Su romance con Victor había muerto, no sentía dolor ni pena, una etapa de su vida terminó.
Ahora Yuuri debía enfocarse en el futuro y afrontar las consecuencias de aquella noche de pasión.
Yurio insistía en su amor por Yuuri, él se haría cargo de...
-¡Yuri Plisetsky! Estás siendo completamente irracional y egoísta- Viktor lo sermoneaba -Tu dijiste que aceptabas todo de él y en cuanto surge un problema le das la espalda-
Yurio ataba sus patines. Llevaba los audífonos puestos y aún así podía escucharlo. Se levantó sin decir nada y fue hacia la pista.
-Creí que eras otro tipo de hombre.... Pobre Yuuri... Puede que hasta se haya enamorado de ti- suspiró -¿En qué te diferencias del alfa que lo marcó?-
Las últimas palabras resonaron en su cabeza. Sabía muy bien que estaba actuando como un maldito infeliz pero no podía pensar en una manera de disculparse. No, después de ver el rostro aterrado del omega.
Comenzó con su rutina, aún faltaba bastante para perfeccionarla, debía concentrarse.
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Yuuri corría por quinta vez al baño. Hacia dos días que no podía retener los alimentos, lo cual lo dejaba muy débil y cansado.
-¿Por qué no tratas de beber algo?- Katrina lo miraba cepillarse los dientes.
-Te lo agradezco pero sólo quiero dormir- dijo Yuuri, regresando a su cama.
Su madre llamó a la doctora Tsukino. Quien recomendó un antiemético y unas bebidas deportivas para devolver las sales y minerales al cuerpo. También sugirió que el alfa debía estar presente.
-Ya sé cómo podemos ayudarlo- el rostro de Katrina se iluminó. Mari y Hiroko la miraban con curiosidad.
-¿Qué tienes planeado?- preguntó Mari.
-Debemos llevarlo a casa. Yurio vive al lado-
-¿Quieres que muera por depresión?-
-No. Escucha, si las feromonas de ese idiota lo calman podrá sentirlas cuando Yurio nos acerque un poco de su almuerzo. Y con suerte podrá comer- sonreía feliz.
-Es muy peligroso. ¿Qué haremos si se encuentran?-
-Es poco probable. Casi siempre cocina y se va-
-No lo sé- Hiroko estaba preocupada, pero sabía que el alfa no lastimaría a su hijo.
-Bueno es mejor que nada- Mari respondió por ella.
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