―No.
―¿Qué?
―Lo que escuchaste. No, Furllon. ―dijo firme el zorro.
―¡Vamos, Nick! ―exclamo en suplica la comadreja―. ¿Sabes cuánto me demoré en conseguir estos resultados para hacer esto?
―¿Y tú sabes cuánto me demoré en darme cuenta de que los metiches se rompen la cabeza? ―ese comentario dejó helado a la comadreja. El zorro se levantó del asiento en un salto―. ¿Por qué dejaría que un grupo de animales grabé toda mi maldita vida hasta el día de mi boda?
―Porque eso trae varios puntos a favor para ustedes y para la ciudad. ―comentó Furllon con una sonrisa―. ¿Te digo cuáles son?
―No, ahora, largo.
Cuando el zorro estaba a punto de sacarlo a patadas del lugar, la comadreja se armó de valor y sacó su teléfono mostrando un documento de procedencia federal por parte del alcalde y las leyes que él había puesto hace tiempo cuando fue elegido para el cargo mayor.
―Una de las leyes que prometió el alcalde Leonzales fue que daría protección a las parejas inter-especie. ―comenzó dando un resumen del documento mostrado―. Sin embargo, jamás la puso en funcionamiento. Las parejas inter-especie han estado siendo atacadas desde hace mucho por muchas personas cerradas. ―el argumento le hizo recordar al zorro a su padre y a su futuro suegro―. Y ahora que ustedes han mostrado a todo el mundo que son fuertes, los representantes de estos grupos están exigiendo la activación de la ley. ―hizo una pausa para elegir las palabras correctas―. ¿Sabes en lo que eso te beneficiaria? ¿A ti y a la oficial Hopps? No tendrían que estar yendo por la calle sin que los estén insultando cada dos por tres.
―Somos oficiales de policía. ―contraatacó Nick.
―Aun así, los atacarían. Y si algún día adoptan, sus hijos pasarían una de las peores etapas de su vida. ¿No quieres lo mejor para tu futura esposa? ¿Para tu futura familia?
El silencio se hizo. Furllon tenía un punto el cual Nick no podía refutar. A través de los años, miles de parejas inter-especie habían sido atacadas. Algunas salieron en lucha y lograron ciertas cosas que hoy en día son legales pero aun así la lucha no terminaba ahí. Cuando el alcalde fue electo, la ley que había propuesto causó revueltas tan grandes que tuvieron que dejar la dichosa ley bajo llave. Las personas las siguen atacando y, sí, aunque ellos fueran policías, les destrozarían la vida. Y él no quería que Judy sufriera un dolor igual al que él pasó de pequeño.
―Este proyecto demostrará que no hay nada de malo en ser una pareja inter-especie, Nick. ―dijo la comadreja, empáticamente―. Con esto, la ley se aprobará con el apoyo de los representantes y su vida ira a pedir de boca en los siguientes años.
Nick no era fácil de doblegar en sus opiniones. Y en esto realmente no iba a cambiar de opinión. Pero también pensó en lo que sería de su vida a partir que comenzaran a vivir juntos, ¿Insultos, protestas, atentados contra sus vidas? Algunos grupos conservadores de Zootopia son muy extremistas y si, gracias a ellos, le pasara algo a su amada coneja, jamás se lo perdonaría. Si esa ley nos protege, pensó, tendremos una vida en paz.
No quería aceptarlo pero pensándolo de esa forma, tenía que aceptarlo. La única manera en la que ellos vivirán, como dicen en los cuentos de hadas, felices para siempre.
―Bien. ―dijo el zorro―. Acepto.
Los ojos de la comadreja brillaron y sus orejas llegaron al tope de lo que podían subir. Se acercó a Nick y le estrechó la pata moviéndola de arriba hacia abajo rápidamente, cosa que le molesto a Nick un poco. Este se soltó y en un bufido le preguntó:
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Nueva Familia. Parte N.-2
FanficHoy en día, las familias son más grandes de lo normal. ¿No es así? Y todo comienza con un simple paso entre las familias. ¿Cuál? Que los futuros consuegros se conozcan y pasen el muy tenso y largo camino hasta la aceptación de cada uno. Pero...