Cap 23.- No me mires así.

39 0 0
                                    

Siento una respiración en el cuello. Es serena. No quiero abrir los ojos, su respiración me dan ganas de seguir durmiendo. Intento tocar con mi mano a ciegas lo que hay en mi cuello. En todo caso quien. Pero no lo sabré hasta que lo vea. Tocó. Es una cara ¿De enserio?. Nunca lo imagine. Notese la ironia. Una nariz. Bajo mi mano. Unos labios.

-¿Qué haces?.- Dice adormilado, debajo de mis dedos. Toco sus labios suavemente. Es adictivo. Puedo imaginarme el contorno, el color y el sabor. Esperen.¿Con quién estoy? Aplastó mi mano en su cara.- Cat.- Me reta. Parece que no le gusta.

-¿No te gustan mis acaricias?.- Pregunto adormilada sin despegar los ojos. Se forma una leve sonrisa en mi cara.

-Me gusta todo de ti.- Habla dándome un beso en mi mejilla.

Siento su brazo atrayendome más hacia el. Su fuerte brazo. Bueno. No me había dado cuenta que su brazo estaba sobre mi cintura ni que estuviéramos tan cerca. Como extrañe todo esto. Tenerlo junto a mi. Sus besos. Su cercanía. Sus acaricias. Su aroma. Su departamento. Sus consentimientos. Todo. Básicamente lo extrañe a el. ¿Y quién no?. No se como viví estos meses sin el. Esperen que todavía no somos nada. Seríamos ex novios pero retomamos la relación pero es sin título. Por ahora.

-¿Qué hora es?.

-No se, ni me interesa.¿Desde cuándo quieres levantarte temprano?.

-Tu me despertaste con tus ronquidos.- Miento tratando de acurrurme más. Siento que mi trasero toca algo. Creo que ya se lo que es.-¿Estás desnudo?.

-Si. Tu también lo estas.

-¿Qué?.- Digo sentandome de pronto en la cama. Al fin abro los ojos. Pero se cierran repetidamente para poder acostumbrarme a la luz. Estoy en su cama. Eso quiere decir que estoy en su departamento. Hace algo de frío ¿O soy yo?. Miro mis partes descubiertas por la sábana. Es verdad, sólo me cubre mi sostén. Eso quiere decir que ayer tuvimos sexo.¿Por qué no recuerdo nada?. Tomó la sábana y tapó mi pecho.
Lo miro. Tiene una expresión divertida. Su codo descansa en la almohada y su cara en su mano. No se que le causa risa. A mi me causa vergüenza. Dios, ayúdame.- No me mires así.

-¿Cómo?.- Pregunta levantando sus cejas.

-Como si difrutaras de mi vergüenza.-Digo con ovbiedad.

-Ayer no te daba vergüenza que te viera así.

-Pero hoy si.

-Ahí tienes mi remera.- Dice señalando con su cabeza al pie de la cama.

Miro al lugar indicado. Si. Allí está. Si estiro mi brazo no llegaré. Lo vuelvo a mirar a el. El me puede ayudar.

-No, ve tú.- Niega con la cabeza.¿Por qué? A el no le cuesta nada. A mi, si. No quiero que me vea asi. A el no le da verguenza, a mi si. Pero parece que no queda otro remedio.
Bufo y me destapó. Gateo hasta llegar al pie de la cama. Claro, como no lo adivine. Una mano golpea mi trasero. Si, me dio una palmada el muy maldito. Sale una carjada de su boca.¡¿Por qué se ríe?. Idiota. Lo miro con enojo sin moverme. Osea que puede palmearme devuelta pero no lo hace porque ya se paró. Y por suerte tiene unos pantalones. Pero su pecho esta descubierto. Su hermoso pecho. Esta marcado.¿En qué momento hace ejercicio?. Siempre olvido de preguntarselo. - Voy a buscar el desayuno.- Dice con una sonrisa a la vez que empieza a caminar.

Tomó rápidamente la remera, en realidad es una musculosa negra sin estampado. No importa la usare igual. Parece que tuviera un vestido. Un poco más arriba de las rodillas. Deja ver parte de mi corpiño por las mangas. Si dejó mis brazos a mis costados no lo notará. Tomó una bocada y me levantó. Tranquila Cat. ¿Por qué estoy nerviosa?. Si ya lo hicimos una vez. Pero esta no recuerdo nada. Miro la cama desordenada. Creo que ya recorde. Ayer vine a su casa a la tarde. Hablamos un buen rato, después pidió comida. Típico de el. Mientras que comíamos miramos una película. Y luego nos empezamos a besar y así terminamos. Bueno ya se que paso. Pero la vergüenza sigue.
Camino lentamente hacia la sala. Esta apoyado contra la mesada de la cocina mirando hacia la nada.¿Qué le pasa?.¿Tendrá algún problema?.¿Y si pasó algo malo? No. Con preguntar no pierdo nada. O eso creo.

El Chico Sin NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora