Tiene que ser una broma.

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–No te vayas...

¿Acaso...Acaso Jeff está siendo normal?

–Ámber...Para ser sincero podría decir que sólo te quiero para coger.

Ah ya, ese es el Jeff que conozco.

–Pero no es así...Mira, la soledad me ha hecho bien, demasiado diría yo, es extraño tratar de procesar lo que siento cuándo te veo, no bromeaba al decir que quiero acuchillarte Ámber pero admito que siento ¿Cómo le dicen ustedes? Cierta calidez cuando estoy cerca de ti, me avergüenza decirlo porque estoy tan acostumbrado a no sentir absolutamente nada que...

–Que usas tu brusquedad para apartar a todos.–Ámber lo miró nostálgica.

–Mentiría si dijera que cambiaría mi manera de ser, así he sido desde...desde siempre...–Jeff apartó la mirada.

–Titubeas Jeffrey, algo te ocurrió...Eso es lo que no quieres que lea del libro.

–Y por eso quieres leerlo ¿No, niña? No me digas que te gusta verme así ¡Por favor! Ahora soy este, el que te secuestró y estuvo a punto de matarte.

–Entonces no dejarás que lea el libro...

–No, no lo leerás.

Ámber lo miró decepcionada.

–Yo te lo contaré todo, vamos.

Jeff guío a Ámber hasta su habitación en la planta alta, la puerta de encontraba cerrada pero sin seguro así que no fue necesario usar alguna llave, el pelinegro giró la perilla e hizo que Ámber entrara para después él entrar y cerrar nuevamente la puerta lo cuál causó un escalofrío en la chica.

–Ponte cómoda, niña.–Jeffrey la invitó a sentarse junto a él en la cama.

–Okey, esto me está perturbando un poco...

–Si no confías en mí, no hay historia.

–Confío en ti...

Jeff la miró e hizo que se recueste, agarró sus manos y se subió sobre ella.

–Demuéstralo.

Ámber abrió los ojos como platos y se quedó perpleja. Jeff se rió e inmediatamente volvió a recostarse a lado de la chica, dejándola libre.

–¿Te asusté mucho, niña?

–Me asustó pensar que mentiste y que usaste lo de la historia para coger conmigo, pero de todos modos iba a acceder.–Ámber río y se sintió más relajada.–Y bien...¿Me la dirás?

Jeff la miró y rodó los ojos.

–Eres una perra.– Rió divertido.

El chico cambió su semblante casi al instante para empezar a contar lo que tanto Ámber anhelaba.

Hace algunos años vivía con mis padres y mi hermano en una ciudad muy lejos de aquí, pero tuvimos que mudarnos, al ser nuevos en el vecindario había chicos que empezaron a acosarnos a Liu y a mí...

Liu ¿El Liu de la reunión es tu hermano? Ohhh.– La rubia interrumpió para luego ser fulminada con la mirada de Jeff en la cuál se entendió claramente el mensaje de "Cállate"

Cómo decía, Liu y yo no nos metíamos con nadie, ellos sólo nos provocaron...hasta que no soporté más. Un día volvía a casa, y los vi ahí golpeando a mi hermano, sentí un calor emanar dentro de mí y sin pensarlo dos veces me avalancé a golpearlo hasta que quedó sin conciencia, no olvidaré la manera en la que me miró Liu, tenía terror de mí a pesar de que lo defendí y fue ahí dónde entendí lo satisfactorio que es el provocar miedo en los demás. Esa misma noche una patrulla llegó a nuestra casa y se llevó a mi hermano, él se culpó por mí, vaya estúpido. Me sentía culpable por dejar que se fuese así, mis padres me odiaron también por ello pero yo seguí con mi vida. Supe que el tipo al que golpeé se encontraba grave, así que sus amigos quisieron vengarlo, asistí a una ridícula fiesta infantil obligado por mis padres, y fue ahí dónde esos hijos de perra me hicieron esto, aún no sé cómo es que sucedió pero desperté en el hospital después de haber visitado el infierno, ya sabes, lo digo por el fuego que ardió en mi cuerpo durante minutos. Mis padres, las enfermeras, el doctor, todos aquellos que me miraron lo hicieron con asco, después de todo ahora era un monstruo. Mi hermano en la cárcel, mis padres tratando de lidiar con lo que pasó, y yo escondido de por vida sumido en la miseria, perdí mi cordura aquella noche al verme por primera vez al espejo, no lo soporté, agarré un cuchillo sonreí y me fui de este mundo, renací en lo que soy ahora, me despedí de mis padres, los mandé a dormir y corrí, corrí lejos adentrándome al bosque en dónde me encontré con la hospitalidad de Slenderman "Bienvenido" Me dijo "Estaba esperándote" Y así, niña, me convertí en Jeff The Killer.

