¿Una confesión?

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Un sonido hizo que me despierte casi de inmediato, eran casi las 6 de la tarde lo supuse por el color del cielo y el ambiente, desde que vivo aquí lo único que hago es limpiar, a veces canto mientras lo hago, otras veces suelo encender la televisión y ver programas tan estúpidos que me hacen volver a apagarla al instante, no voy ni un mes aquí y ya me está empezando a afectar. Retomo, el sonido que me despertó fue el de la puerta, él llegó, y estoy algo dañada al decir que me alegra. Salí en dirección a la cocina, ya que escuché que él se hallaba ahí.

-Sobre lo que hablamos esta mañana...-Murmuró la rubia al verlo de espaldas notando luego de unos segundos su falta de interés, así que un tanto enfadada, volvió a tratar de captar la atención del peli negro-Oye te dij...

-Te escuché.-Se giró mientras sostenía un cuchillo que para suerte de la chica era de los pequeños con los que se corta el pan. La miró un instante y como pudo trató de apartar la mirada debido a que sintió una punzada dentro de sí al verla parada ahí mirándolo un tanto desafiante.

El pijama con el que se encontraba la chica no era ni de cerca atrevido, sin embargo era ella quién lo hacía ver así. Ámber miró confundida a Jeff casi como si quisiera tratar de entender lo que rondaba por su mente en ese preciso instante. No terminaba de entender bien qué era lo que le atraía de él exactamente, y también le pareció curiosa la actitud que él tomó ya que parecía desconcertado y un tanto ido. Las mejillas de la chica se tornaron de un leve color rosa al recordar las primeras veces que lo vio, todo lo que ocurrió y que ambos habían estado evitando. Apretó los labios y deslizó su mirada hacia el suelo un tanto avergonzada tal como si le hubiera acabado de confesar a Jeff los pensamientos que pasaron por su cabeza. Jeff la miró de nuevo percatándose de la tensión existente y el silencio se rompió.

-Creí que querías evitar hablar de lo que pasó.

-¿D-De qué hablas?

-Estás tan roja como la sangre, es evidente lo que has pensado al verme. Jeff se maldijo en sus adentros tras pronunciar esas palabras.

-¿YO? Para n-nada.-Lo miró con firmeza intentado ocultar lo nerviosa que se encontraba.

Jeff la miró por milésima vez y un impulso hizo que se acerque a ella.

-No te acerques...-Cerró los ojos y puso sus manos contra el pecho del peli negro para evitar que se siga aproximando.

-¿De verdad quieres que me alejé?

-¡SÍ, es obvio que quiero que te alejes!

-Te acabas de delatar tú sola, niña

-Nada de delatar, estoy diciendo que quiero que te alejes.

-Pudiste perfectamente alejarte de mí o salir corriendo, pero ¿Qué hiciste?

Ámber lo escuchaba con desprecio mientras él se burlaba.

-Exactamente...Quedarte ahí parada esperándome. ¿Esperando qué? ¿Qué haga algo así?

Jeff acercó su rostro al de ella, ella sólo se quedó petrificada y cerró con fuerza sus ojos agachando un poco su rostro pero sin llevar a apartarse de Jeff.

-¿Lo ves?-Jeff se detuvo y empezó a apartarse de Ámber.- Pides a gritos mi atención niña, pierdes tu tiempo. Ámber lo fulminó con la mirada y sonrío.

-No eres capaz de terminar lo que empezaste ese día ¿No? -Ámber se mostró decidida.- Entonces yo me encargaré.

Con la adrenalina a tope al igual que su valor se acercó a él sin quitarle la vista, sin bajar su mirada, parecía haberlo tomado por sorpresa, puso ambas manos sobre el pecho de Jeff y rozó sus labios contra los de él.

-Ya perdiste...-Susurró.- No te das cuenta de que gané...Y por supuesto, te estoy demostrando algo...-Tras decir eso, lo besó, con tanta delicadeza que para Jeff fue imposible salir del trance.

Ámber se apartó y antes de que Jeff pudiese proferir algún insulto o movimiento habló nuevamente.

-Aún hay humanidad en ti, Jeffrey Woods.

Ámber se dio vuelta en dirección a su habitación, Jeff se encontraba confuso y sin duda furioso, se aproximó hasta ella y la tomó del brazo.

-¿Ahora qué?-Dijo la rubia sin mirarlo.

-No te vayas...









Sin Piedad《Jeff The Killer》.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora