Capítulo 5: Compañeros

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Lysandro

Después de una agitada mañana, el doctor vino a verme para decirme que empezaba la rehabilitación al día siguiente. Cuando ya era de noche, mis amigos se habían despedido de mí, ese día nadie se quedó a hacerme compañía ya que todos tenían algo que hacer, me la pasé leyendo los libros que estaban en la cómoda. Poco a poco me iba quedando dormido, decidí continuar mañana, iba a dejar los libros a un costado y uno se cayó, no lo podía alcanzar, sabía que no lo podía dejarlo ahí tirado, intenté incorporarme un poco más para alcanzarlo, en ese instante me incliné demasiado por lo que me iba a caer justo en ese momento alguien entró.

- ¡Cuidado! - corrió hacia mí y me sujetó del brazo, lo que hizo que impidiera mi caída- Uf, por poco- me giré y me di cuenta de que se trataba de la chica de esta mañana. Ella me ayudó a recostarme en la cama.

- Gracias...ah... ¿Angela no?

- Ja ja, la misma- sonrió ella, recogió el libro y me lo extendió- Esto es tuyo.

- Gracias, en realidad estaba tratando de dejarlo en la cómoda.

- Oh claro- ella lo dejó en el lugar que le indiqué- Que bueno que llegué a tiempo si no te hubieras dado un golpe bien grande.

- Si, eso creo... ¿A qué viniste? – me animé a preguntar.

- Venía para decirle "Buenas noches" a mi nuevo compañero.

- ¿Compañero?... No entiendo- ella río.

- Hace tiempo que no había visto a un chico de mi edad.

- ¿Cuántos años tienes?

- Tengo dieciocho.

- Pero pareces una niña.

- ¡Oye!, que actúe como una no significa que lo sea.

- Si tú lo dices- ella sonrío

- Te quedarás aquí ¿verdad?, debido a tu accidente, no sabes como lo siento- dijo ella realmente apenada.

- No, descuida, las cosas pasan por algo ¿no? - dije para levantarle el ánimo- ¿Acaso tú también estas internada?

- ¡Bingo! como te dije no hay muchos chicos de mi edad en este hospital y los que vienen solo es por chequeo médico, tú en cambio te quedarás. De cierto modo eso me alegra- sonrío.

- ¿Qué? ¿No pareces estar enferma? – su confesión me sorprendió un poco.

- Las apariencias engañan- ella solo se dedicaba a sonreír.

- ¿Y qué es lo que tienes? - pregunté, aún no me podía creer que esta chica estuviese internada, ella desborda más energía que un niño de cinco años.

- Eh...- ella miró el reloj de la pared- ¡Ya es tarde!, debo de volver- se puso de pie- Nos vemos mañana Lysandro.

- Oye...- salió rápidamente de la habitación- Que extraña es- dije antes de alistarme para dormir, esa noche la luna brillaba en el cielo; la veía desde la ventana cuando se me ocurrió una estrofa para una canción. Busqué mi libreta que se suponía que debía de estar encima de la cómoda.

- Pero ¿Dónde podrá estar? - rebuscaba, llegué a la conclusión de que no estaba. Seguro la había dejado en la otra habitación, no tuve elección más que apuntarla en uno de los libros que estaba leyendo, sino la iba a olvidar.

Te llevo en mi corazón(Lysandro x Sucrette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora