Capitulo 27

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Aria

Coloqué un trozo de pastel en mi boca y gemí. Dios, era el mejor pastel de chocolate que había probado en mis dieciocho años de vida.

-Es delicioso-Suspiré.

Escuché a Jordan reír al otro lado de la barra mientras me servía un vaso de leche.

-Preferiría un chocolate caliente-Admití.

Jordan negó divertido con la cabeza.

-Mucho chocolate para ti, jovencita, no quiero ser el causante de que te de diabetes.

-No eres divertido-Me quejé.

-Gracioso, lo mismo deben pensar de ti las pobres almas desgraciadas que deben estar perdiendo contra Riley a las cartas-Indicó.

Tomé otro bocado de pastel antes de responderle.

-Hasta donde recuerdo tú también eres consciente de lo buena que es en el póquer.

-Ni que lo digas, hasta el día de hoy no puedo recordar cuanta tarea le tuve que hacer gracias a ella y sus excelentes faroles.

Reí mientras pinchaba otro trozo de bizcocho con mi tenedor.

-En su defensa debiste aprender luego de que te ganara tantas veces seguidas.

-Siento que me van a patear el trasero.

Me encogí de hombros al tiempo que terminaba el pedazo de pastel que me había dado.

-A mi Riley me va a ahorcar cuando se dé cuenta de que vine a comer pastel sin ella.

-Si les decía a los demás te quedabas sin chocolate.

-Es tu culpa-Acusé-, ningún chico debería ser tan bueno haciendo postres, es como la kryptonita para las mujeres.

Jordan negó con la cabeza antes de tomar mi plato y servirme un poco más.

-Me vas a hacer engordar.

-No te vendría mal, estás demasiado delgada, Aria, cuando te vi la primera vez me preocupé un poco.

-¿En serio? porque yo casi sufrí un infarto por pensar que estaba viendo un zombi-Dije mirándolo sobre el vaso de leche.

Él levantó las manos en señal de derrota y me dedicó la sonrisa que me mostraba cuando se retiraba de un tema, esa en la que curvaba uno de los lados de su boca más que el otro y la cual tenías que conocer muy bien para no confundirla con su sonrisa burlesca.

-Okay, entendido, me rindo, se me olvidó que nunca debo meterme con el peso de una chica.

Le mostré el dedo del medio de mi mano desocupada al tiempo que le dedicaba una mala mirada y tomaba un sorbo de leche.

Con el tenedor raspé un poco de cobertura de chocolate y lo coloqué en mi boca mientras estudiaba al chico frente a mí, estábamos separados por la barra de la cafetería y aunque estaba sentada en uno de los altos taburetes aún podía decir que él me sacaba algunos centímetros de alto, eso no había cambiado a diferencia de otras cosas, empezando por su cabello ahora corto cuando hace tres años solía usarlo tan largo que tocaba sus cejas, su mandíbula se había vuelto más prominente y su rostro había perdido los pequeños rastros de niño que aún conservaba a los dieciocho años.

-¿Ocurre algo?-Preguntó cuando se dio cuenta de mi mirada.

Negué con la cabeza y dejé el tenedor sobre el platillo en el que tenía el pastel.

-Aria, te conozco, quieres decirme algo, ¿qué cosa?

Contuve un pequeño suspiro antes de inclinarme hacia delante con mis dos codos apoyados sobre la superficie de la barra y mi mentón contra uno de mis puños.

Sueño de Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora