Estoy en la casa del besador. Es injusto, quiero saber su nombre. Por lo menos les pude avisar a mis amigas que me iría a otro lado. Creo que entendieron con "El otro lado". No me quiero ni imaginar todas las preguntas que me haran cuando vuelva. Y después de pensarlo unas mil veces me rendi y le dije que vayamos hacia su casa.
En estos momentos estamos abrazados en el sillón mirando una película. Lo se, muy cliche. Pero no estamos totalmente concentrados ya que si no son besos son charlas. Ya me perdí. No entiendo la película. ¿Por qué se esta besando con el enemigo? Ven, ya no entiendo nada.-Ya me perdí.- Digo desentendida mirando la escena.
-Yo también.
-Todo es tu culpa.- Comentó despegandome de sus brazos para poder observarlo.
-¿Mi culpa? Tú me hablas cada dos por tres.- Dice con diversión.
-Y tu me estas besando cada dos segundos.- Hablo cruzandome de brazos.
- Pero yo se que te encanta.- Dice dandome un beso corto en los labios.
- ¿A ti no te gusta que hable?.- Hablo con incredulidad.
- Es muy lindo verte preguntar cosas inocentemente .- Dice con una sonrisa.
- Yo no hago preguntas inocentes.- Le digo ofendida.
-Claro que si. ¿Por qué le apunta?¿Se volvió malo?.- Dice imitando mi voz.
- Bueno pero no entendia la película y sigo sin entenderla.
- Porque no prestas atención.
- Si tu me distraes.- Lo acusó mirandolo con mis cejas fruncidas. El sonríe.-¿Qué hora es?.- Pregunto buscando mi celular en mi bolsillo. No. Lo volví a perder. No puede ser. Ahora mi madre si me matara. ¿Por qué lo tengo que perder?.
-¿Te digo un secreto?.- Dice inclinando su cabeza hacia la derecha.
-¿Cuál?.
-¿Recuerdas aquel día en la fiesta?
-Si.
-¿Qué "perdiste" tu celular?.- Dice haciendo comillas con sus manos en la segunda palabra.
-¿A que quieres llegar?.- Pregunto subiendo mi cejas.
-Tal vez no lo hayas perdido.- Dice con una sonrisa sin dientes.
- ¿Me lo robaste?.- Digo sorprendida y enojada a la vez.
- No. Bueno, si. Era la única forma de volverte a encontrar.- Entonces puede ser que el tenga mi celular ahora ¿O no?. Yo quiero creer que si. No quiero volver a perderlo.
-Eres un idiota. Ya pensaba que mi madre nunca más me dejaría salir.- Digo golpeando su hombro con mi mano. Como si saliera todos los días. Los únicos lugares donde voy son la escuela, la plaza y creo que nada más. Muy emocionante ¿No creen? Ojalá pudiese decirles que me voy a todos lados pero mi vida es limita en esos sentidos. No porque mis padres no me dejan sino porque no me gusta salir muchas veces. Pero con Sofía no se puede. Ella siempre esta feliz se presta para todo, por eso, una vez a la semana. Venimos a la plaza. Justo en la plaza donde esta cerca de el.
- Bueno pero el resultado fue bueno ¿O no?
Sonrió negando. Prácticamente me abalanzó sobre el provocando que caiga de espaldas. Creo que soy algo pesada.- Yo diría más que bueno. Imperfectamente perfecto.- Comento mirando sus ojos unos segundos para luego besarlo intensamente. Estoy arriba suyo. El baja sus manos hasta llegar un poco más abajo de mis glúteos y hace fuerza para que coloque mis piernas alrededor de su cuerpo y no encima. Le hago caso como puedo ya que estoy arriba de un sillón. Luego coloca su manos en mi trasero. Por mi parte llevo mis manos por debajo su camiseta tocando su abdominales y prosigo más arriba. Que fuerte esta este chico. Y ni hablar de como besa. Creo que no me cansaré de decirlo.
Luego de un intenso beso, separamos nuestros labios. Llevo mi cabeza sobre el hueco de su hombro izquierdo mientras respiró agitadamente. El baja sus manos hacia mis piernas y en un movimiento rápido se sienta conmigo arriba suyo. Llevo mis brazos a su cuello y lo miro.-¿Cómo te llamas?.- Le pregunto sin más. Es que necesito saber su nombre.
ESTÁS LEYENDO
El Chico Sin Nombre
Teen Fiction- Por favor.- Dice con carita de perro arrepentido.- Si me acompañas, te...- Me mira pensativa buscando algo que pueda convencerme.- Te compraré helado. Mucho helado. Aunque tal vez se podría negociar. ¿Por qué me chantajea con lo que más me gusta...