Capitulo 37

241 36 6
                                    

Aria

Caminé de un lado a otro por la habitación en la que estaba encerrada mientras pasaba mis manos por mi cabello de forma nerviosa. Habían pasado más de dos horas desde que Jordan se había ido y desde entonces no había escuchado absolutamente nada, era como si todo el lugar estuviera en silencio a excepción del sonido de mis pasos.

Debían de haber casi diez personas en esta casa pero aún así me sorprendía cuan silencioso podía ser, en casa sólo mi madre y yo hacíamos tanto ruido que parecía como si estuviéramos a cargo de una guardería.

Sacudí mi cabeza antes de caminar hacia la cama y dejarme caer sobre ella. Esto era una pesadilla, podía soportar si estaba con Jordan, pero sin él me sentía igual de asustada que en ese ático, aún no sabía si mi mamá estaba bien (¡no iba a confiar en la palabra de un psicópata!) y ahora ni siquiera sabía si Jordan lo estaba. 

¡Maldición!¿por qué no salí corriendo de mi casa cuando sentí toda esa quietud?

Sentí las lágrimas escocer en la parte posterior de mis ojos pero de alguna manera me las arreglé para no llorar, en su lugar sentí mi pecho oprimirse cuando me dí cuenta de que en este momento Jordan se estaba enfrentando a su cuasi-verdugo en parte porque él tenía razón y mi instinto de autoconservación era básicamente nulo.

Tomé una respiración profunda, tenía que calmarme, si algo le hubiera pasado a Jordan definitivamente no me tendrían así de tranquila, era bastante obvio que me tenían aquí como una estúpida carnada que él estúpidamente había mordido, lo que me recordaba que tenía que golpearlo por eso luego, bueno, si es que salíamos de esto con vida...me estaba tornando pesimista de nuevo, bueno, en realidad era una observación bastante realista supongo pero creo que de momento lo mejor era ser optimista ¿no?

Recorrí la habitación con mis ojos, me fijé en la puerta por alrededor de cinco minutos antes de desviar mi atención hacia la única ventana de la habitación, el cielo estaba completamente oscuro pero aún así no tenía ni la más mínima idea de que hora podía ser, no había ningún reloj en la habitación y quien sabe lo que había pasado con mi celular.

Pasé una vez más una de mis manos por mi cabello antes de cerrar los ojos y dejarme caer hasta que mi espalda chocó contra el colchón, ¿qué demonios podían estar haciendo con Jordan?¿por qué no había vuelto?¿estaba bien?¿lo estaba lastimando de nuevo?, sentía mi estómago revolverse sólo de pensar en lo que ese tipo le había hecho a Jordan y a Patrick, mi cabeza no lograba comprender como era posible que alguien pudiera hacer algo como eso en la vida real, es decir, eso normalmente no le pasaba a uno...aunque por otro lado nada de lo que me había pasado en los último meses eran cosas que ocurrían en la vida real, pero, Dios, no quería perder a Jordan de nuevo.

Suspiré y abrí los ojos para mirar fijamente al techo con su pintura descascarada, ¿otra cosa de la que no tenía ni la menor idea? en que maldito lugar me habían encerrado, había nacido en esta ciudad pero no importa cuanto había mirado por la ventana no lograba reconocer nada, ¿qué tan lejos estábamos de la ciudad?¿qué tan lejos pudieron haberme llevado mientras estaba inconsciente?¿cuanto tiempo estuve inconsciente?

Sentía cada músculo de mi cuerpo cansado y adolorido pero de ninguna manera podía hacer algo como tomar una siesta, sólo Dios sabe lo que podrían hacerme. Contuve otro suspiro y estuve tentada a cubrirme con la delgada manta que cubría el colchón de la misma manera que cuando era niña y pensaba que un trozo de tela iba a protegerme de los monstruos bajo mi cama.

¿Qué diablos estaba ocurriendo?, negué con la cabeza, fuera lo que fuera que estaba pasando lo mejor era estar alerta, por lo que busqué, una vez más, alrededor de la habitación cualquier cosa que pudiera usar como arma, pero los muebles en la habitación estaban en mal estado y completamente vacíos, tal vez podía romper la ventana y usar algunos trozos de vidrio...la puerta se abrió antes de que pudiera preverlo.

Sueño de Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora