Daytona Beach, 24 de marzo de 2016
MORGAN ARCHIBALDMaldita sea. Estoy qué me lleva todo lo que me trajo, ¿como se pudo haber ido con alguien qué acaba de conocer? ¡Es atractivo pero eso no significa qué lo conozca! Si vino conmigo se tiene qué ir conmigo, tiene bastante lógica.
Nunca en mi vida me había sentido tan impotente, lleno de rabia y a la vez lleno de remordimiento porque todo esto fue culpa mía aunque es tan difícil aceptarlo enfrente de ella, la he estado tratando terrible estos días cuando se supone qué debe estar relajada, es qué soy tan idiota, es lo único qué se hacer bien.
Entro al departamento dando un portazo, Norah está en la cocina preparando algo de comer, no lleva puesta la playera qué Grace me regaló y eso me tranquiliza pero ya no importa ya que Grace se ha ido y ya la vio con ella.
—¿Qué pasó? ¿Pudiste convencer a tú hermana? — Olvidaba qué le había dicho qué Grace es mi hermana para así evitar preguntas incómodas de su parte.
—No y conociéndola sé que no regresará.— Me siento en el sillón desesperado y molesto.
—¿Y sabes dónde va a estar? — Norah se sienta al lado mío y pasa su mano en mi espalda. Giro mi mirada hacia ella y la observo detenidamente. Es linda y mucho, tiene unos hermosos ojos cafés, unos labios grandes, una nariz bien perfilada y el cabello rizado hermoso, pero hay algo en ella qué simplemente no me permite ni siquiera qué me pueda gustar y ese algo es qué ella no es Grace. Ella no es la chica de la qué estoy profundamente enamorado, la qué me hace reír a cada momento no importa el humor en el qué esté, la caprichosa que hace todo lo posible por conseguir lo qué quiere, la más fuerte, la mejor amiga qué todos quisieran tener, la única persona que a pesar de todo el dolor que le he causado nunca me ha abandonado, Grace es la chica qué amo con todo mi ser y la única qué me hace sentir todos estos incontrolables celos qué siento ahora.— ¿Por qué me miras así? ¿Tengo algo en el rostro?
—No.— Suspiro.— Necesito qué te vayas.— Me levanto rápidamente y ella se queda sentada mirándome sin entender nada.
—¿Estás bromeando?
—No, necesito qué te vayas. Eres una mujer increíble, pero regresaré a mi vida normal y no me quedaré aquí por ti.
—¿Y la promesa qué me hiciste? ¡Me juraste qué te quedarías conmigo! — Se pone de pie y me mira a los ojos.
—Norah.., estaba ebrio, no sabía lo qué decía en ese momento, tienes qué irte.
—Es por ella, ¿verdad? ¿Crees qué soy estúpida? ¡Desde el momento qué los vi afuera del hotel lo supe! ¡Estabas muriéndote de celos! Ella no es tú hermana, ¿no?
—No, no lo es.— Confieso, molesto y harto.
—¿Quién es ella? — Insiste. Y justo por eso le mentí, por esas malditas preguntas.
—Eso es algo qué no te importa, Norah. Por favor, vete de aquí.
—Dime quién es y me iré.— Paso mi mano por mi cabello desesperado y la miro a los ojos.
—Ella es mi ex.— Me mira boquiabierta, tiene una cara de no poder creerlo. En silencio, toma sus cosas y se cambia, la veo abrir la puerta para irse.— Norah.— Se detiene pero no voltea.— Eres una chica increíble, encontrarás a alguien qué te quiera, estos días me la pase muy bien.— No dice nada, sigue caminando y se va dejándome solo en la enorme habitación.
Me tiro al sillón exasperado, ¿cómo pude arruinarlo todo en solo una semana? Sólo tenía miedo, miedo a que pasará toda está mierda, me relajaba tanto saber que Grace se quedaba aquí cuando yo me iba con Norah, no quería qué conociera a alguien más o qué alguien la lastimará pero debo saber qué no es una niña, ella sabe cuidarse de si misma. Yo soy el idiota, yo siempre arruino todo cuándo estamos en nuestro mejor momento. Esto simplemente no puede quedar así, tengo qué hacer algo.
Me levanto del sofá y comienzo a empacar mis cosas, debo ir por ella. No puedo estar con éste sentimiento de qué estamos mal.
Es el amor de mi vida y me niego a aceptar qué puedo perderla.
•••
París, Francia, 25 de marzo de 2016
GRACE FOSTERPor fin salimos del avión, tomamos nuestras maletas y vamos a buscar a quién ha venido por nosotros. Un cartel con mi nombre lo sostiene un hombre con traje muy elegante y otro hombre también con traje sostiene un cartel con el nombre de Dave.
—Creo qué aquí nos separamos, Grace.— Me avisa Dave.
—Pensé qué iríamos juntos.— Me pone triste saber qué ahora cada quién irá por su camino y puede qué ya no nos volvamos a ver.
—Ya tienes mi número, si quieres salir, divertirte o algo solamente llámame.
—De igual forma llámame si necesitas algo.— Se acerca y me abraza.
—Espero verte pronto.— Nos separamos.
—Igual yo.— Tomo mi maleta.— Adiós.— Me despido y camino hacia el señor de traje.— Hola, yo soy Grace Foster.
—Un gusto, señorita Foster. Mi nombre es Gustavo, pero dígame Gus, estoy a sus órdenes, ¿nos vamos? — Toma mis maletas y comienza a caminar hacía afuera, volteo y veo a Dave mirándome sonriente, le hago una seña y el hace lo mismo entonces sigo a Gus antes de qué se me pierda, me abre la puerta del auto y entro, me acomodo y rápidamente me pongo mis audífonos, sin darme cuenta me quedó dormida.
<< Todo es oscuro, no veo nada ¿dónde estoy?
—¿Hola? ¿Hay alguien aquí?
—¿Grace? — Logro escuchad la voz de Morgan detrás de mi y al voltear puedo ver una luz blanca, mi cuerpo se guía sólo y comienzo a caminar hacía la luz.— ¿Grace?
—¿Morgan eres tú? — Corro hacía la luz pero cada vez está más lejos, de pronto todo se vuelve silencioso, las luces se encienden como si estuviera en un escenario lastimándome los ojos. Puedo ver a Morgan cuando chocamos en el auto mi cuerpo no está, sólo es él inconsciente.— ¡Morgan! — Me acerco a él, intento tocarlo pero no lo siento, es como sino estuviera tocando nada, ¿qué está pasando? — ¡Morgan, por favor! ¡Morgan! — Todo se vuelve oscuro de nuevo.
—¿Señorita? — Unas voces comienzan a sonar por todos lados.— ¿Está bien? — Mi cabeza va a explotar.
—¡Detente!>>
—¿Señorita, está bien? — La voz del Gus me hace despertar de golpe.— Me había asustado, señorita, no dejaba de gritar.
—Estoy bien, solo fue un mal sueño.— Estoy completamente agitada. No, no fue un sueño. ¡Fue una pesadilla! Ver a Morgan cuándo tuvimos el accidente fue la experiencia más traumática qué he tenido en toda mi vida y qué esa imagen y esa sensación reaparecieran en mis sueños me hace querer soltarme a llorar.
—Hemos llegado, sus maletas las están llevando a su habitación y las chicas la están esperando en el lobby.— Avisa Gus. Le agradezco aún aturdida por la terrible pesadilla y me bajo del auto. Las chicas me esperan tan como lo mencionó Gus y trato de olvidar el mal rato qué pasé y tranquilizar mi corazón.
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Viviendo con mi ex | ✔️
Teen FictionMi vida cambia en el momento qué decido aceptar a mi ex en mi casa, situaciones incómodas así cómo recuerdos juntos qué jamás se fueron y qué probablemente jamás se irán. Pero, prometí no volver a enamorarme de Morgan, ¿podré cumplir mi promesa? #HI...