Su romance con Victor había muerto, no sentía dolor ni pena, una etapa de su vida terminó.
Ahora Yuuri debía enfocarse en el futuro y afrontar las consecuencias de aquella noche de pasión.
Yurio insistía en su amor por Yuuri, él se haría cargo de...
-Voy a matarte si no me envías al menos un mensaje al día ¿entendiste?- Yurio presionaba con fuerza la mano del omega, mientras arrastraba su maleta de mala gana por el aeropuerto.
Yuuri caminaba en silencio cabizbajo, haciendo un esfuerzo por contener las lágrimas. Realmente no quería estar allí, sentía que su corazón se partiría al ver a su alfa abordar el avión. Pero tuvo que armarse de valor y acompañarlo, de otra forma el rubio no se iría.
-Bien, ya es hora- dijo Viktor, abrazó y besó a Katrina para luego alejarse para abordar -Yurio no demores-
-No molestes, estúpido- Yurio disimulaba su tristeza con su clásico mal humor -Cerdo, en el armario dejé varias prendas, úsalas para lo que quieras- un brillo malicioso apareció en su mirada cuando le entregó la llave de su departamento.
-Yurio tengo algo para ti- Yuuri sacó de uno de sus bolsillos la pequeña caja de color de color azul envuelta con un hermoso listón dorado -Es tu regalo de San Valentín. Olvidé dártelo-
El alfa abrió el obsequio sin decir palabras, un nudo atravesaba su garganta, sonrió al ver un par de guantes de cuero negro y una bufanda haciendo juego, ambos tenían bordados un pequeño puma en color borgoña.
-Me serán útiles en San Petersburgo. Pero no te devolveré la bufanda- dijo ciñendo la prenda a su cuello.
-No pretendía que lo hicieras- Yuuri sonrió y pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas.
-Agh... Maldición cerdo ¿no podías aguantar un poco más?- Yurio lo abrazó y respiró profundamente para impregnarse de su aroma -Tengo que irme-
-Sí. Estaré apoyándote- el omega se quitó los lentes y limpió sus ojos.
-Más te vale- el rubio lo besó con dulzura para luego acariciar su mejilla -Te llamaré al llegar. Te quiero katsudon-
Yuuri intentó responder pero su voz se quebró y apenas pudo dejar salir un quejido al ver la espalda de su alfa desaparecer.
-Lamento todo esto Yuuri- Katrina, que había observado la triste escena, se acercó con timidez.
-Tranquila Kat. No es tu culpa- la tomó de las manos y sonrió en forma cálida -¿Quieres quedarte en Yu-topia?-
-No lo sé. No quiero molestar- la rubia parecía deprimida.
-No te preocupes, mi familia estará encantada. Además no es bueno que estés sola, si no sabes ni una palabra de japonés-
-De acuerdo. Pero sólo por está noche- la rubia cruzó su brazo por debajo del suyo -Debo ir por un cambio de ropa-
-Te acompañare. Debo buscar algo en casa de Yurio- el omega quería llevarse algunas de las prendas que dejó el alfa para sentirse más tranquilo.
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-¿Y bien? ¿Qué novedades tienes?- Yurio daba una mordida al sándwich que se preparó esperando para realizar la vídeo llamada y así poder hablar con su novio sobre su control obstétrico.
