperadamente que no dijera nada acerca del corte profundo que había desaparecido en cuestión de minutos, pero era él y al parecer había decidido que hoy era el día de hablar del asunto que habíamos acordado tácitamente no mencionar.

-No puedes ignorarlo para siempre-Dijo.

-Sí, si puedo y es lo que voy a hacer, no necesito pensar en las consecuencias para recordar que fue lo que pasó.

-Escucha, debes entender que...

Evan se calló apenas los pasos en el pasillo se colaron por nuestros oídos. 

Resultaba bastante gracioso, pero en tres años había logrado diferenciar los pasos de Erik, Dakota y Evan de los demás, por lo que sabía perfectamente a quien pertenecían los pasos que estaban llegando a la habitación en este momento.

Sueño de Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora