Lo amo y lo amaré siempre

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New York, 26 de abril de 2016
GRACE FOSTER

Morgan fue mi sirviente todo el día entero y sí, tuve qué aprovecharme.

Comí demasiado qué juro pude haber subido unos diez kilos mínimo, los cólicos comenzaron una hora después de comenzar con el penúltimo capítulo de How I Met Your Mother, Morgan me compró pastillas y aún así buscó remedios caseros y me puso una toalla tibia en el vientre porque según él calma el dolor.

No sé si fue la pastilla o la toalla pero los dolores se fueron, yo estaba feliz y Morgan se contagió de felicidad.

Dijo qué saldría hace unos minutos y ahora me encuentro sola viendo una película pues no pude esperar a Morgan para seguir viendo Drake y Josh.

—¡Ya llegué! — Hablando o más bien, pensando en el rey de Roma. Morgan apareció en la habitación con dos bolsas de oxxo en sus manos.— Grace, dijiste qué ibas a esperarme.— Se quejó y se acercó a la cama.

—Tardaste mucho.— Se sentó a mí lado y comenzó a vaciar el contenido de las bolsas.

—Toma, te traje chocolates, galletas, papas tanto picantes como naturales, jugos; palomitas, esté refresco es mío y traje goma de mascar.— Lo miré a asombrada.— Niégame qué no tienes antojos, Grace.— Reí al imaginar a Morgan cuidando a una embarazada.

—No sé cómo darte las gracias por quedarte conmigo.

—Sólo mantente tranquila, no te enojes porque sueles ser una fiera..

—¿Estás llamándome un animal golpeador? — Hice cómo qué lloraba y gracias a qué me siento muy sensible me salió perfecto.

—No, no. Sólo qué estés tranquila, porque cuándo te enojas eres un poco agresiva...

Lo golpeé en el hombro.— ¡No soy agresiva, Archiba... — Grité pero fui interrumpida por un pedazo de chocolate qué Morgan metió a mi boca.

—Sólo come, fiera, come.— Comencé a masticar de mala gana.

Bueno, no tan de mala gana.

•••
New York. 27 de abril de 2016
GRACE FOSTER

¡Ya sé maldita alarma fastidiosa, es hora de mis vitaminas!

Apagué la alarma y volví a mi posición cerrando los ojos y tratando de volver a dormir. Unos brazos me rodearon y entonces los abrí alarmada, Morgan se encontraba al lado mío abrazándome. Gracias a Dios traíamos toda la ropa, no sé en qué momento nos quedamos dormidos y agradezco qué la televisión tenga un sensor para apagarse sola porque sino el cobro de la luz me sacaría un riñón.

—Grace, vuelve a dormir.— Susurró Morgan medio dormido.

—¿Podrías apartar un poco tus brazos? — Traté de alejarlos pero lo único qué logré fue qué me abraza más.

Los movió sólo un poco.— Listo.

—Morgan, tengo sueño así qué no voy a insistir sólo no te pases de la raya.— Me incorporé nuevamente.

—Cómo si fuera la primera vez qué toco tu glorioso cuerpo.— Sonreí sin querer y sentí cómo el color rojo subía a mis mejillas. No discutí más y volví a dormir, así, abrazada de Morgan. De el amor de mi vida.

Y me sentía tan a gusto.

•••

Desperté aún abrazada de Morgan pero está vez, yo lo abrazaba recargada de su pecho y él a mí con su mano en mi cintura. Alcé la cabeza observándolo un poco mientras dormía, ha pasado tanto tiempo desde la última vez lo tuve tan cerca. Con delicadeza toque su sedoso cabello, recorrí su rostro y terminé en sus labios, esos labios qué besé tantas veces y qué todo el tiempo me provocaba la misma sensación placentera qué sientes cuándo amas a una persona.

Recuerdo qué, no podía dejar de besarlo. Sus besos se habían vuelto algo necesario para mí y es qué me volvía loca en maneras que ni yo misma entendía, pero algo sí me quedaba muy claro y es qué lo amaba y lamentablemente o maravillosamente aún lo amo.

No podía entender como lo nuestro se fue a la mierda después de tanto, después de todo por lo qué sobrevivió nuestra relación simplemente llegó una zorra después de nuestro accidente, vio la oportunidad de poder estar con él y jugó con mi vida como si fuera nada.

Me recuperé milagrosamente. Morgan jamás me abandonó hasta después de su confesión sobre lo qué había pasado cuándo estuve en el hospital. Lo nuestro en ese momento se rompió, no por lo que hizo sino porque me mintió, ocultó ese gran secreto y entonces terminamos. Definitivamente.

Él se fue a viajar, yo me mudé y adopté a un bellísimo perro. Años después él regresa y pone mi vida patas arriba.

¿Qué es lo qué siento por Morgan? Lo amo, lo amaré siempre y creo qué nunca podré sacarlo de mi corazón por más que lo intente, pues, es mi primer amor de mí joven vida.

Ese amor qué nunca se olvida.

¿Qué es lo qué siento por Stephen? Un cariño enorme y sí, me gusta, me gusta mucho. Pero, si sigo pensando en Morgan, ¿cómo voy a poder estar con él en una relación?

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Viviendo con mi ex | ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora