15°

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Todos esperaban expectantes la llegada de los recién casados a Yu-topia. En cuanto el taxi se detuvo, Yurio bajó y rodeó rápidamente el automóvil para ayudar a Yuuri a descender. Ya que le resultaba difícil moverse con el uchikake negro finamente decorado con ramas y flores de cerezo en distintas tonalidades de color rosa. Que debido a su abultado vientre era lo más cómodo y elegante que su madre pudo conseguir.

Al observarlo, Yuuri no pudo evitar sonrojarse, el alfa se veía muy atractivo con el smoking negro y la camisa rojo oscuro.

Yurio lo ayudó a subir los escalones de la entrada. Sostenía su mano izquierda y abrazaba su cintura, para asegurarse que no tropezara. Ese y el momento en que colocó el anillo en su dedo, fueron las únicas veces en que tuvo algún contacto con él.

-¡Muchas felicidades!- Yuko, las trillizas y Minako los saludaban, arrojando pétalos sobre sus cabezas.

-Gracias- Yuuri les enseñó una enorme sonrisa.

Phichit tomaba fotos desde todos lo ángulos, había viajado especialmente para el festejo. Al igual que Otabek, que sólo asistió por insistencia del omega.

Viktor y Katrina se acercaron para saludarlos.

-Será mejor que te esfuerces para que sonría de verdad- dijo el peliplateado, mientras estrechaba con fuerza la mano del rubio -No lo mereces-

-Aún así me escogió ¿No?-  Yurio lo desafió, sonriendo con satisfacción.

-No es momento para esto muchachos- interrumpió Katrina, con una aterradora sonrisa -Vamos a disfrutar de la fiesta-

El resto del día fueron risas y brindis. Yuuri conversaba con cada uno de los invitados. Sonreía rebosante de alegría, no cabía en sí de tanta felicidad. Eso es lo que pretendía que creyeran, porque la triste realidad era que sentía su alma se deshacerse en pedazos por la indiferencia del alfa.

-Voy a cambiarme- le dijo a su esposo -Esto me está dando calor-

-Como sea. No tienes que pedir mi permiso- respondió el alfa, que continuó bebiendo y conversando con Phichit sobre la próxima competencia, sin siquiera voltear a verlo.

Yuuri se excusó con sus amigos y se retiró en silencio. Recorrió con paso lento el pasillo que llegaba hasta su cuarto y se detuvo ante la entrada del pequeño jardín, que se encontraba a mitad de camino. Después de dudarlo un segundo decidió salir un momento.

El dulce aroma de las flores lo envolvió, inhaló profundamente y levantado su rostro al cielo dejó salir un suspiró, acompañado de un sollozo.

-¿Yuuri? ¿Te encuentras bien?-

Otabek lo observaba con preocupación.

-Beka. Me asustaste- dijo, mientras miraba sobre su hombro y limpiaba una lágrima, que había logrado escapar -Necesitaba un poco de aire fresco-

-Yuuri- el kazajo se aproximó y lo miró en silencio por un momento -¿Porque te casaste?-

El rostro del omega se ensombreció y el silencio se hizo más penetrante.

-¿Has amado tanto a alguien que temes morir si no está a tu lado?- preguntó, observando como los pétalos de las flores se mecían con la suave brisa.

-No. Aunque nunca se sabe...-

-No lo hagas- lo interrumpió, y se encaminó a su cuarto -No conseguirás nada bueno de ello. Sólo dolor-

Entró a su habitación sin notar al alfa rubio, que escuchaba a un lado de la puerta.

-Ahora ya lo sabes- le dijo el kazajo, pasando a su lado.

Mi Dulce Regalo 《Yuri On Ice》 《Yuyuu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora