Ámber empuñó con rabia el cuchillo mirando fijamente la sudadera de Jeff, suspiró y se la volvió a poner. Salió al corredor en dirección al baño y entró en él, nuevamente se vio en el espejo, aquella prenda no le sentaba tan mal, eso sí, quería darle un toque personal. Frente al espejo, la iba cortando un poco más arriba de su ombligo, haciéndola relucir con un aire de modernismo y coquetería, la tela sobrante caía contra el piso y la rubia sólo podía mirar satisfecha lo que estaba haciendo. Terminó y por milésima vez vio su reflejo, sonriente y dando brinquitos, como si de una niña pequeña se tratase, caminó hacia el salón y vio televisión un rato, antes de que la puesta de sol captara su atención. Vislumbró entonces cuan hermosos eran los débiles rayos de sol que entraban por esa ventana, se colocó frente a ella y vio que todo era complementado por el bellísimo paisaje que se asomaba por la misma. Los ligeros pasos de Jeff, bajando por las gradas,la devolvieron nuevamente a su penosa realidad, más no se volteó al sentirlo cerca.
-Oscurecerá.-Murmuró sin prestarle mayor atención a la chica.- Espero que estés lista.
Ámber lo ignoró y continuó con lo que hacía, fue ahí, en ese preciso instante, que la vio vistiendo algo que le era indudablemente familiar y a la vez desconocido.
-Al mirar esto-Exclamó intrigado, refiriéndose a su sudadera.- Sé que era mío.
-Sí, lo sé...-Respondió neutra.-Por cierto, estoy lista.
-Parece que lo de hace un rato te hizo bien niña...-Ámber agachó la cabeza.-Mírame Ámber.-Jeff la agarró del mentón fulminándola con su mirada y sonriendo al ver el temor de la chica.-Admito que ese estilo es de mi agrado.-La soltó y le dio la espalda.-Trae tu cuchillo, vámonos.
Ella obedeció sin refutar, y fue en busca del inusual obsequio que Jeff le había ofrecido.
Los pocos rayos de luz habían desaparecido, ambos caminaban por el bosque en dirección hacia algún lugar. Ámber seguía a Jeff, el cual parecía saberse cada ruta de aquel bosque como si fuese la palma de su mano, no demoraron en llegar a una parte del bosque,un tanto despejado, donde habían pocos árboles, entonces los vio, pudo reconocer a algunos de esos seres que conoció la noche anterior y también a los humanos que los acompañaban, aunque no estaban ni la mitad de los que vio ayer.
-Se tardaron.-Murmuró el chico que tenía un bozal. Junto a él estaba su acompañante, pero a Ámber le resultó extraño que este no tuviese ningún arma.
Miró a su alrededor fijándose en cada humano, ninguno traía nada en las manos, todos desorbitados y amarrados. Se sorprendió al ser la única que estaba ¿Libre?-¿Piensan esperar a los otros?-Preguntó Jeff.
-El único que faltaba eras tú.-Respondió Ben.
-Creí que todos vendrían.
-Así era.-Ben negó.-Pero dijeron que no querían dejar a sus humanos sin vigilancia y tampoco querían matar con ellos.
-Idiotas...-Jeff dijo entre dientes.
-Los 4 nos las arreglamos sin problema.-Dijo el payaso.
-Exactamente lo que Laughting Jack dijo.-Añadió Sally.
-Oye Jeff.-Laughting Jack captó su atención.- ¿Porqué tu humana tiene un arma?-Lo miró intrigado.- ¿Y porqué su vestimenta es como una copia de la tuya? HAHAHA.-Su risa era algo perturbadora.
-Porque quiero que no sea un estorbo.-Respondió.- ¿Y esto?-Señaló lo que vestía Ámber.- Es por su buen gusto.- Dijo divertido.- No dejen que esos humanos se conviertan en una carga ¡Háganlos útiles!
-De ninguna manera.-Refutó Toby.- ¿Estás loco?
-Sí ¡Escaparían!- Dijo Sally.
-Ajá, que idea tan estúpida.- Se unió Laughting Jack.
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Sin Piedad《Jeff The Killer》.
أدب الهواةPuedo ver tristeza en sus apagados ojos, puedo sentir cordura en alguna parte de su ser, él ha encendido una parte en mi que desconocía. Mi destino siempre fue formar parte de él y de su oscura familia, mi vida y la de él se unieron para dar paso a...