19°

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-Quiero que tenga un jardín más grande. Además, está demasiado lejos del onsen- Yurio lo tomó de la mano y lo arrastró fuera. El vendedor de bienes raíces los seguía resignado, era la tercera casa que visitaban, y a la que el rubio rechazaba por alguna pequeña tontería.

Después de que el doctor Tekura le quitará los puntos, el alfa tuvo un ataque de compras y terminó copando el departamento con cosas para el cachorro. Yuuri se sentía tan feliz de ver su cara iluminarse con cada prenda o juguete que no se atrevió a detenerlo.

-Yuri, estoy cansado- el pelinegro caminaba un poco más atrás, sosteniendo su mano. 

-De acuerdo- el alfa se detuvo y acarició su mejilla -Nos detendremos hasta la tarde- 

El vendedor dio una mirada de agradecimiento al pelinegro, Yurio lo interpretó como un coqueteo y gruñó atrayendo a su esposo contra sí. 

-Tienes que dejar de suponer que todo el mundo va tras de mí- Yuuri lo reprendía mientras bebía su jugo de naranja. Habían decidido almorzar en un pequeño restaurante. 

-¿Cómo si no fuera cierto?- 

-Yurio- lo regañó, el omega no veía nada malo en que las personas fueran amables. 

-Cerdo, tienes que entender, mi esposo es el hombre más sexy que existe- lo tomó por la barbilla y depositó un dulce beso sobre sus labios para acallar sus quejas. 

Por la tarde visitaron unas cuatro casas más pero ninguna dejó conforme al ruso, así que regresaron al departamento. 

-La última era muy bonita, tenía un gran patio trasero- Yuuri observaba el folleto de venta con las especificaciones. 

-No es lo suficientemente grande- 

-Yuri, tiene 3 habitaciones- el omega le alcanzó un plato con galletas mientras se acurrucaba a su lado en el sofá. 

-Cerdo, ya te lo dije, quiero una casa llena de cachorros- bebió un poco de su café.  

Yuuri conocía muy bien los deseos del rubio por tener una gran familia. Yurio había crecido sólo al lado de su abuelo y ahora ya no lo tenía. Era lógico que sintiera algo de soledad, pero él se encargaría de llenar cada espacio de su corazón con su amor.

-Esa es ideal por el momento- se llevó las manos al vientre, el bebé comenzó a moverse con fuerza y se sentía bastante incomodo, ya que estiraba bastante su piel.

Al ver su gesto de dolor, el rubio tocó su abdomen con delicadeza. Podía verse su preocupación.

-¿Te sientes bien?- acariciaba su vientre con suavidad, acercó su rostro para hablar con su cachorro -¡Hey! quédate quieto, estas lastimando a mami-

-¿Qué te parece Nikolai?- 

-¿Ah?- Yurio lo miró confundido -¿De qué hablas?-

-Del nombre. Creí que Nikolai te agradaría- sentía arder sus mejillas por la vergüenza, era la primera vez que hablaban del tema -Es... es decir, estuve pensándolo mucho y... supuse que sería una bonita forma de recordar a tu abuelo-

-Había pensado en Shura- dijo, con un dejo de tristeza al recordar al anciano.

-Shura... Yura- Yuuri comenzó a reír con ganas, enjugó una lágrima que escapó de sus ojos derecho -Será muy confuso llamarlos a ambos-

-Cállate, cerdo- gruñó avergonzado -Además al pequeño cerdito le gusta ¿ves?-

El cachorro se había quedado quieto al sentir la voz de su padre. Y el omega se encontraba mejor, así que se recostó sobre las piernas del alfa para disfrutar de sus mimos y caricias.

Mi Dulce Regalo 《Yuri On Ice》 《Yuyuu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora