Su romance con Victor había muerto, no sentía dolor ni pena, una etapa de su vida terminó.
Ahora Yuuri debía enfocarse en el futuro y afrontar las consecuencias de aquella noche de pasión.
Yurio insistía en su amor por Yuuri, él se haría cargo de...
Yuuri observaba desde el borde de la pista como los campeones del GPF de ese año recibían sus medallas Yurio, Viktor y Christopher, oro, plata y bronce respectivamente. Por fin el rubio había conseguido rebasar a "la leyenda viviente", luego de intentarlo en dos ocasiones. Él por su parte quedó en cuarto lugar, después de fallar en varios saltos gracias a perder su concentración, solo podía pensar en salir de allí y volver a su hogar en Hasetsu. Esa era una decisión que tomó junto a Viktor, era hora de separarse, su romance había terminado.
Poco a poco el amor se fue apagando, dejando solo a dos buenos amigos, que se habían encariñado con la costumbre de estar cerca. Y las cosas empeoraron cuando Viktor encontró a su pareja destinada, una dulce omega llamada Katrina. La pobre chica se mortificaba con la idea de que interfería entre ambos, así que por su bien, y el de la amistad que conservaban, decidieron que lo mejor para cada uno era seguir su propio camino.
Los patinadores se retiraban de la pista.
-Viktor- dijo extendiendo sus brazos reclamando el clásico abrazo -Felicitaciones por ganar la medalla de plata-
Viktor correspondió el abrazo y chasqueó la lengua
-Es una pena que no hayas llegado Yuuri- lo empujó por los hombros -Deberías ser tú quien tenga el oro-
-Bueno fue mía el año pasado-
-Voy ganando cerdo- Yurio los interrumpió levantando su medalla orgulloso -Dos a uno-
-Sí, sí. Felicidades a ti también- Yuuri palmeo su espalda.
Viktor agarró su teléfono y se alejó para hablar sin que nadie escuche.
-Oye viejo, vamos a cambiarnos para ir a la fiesta- Yurio intentó llamar su atención, Viktor apenas lo miró.
-Adelántense, los alcanzó en un momento- se volteó y siguió atendiendo su llamada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yurio bebía su segunda copa, ya tenía edad para tomar alcohol. Estaba cansado de escuchar los reclamos de Yakov y Lilia. Había conseguido el oro ¿qué más querían?
-Voy a ver a los demás- se alejó para no escucharlos mientras buscaba a la única persona que podía sacarlo del aburrimiento.
Al otro lado del salón Yuuri veía a los invitados saludar a su "amado", no había tomado una gota de alcohol, no quería que los inhibidores perdieran su efecto. De pronto una fragancia familiar lo envolvió, haciéndolo levantar la vista, la dueña de aquel dulce aroma lo saludaba.
-Katrina- levantó su copa en señal de saludo y sonrió -Te ves deslumbrante-
En verdad la joven era una hermosa mujer, alta, de largos cabellos rubios, ojos de un azul profundo y piel blanca como porcelana, llevaba un largo vestido de cóctel que hacía resaltar sus curvas.
