¡Hola a todos! Ya estoy de vuelta y aquí traigo un nuevo capítulo. ¡Muchas gracias por esperar y a leer!
Cuando Legolas se despertó, se dio cuenta de que estaba solo, para su alivio. No estaba de humor para tener compañía, ni siquiera de su padre y su hermano. Prefería quedarse a solas para lamentarse sin que nadie lo viera.
Quería llorar, ¿pero dónde estaban sus lágrimas? Quería gritar, ¿pero dónde estaba su voz? Quería lanzar cosas, ¿pero dónde estaba su fuerza? Solo estaba allí en la cama, débil y sin ganas de seguir. Lo único que hacía era mirar la pared que tenía en frente, sin verla realmente, pero recordándolo todo. Entonces cerró los ojos cuando empezó a acordarse de los detalles horripilantes. Seguía escuchando sus voces, cada vez más alto. Gimió y se cubrió los oídos con las manos, rezando para que se detuvieran los sonidos.
"¿Legolas?"
Dio un respingo cuando su hermano lo llamó con suavidad y se dio cuenta de lo débiles que se habían vuelto sus sentidos. ¿Cuándo ha entrado Keldarion? Legolas abrió los ojos a regañadientes y vio cómo Keldarion lo observaba, preocupado. Su hermano mayor se sentó en el borde de la cama y le tocó la frente fría.
"¿Qué ocurre, hermano? ¿Te duele algo?"
El príncipe más joven negó con la cabeza y se hundió más en las sábanas. Entonces se dio cuenta de que alguien le había puesto ropa para dormir y entró en pánico momentáneamente. ¿No he sido ya bastante violado que también tengo que ser vestido por extraños?
Keldarion vio el brillo salvaje en sus ojos y se dio cuenta de lo que pasaba.
"No fueron los sirvientes, Legolas. Fue padre –al ver que su hermano suspiraba de alivio, añadió-. Ellos no lo saben. Confía en mí. Nunca lo sabrán."
Legolas lo miró agradecido... y luego volvió a centrarse en la pared. Keldarion lo observaba con tristeza. ¿Por qué no habla? ¿Por qué está tan tranquilo? ¡Por favor, Legolas, di algo!
"Lo maté, Legolas. Jongos está muerto –Legolas no dio muestras de haberlo escuchado, así que Keldarion insistió-. Ya no te molestará más."
Entonces su hermano se giró hacia él y a Keldarion le dieron ganas de golpearse por la estupidez que había dicho. Los ojos de Legolas estaban llenos de dolor y furia. Incluso muerto el hombre lo perseguiría para siempre. El príncipe tragó con nerviosismo y entonces recordó la cesta que llevaba en brazos.
"Oh, ten. Tu amigo Gimli te mandó esto. Es un águila con el ala rota. El enano pensó que tú sabrías qué hacer con este pequeñín –Legolas solo lo miró con desinterés un momento y dejó de prestarle atención otra vez-. Bueno, lo dejaré por aquí –Keldarion dejó la cesta sobre la alfombra, al lado de la cama-. Te dejo la piedra manyan sobre la mesa de noche, para cuando te sientas con más ánimo."
Legolas seguía sin responder, ni siquiera cuando el animal dio un graznido. Keldarion suspiró y se enderezó. Sabía que a Legolas le llevaría tiempo recuperarse, pero su rechazo le hacía daño.
De repente alguien tocó en la puerta y Keldarion fue a abrir. Era un sirviente que traía comida para Legolas. El príncipe cogió la bandeja y la dejó en la mesita de noche.
"Tienes que comer algo. Debes de tener hambre –su hermano siguió ignorándolo. La pared parecía ser más interesante que las magdalenas y el zumo de la bandeja. Keldarion acabó por rendirse. Si Legolas prefería estar solo, ¿qué más podía hacer él?-. Está bien, Legolas. Te dejaré a solas. Pero no dudes en llamarme si necesitas algo."
Mientras Keldarion salía de la habitación, Legolas gritaba internamente. ¡No! ¡Kel, vuelve! ¡Te necesito! ¡¡No me dejes!! Pero no podía emitir ningún sonido y se quedó solo otra vez. Quería llorar, ¿pero qué ganaría con eso? ¿Podría borrar su terrible experiencia? ¿Le devolvería su inocencia?
Otro graznido del águila le llamó la atención. El ave con un ala rota. ¿Cómo puedo curar cuando yo mismo estoy roto en pedazos?
Cuando Keldarion volvió unas horas después, Legolas se había quedado dormido. La comida y la bebida seguían allí, intactos... y el águila seguía en el mismo estado.
Los hombres rodearon al elfo, sonriendo con malicia. El elfo se encogió de miedo, temblando. Los humanos se reían histéricamente, disfrutando del momento. Lo sujetaron, lo inmovilizaron y lo destruyeron. El elfo gritó y gritó y gritó...
Keldarion se despertó de golpe y se sentó en la cama, tenso como un arco a punto de disparar. Tenía las mejillas empapadas; había llorado en sueños.
Había pasado casi una semana desde la tragedia. Legolas seguía sin hablar... y el príncipe heredero seguía con las mismas pesadillas. Se abrazó las rodillas y sollozó. ¡He fallado! ¡No pude protegerle! ¿Qué clase de hermano mayor soy? ¡Ahora Legolas es solo una concha vacía! ¡Es mi culpa! Mi culpa...
Tardó media hora en calmarse, y para cuando lo hizo, salió al balcón y miró el cielo azul de la mañana. El bosque estaba más verde que nunca. Todo en Mirkwood era tan hermoso como siempre... pero el viento y los árboles transmitían tristeza. La naturaleza estaba ligada a Legolas.
Haldir y sus guerreros habían vuelto a Lothlorien tras su misión fallida de averiguar dónde se ocultaba Maifron. El mago malvado ocultaba muy bien su presencia, pero los elfos continuaban sin rendirse. Lo encontrarían... tarde o temprano.
Pero todavía no había cambios con Legolas. Su nuevo pasatiempo favorito era mirar la pared con los ojos vacíos. Casi no comía ni bebía... y nunca salía de su habitación. También ignoraba al águila que seguía al lado de su cama, así que Keldarion tenía que alimentarla todos los días. Sin embargo, no había usado la piedra manyan para curarla, pues todavía tenía la esperanza de que lo hiciera Legolas.
Todos en el Bosque Negro estaban terriblemente preocupados por su amado príncipe. No podían evitar sentir que algo horrible estaba a punto de ocurrir.
Legolas se sentó en la cama y observó su reflejo en el espejo. No vio nada especial en su rostro. Su piel era demasiado pálida, su cabello ya no brillaba y sus ojos no resplandecían. Estaba sucio... roto...
Entonces vio un cuchillo pequeño en la bandeja. Lo habían traído para pelar las manzanas. Se levantó, lo cogió y se sentó en el suelo apoyado en la cama.
Sin temblar un ápice, empezó a deslizar la afilada hoja contra su piel perfecta...
Acabo de volver y conmigo el drama ¿Ven que soy buena? Imagínense haberlas dejado aquí toda una semana en vez de en el capítulo anterior :)
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Trauma
FanfictionLos príncipes del Bosque Negro son capturados por un grupo de mercenarios. Los hermanos no revelarán el secreto que han jurado proteger... sin importar cuán inhumana sea su tortura