–Sabía que no eras malo, Jeff...Y sé también que Jeffrey Woods está aquí.

Ámber se acercó señalando en dirección al corazón de Jeff y sonrío

–Vamos a recuperarlo...-Susurró acurrucándose junto a él.

–Jamás te lo permitiría, Ámber.–Jeff trató de apartarse.

–¿Por qué no? Deja esta vida, salgamos de aquí y vám...

–¡No! Entiende que no, no hay nada malo con MI vida...Aparte, ellos nos buscarían.

–¿Quiénes?

–No te hagas la idiota, todos los Creepys irían tras de mí y por ende, de ti.

–No entiendo el por qué lo harían.

–Fácil, soy uno de ellos ahora...Aunque es un asco admitirlo, ellos son mi familia, Ámber...Cómo te dije, al llegar aquí éramos él y yo únicamente, con el pasar de los años los otros fueron llegando, nuestra "familia" fue creciendo, y si bien no soy el más sociable de aquí, de verdad siento que puedo contar con ellos y que estoy en el lugar correcto...

–Lo entiendo...Pero ¿Tú me entiendes? Es decir...Yo también extraño a mi familia, no estoy acostumbrada a su estilo de vida ¿Crees que pueda adaptarme?

–No sólo lo creo, nena, lo sé...

–¿Por qué lo dices con tanta seguridad?

–Debiste verte en la casería, fuaaa, hasta creí que no eras humana.–Jeff río y suspiró.–Veo potencial en ti.

–No Jeffrey, creí haberte dicho que no soy como ninguno de ustedes...Ahora que entiendo todos terminan aquí por alguna historia trágica ¿No? Yo estoy aquí por sus decisiones, nada trágico ha pasado en mi vida...

–Y sin embargo no te interesa vivir o morir, es curioso, Ámber. ¿Estás segura de que tu historia no es trágica?

–Lo estoy.

Jeff la miró intrigado y asintió.

–Te abriré los ojos, niña...

–¿Q-Qué?

–Tus padres no son tus padres...Eres adoptada, tus verdaderos padres eran unos inútiles asesinos que decidieron acabar con tu vida, hasta que Slenderman los detuvo.

Ámber frunció el seño y se echó a reír.

–Claro que sí, Jeffrey, jajaja.

–Si gustas podemos hablar con él mañana mismo. Ya que no me crees a mí, veamos si es que también tienes el valor de reírtele en frente.

La rubia calló, y su rostro cambió a un estado de preocupación.

–Nooo, no es necesario.–Dijo nerviosa.–Supongo que lo que dijiste no fue ninguna broma...

Jeff hizo un gesto de negación con la cabeza.

–Si dejé que me besaras, y que quisieras intentar más conmigo, fue porque desde un principio supe que no eras como las demás, y que tu sangre no está limpia.

–¿Cómo que limpia?

–Por tus venas corre sangre de asesina, es tu naturaleza y no lo puedes negar, niña. Aunque quieras hacerme creer que eres inocente yo sé que no es así.

–No...Eso es una mierda, imposible, yo jamás he demostrado comportamientos homicidas.

–Existe una razón por la cuál Slenderman te salvó, y por supuesto te dejó a mi cargo...

–¿Y el juego del que hablaron, qué pasará?

–Ni yo mismo sé con certeza qué pasará.

Ámber se levantó de la cama, mientras miraba al suelo, ofuscada por lo que acababa de escuchar, y antes de salir por la puerta habló decidida:

–De acuerdo, hablaremos con Slenderman...






Sin Piedad《Jeff The Killer》.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora