Capítulo XIV

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DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter y todos sus personajes le pertenecen a J.K. Rowling. Este es un fic basado en «Orgullo y Prejuicio» de la inigualable Jane Austen.

«¿No es la descortesía con todos los demás, la esencia misma del amor?»

(Orgullo y prejuicio)

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Durante la primavera de aquel año en particular, las cosas en Hogwarts fueron muy diferentes a las de otros tiempos en los que Hermione había podido observar el ir y venir de los equipos de quidditch de cada casa, entrenando para sus juegos, pues ahora mismo era la tercera prueba la que acaparaba la atención de todo el mundo, y en especial la de Draco Malfoy con quien había hablado muy poco desde su visita a Wiltshire, algo que inevitablemente la hacía sentir confusa.

Hermione le había contado a Luna un poco de lo que había sucedido en aquel entonces y la manera tan agradable como Draco los había tratado a ella y a sus padres, además del hecho que le había presentado a su prima, una persona sumamente agradable, pero su amiga parecía querer obtener más detalles que hicieron que Hermione empezara a pensar en las implicaciones del asunto, sobre todo por el tono con el que Luna había hablado acerca el tema y principalmente por la reacción producida en sus emociones.

—Así que, ¿estuviste en la casa de Draco? —dijo Luna, guiñándole un ojo.

Luego de sonrojarse y de sentir que el corazón se le aceleraba un poco, Hermione asintió.

—¿Y? —Luna insistió en que le dijera algo más.

—¿Y qué? —respondió Hermione—. Comprobé que tenías razón y que Draco Malfoy no es la encarnación del mal como creía. Yo, sin embargo, soy una pésima persona que juzga a la gente a partir de la primera impresión, equivocándome vilmente en el camino.

—Oh, vamos, Hermione. No puedes castigarte por algo que podría haberle pasado a cualquiera, además, que Draco se haya comportado así después de todo lo que ha sucedido dice que no está enfadado contigo y que eso quedó en el pasado.

—Supongo que sí, pero eso no me exime de culpa. Me siento como una tonta.

Luna negó con la cabeza. —No fue lo que quise decir, Hermione, me refiero a que la razón por la que Draco restó importancia a lo que sucedió antes entre ustedes es porque evidentemente aún está enamorado de ti.

—Lo dudo.

Hermione no quería admitir que esperaba que los sentimientos de Draco no hubieran cambiado, pero era totalmente consciente de que de haber sido así no podía echarle la culpa; después de todas las cosas horribles que le había dicho era lo más lógico y aunque esa ocasión en su casa hubiera sido maravillosa, no creía que fuera suficiente para borrar todo lo sucedido en el pasado.

Ahora que lo pensaba con detenimiento, sus sentimientos hacia él habían cambiado bastante. Estaba empezando realmente a sentir algo por Draco Malfoy y reconocer lo que era se convertía en algo capaz de emocionarla y asustarla en partes iguales.

***

—A las nueve en punto deben ir al campo de quidditch —dijo McGonagall a los tres campeones, a quienes había reunido en su despacho—. El señor Bagman quiere hablarles de la tercera prueba.

Draco había estado preguntándose acerca de lo que tendría que hacer al finalizar el torneo, pero todavía más, había estado pensando en la impresión que se había llevado Hermione de él y de su prima luego de haber estado en su casa. Una cosa no tenía que ver con la otra, pero había sido inevitable priorizarlas poniendo a la segunda como algo más importante. Era cierto que no habían hablado de eso desde entonces, pero no era porque le hubieran faltado ganas sino porque no quería presionarla y deseaba que las cosas surgieran de manera natural, no como todo lo de antes.

Pride, prejudice and a little magicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora