Capítulo I

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DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter y todos sus personajes le pertenecen a J.K. Rowling. Este es un fic basado en «Orgullo y Prejuicio» de la inigualable Jane Austen.

Advertencia: Quienes no gusten del romance azucarado es mejor que desistan de seguir leyendo.

Dedicado a MrsDarfoy: Porque compartes mi obsesión por la historia romántica más maravillosa de todos los tiempos, pero sobre todo porque ambas amamos a los mismos hombres sin tener que batirnos en duelo por ellos.

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Capítulo I.

«Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada y el tiempo confirma mi creencia en la consistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia»

(Orgullo y Prejuicio)

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Es una verdad universal que un mago de linaje y gran fortuna debe relacionarse con personas de su mismo nivel haciendo honor a su apellido, al legado de su familia y principalmente, a sus principios y Hermione Granger aprendería esto a la fuerza en un nuevo año escolar que desde el principio había presentido que sería diferente.

Desde el preciso instante en que puso un pie en la estación de Kings Cross aquel primer día de septiembre de 1994, sintió que el ambiente no era el mismo de años anteriores. Aunque casi la misma gente iba y venía cargando valijas, jaulas de lechuzas o de otros animales y pesados baúles marcados con los nombres de sus propietarios, había algo distinto en el aire, una especie de aviso de que algo grande se aproximaba. Y en realidad, no se equivocaba.

Había leído (igual que acostumbraba a hacer durante sus vacaciones) que ese año se celebraría en Hogwarts el legendario Torneo de los Tres Magos, un evento de gran renombre en la comunidad de mágica que, aunque no acaparaba totalmente su atención (porque definitivamente jamás participaría de algo semejante), representaba sin duda la oportunidad de disfrutar de la magia en todo su esplendor.

Porque era inevitable; Hermione Granger aún se sentía maravillada por todo aquello que hacía parte de este nuevo mundo al que ahora pertenecía.

Tan solo habían transcurrido cinco años desde que se enteró de que era una bruja y aún le parecía que había sido ayer cuando tuvo su primer estallido de magia accidental, haciendo que sus padres (que al principio habían estado temerosos), se sintieran orgullosos y maravillados de lo que ellos llamaban «un maravilloso golpe de suerte».

¿Quién lo hubiera creído posible?Una bruja nacida de muggles sin herencia, sin linaje y sin la más mínima explicación racional de que aquella fantasía fuera posible.

Sus padres habían examinado con detenimiento el árbol genealógico de los Granger-Watson, logrando establecer que no existía ningún familiar (al menos en las generaciones más recientes) que hubiera sido un mago. Pero de alguna forma extraña, había sucedido.

Hermione jamás pensó que un mundo como ese pudiera existir. Ni en sus más locos sueños de infancia hubiera conseguido imaginarlo, y pertenecer a él la había hecho sentirse libre y en el lugar correcto por primera vez en su vida, aun cuando al principio se hubiera estrellado de cara con el elitismo de algunos miembros de la sociedad mágica cuyos prejuicios por la pureza de la sangre estaban tan marcados que no les había importado pasarle por encima en más de una ocasión.

Pride, prejudice and a little magicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora