Sin Piedad《Jeff The Killer》.

¿Seremos un cataclismo?

Sé que es estúpido, pero la mayor parte del tiempo he pasado inconsciente o durmiendo lo cual me hace sentir inútil en mi totalidad. La noticia ha hecho un hoyo en mi cerebro, tengo vagos recuerdos de mi niñez, no entendía el por qué siempre me han medicado, no entendía hasta ahora...Mis padres me tenían miedo, mi familia me tenía miedo, en este momento hasta yo misma me tengo terror, no sé qué me pasará, todo es tan increíble e incierto que temo, temo desplomarme y terminar en un infierno peor que este...

Desperté sintiendo mi rostro un poco hinchado, parece que estuve teniendo pesadillas horrendas, aún me hallaba en la casa de Slenderman, por inercia traté de buscar a Jeff volteando mi cabeza analizando todo el lugar, nada. Me sentía incómoda y realmente no tenía idea de qué hacer, me levanté del sofá suspirando de angustia una horrible sensación invadió mi estómago, sentí preocupación e incluso... Emoción. Vi como Jeff apareció junto con Slenderman, se veían tranquilos.

–Niña, despertaste...–Jeff se acercó a mí.

–Escucha bien, Ámber...No reprimas quién eres, ahora lo sabes, haz que tu poder crezca, sé que Jeff te guiará. Recupérate muchacha, Jeff y tú tienen mucho de qué hablar, los veo después...–Tras decir eso, Slenderman desapareció entre las sombras dejándonos solos.

–Vámonos.–Jeff hizo un gesto para que lo siguiera.

Salimos juntos para nuevamente estar entre el infinito bosque.

–Dime... ¿Tú lo sabías Jeffrey?–Suspiré un tanto apagada mientras caminábamos vuelta a casa.

–No, también me sorprendió bastante eso de que eres la hi...

–Shhh, no lo repitas, me causa escalofríos.-Dije interrumpiéndolo.

–Mierda, niña...Tanto potencial y no le das uso, qué idiota.–Jeff rodó los ojos.

–Basta de insultos...Slenderman dijo que tú y yo debíamos hablar ¿Qué quiso decir con eso?–Clavé mi mirada en Jeff.

Jeff se puso aún más pálido de lo que ya era e incluso pude notar que aceleró un poco el paso para dejarme atrás.

–¿Tan malo es? Jajaja, por favor...–Dije un tanto molesta.–Supongo que no quieres provocar mi ira, Jeffrey.

Jeff paró en seco y volteó a verme.

–Vaaaya, ¿Quieres intimidarme?–Jeff rió.–Excelente intento, niña.–Bufó con sarcasmo.–Si bien, eres descendiente del Anticristo no posees poder suficiente para acabar conmigo, así son las cosas.

–¿DISCULPA? Escuché las alabanzas de Slenderman hacia mí, obviamente soy mucho más poderosa que tú, sólo que aún mi poder no se ha desarrollado.

–Y jamás se desarrollará sin mi ayuda.

–JAJAJA claaaro ¿Tú qué puedes hacer para ayudarme? ¿Obligarme a matar personas y dibujarles sonrisitas en sus estúpidos rostros? ¡NO!

Me sentí diferente, más impulsiva y agresiva de lo que he sido siempre...Jeff me miró con desagrado.

–Dejemos el tema ahí ¿De acuerdo, nena?

–Una pregunta más ¿Los demás saben quién soy? Es decir...Ben ha sido amable conmigo todo este tiempo, supongo es por eso.

Jeff me miró molesto, incluso parece haberse puesto celoso, me causó mucha gracia.

–No, sólo Slenderman y yo lo sabemos, y es mejor que no le comentes esto a nadie más.–Murmuró serio.

–Bien...

–Bien.

El silencio invadió nuestro espacio.

–Oye, es bueno haberlos encontrado...–Musité con algo de nerviosismo.

–Corrección, Ámber...Nosotros te encontramos a ti.

–Y me "salvaron"

–Exacto.

–Supongo que no es tan malo estar aquí, y contigo...

Noté que Jeff se ruborizó, aún me pregunto cómo es que en su pálido rostro se pudo notar.

–Sabes, niña...Todo este tiempo huía de todo y todos, creí que así sería feliz y sí, me siento feliz pero no completo...

–¿Aún no te sientes completo?–Dije un poco triste.

–En realidad, siento que pronto estaré completo, con un objetivo claro en mi vida y eso es satisfactorio.

Lo miré decepcionada debido a que esperaba una respuesta acerca de...¿Nosotros?

–¿Y ese objetivo es?–Intenté forzarlo más.

Me miró nervioso y apartó rápidamente la vista percatándose de que lo estaba observando con mucha atención.

–El apocalipsis ¿No es obvio?

Apocalipsis, esa palabra retumbó en mi cabeza.

–Ya...Quiero que hablemos, Jeffrey.

–Niña, estamos hablando.

Lo fulminé con la mirada.

–¡Hablo en serio!

–Yo también.

Era un tanto temprano, la suave brisa inundaba mis fosas nasales con un aroma a tierra húmeda y flores frescas. Miré a Jeff intentando mostrar una expresión de enojo.

–Bueno...espero poder desarrollar ya mis poderes, me siento ansiosa por ello y te aseguro que acabaré contigo, Woods.–Reí divertida

Jeff me miró intrigado y de inmediato giró su rostro hacia otro lado, parece que oculta algo.

–Muévete, quiero ir a asesinar a algunas personas esta tarde.

–¿Me vas a llevar?

–Da igual, niña, ¿Vienes?

–No lo sé, pero dime algo Jeffrey, cómo escoges a la gente que vas a matar...

–Viéndolo así, nunca he escogido gente, siempre lo he hecho al azar, claro a excepción de ti.

–No, a mí no me has matado, duh.

–Por eso eres la excepción, idiota.

–Basta de llamarme idiota, idiota.

Me dirigí hacia Jeff para empujarlo haciéndolo caer al piso, empecé a reír mientras aún seguía sobre él, parecía un tanto molesto pero después me siguió el juego y ambos nos encontrábamos forcejeando para ver quién tenía el control de la situación. Paramos en seco, me encontraba sobre él y sentí como si el tiempo se hubiese detenido, él me miró intrigado, quería descifrar qué es lo que pensaba al verme, sus ojos fácilmente los puedes confundir con el océano me ahogué en ellos, me perdí. Mi cabello cubría levemente su rostro, realmente sus facciones eran preciosas o al menos yo las veo así, Jeff acercó su rostro hacia el mío y mi frecuencia cardíaca se aceleró como nunca.

–Your lips my lips...–Recordé aquella canción, cantándola casi en susurros mientras cerraba los ojos esperando sentir los labios de Jeff.

–Apocalypse...–Susurró Jeff, sorprendiéndome más y haciéndome desvanecer mientras nuestros labios jugueteaban entre sí.

Recuerdo haberle dicho que él perdió, pero en realidad yo perdí, perdí mi cordura y ahora siento estar enamorada de él con devoción...Me costaba admitirlo pero ahora él es mi vida, una sangrienta, violenta, y pasional vida a la cuál no dudaré en aferrarme.