Capítulo VIII

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Capitulo VIII.

«Sabes que yo no soy romántica, y nunca lo he sido»

(Orgullo y Prejuicio)

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El miércoles de la siguiente semana, Hermione decidió que haría algo más divertido que asistir a uno de sus encuentros con el grupo de amigos del pretendiente de Luna, porque a esas alturas se encontraba más que convencida de que Theodore Nott estaba loco por su amiga y de que en cualquier momento le pediría, no sólo acompañarlo al Baile de Navidad, sino también que fuera su novia.

Se alegraba profundamente por ella y, aunque estaba decidida a apoyarla en cuanto necesitara (aunque eso incluyera relacionarse con gente molesta), se había dicho a sí misma que también merecía algunos ratos agradables para ella. Y eso era precisamente lo que había encontrado al conocer a Viktor Krum.

Estar con él se sentía muy natural. Era abierto, sincero y autocrítico de una manera muy, muy irresistible para ella. Eso, y que compartiera su disgusto por Draco Malfoy era el mayor punto a su favor. Por ello, no había dudado en participar del picnic que había propuesto para la media tarde de ese día, pues era la primera vez en mucho tiempo que se sentía cómoda en torno a una nueva persona.

—Es en verrdad incrreíble que siendo amiga de Theodorre Nott y su herrmana, te arrrriesgues a que te vean conmigo —dijo Viktor, sonriendo—. Crreo que muchas perrsonas no estarrán contentas con eso.

—No lo creo y tampoco es que me importe demasiado. No es como que seamos amigos, en realidad —contestó Hermione, sintiendo cómo su estómago daba un vuelco al ver la amplia sonrisa del chico.

Erres valiente —señaló Viktor—. No cualquierra prrefierre a un marrginado sobrre la élite.

—Soy una Gryffindor —apuntó ella con una sonrisa, aunque indecisa de continuar—. Pero, ¿tan graves son las cosas? —observó a Viktor jugar con su vaso de jugo de calabaza.

—En rrealidad, las cosas en Durrmstrrang no estaban tan mal parra mí. Porr lo menos hasta que cierrta perrsona interrvino.

—Lo imagino. —Pero no era cierto, Hermione no podía hacerse una idea de lo que había sucedido y aunque se moría de curiosidad, tampoco sabía si era correcto que preguntara.

Crreo que hasta tenía amigos.

—Vaya, eso es más de lo que yo puedo decir. Si no fuera por Luna y por Ginny, estaría sola. Son ellas las que me han ayudado a sobrellevar algunas cosas, aunque creo que también ha sido mi cerebro. A pesar de que eso me hace una «sabelotodo insoportable» a los ojos de muchos.

—No imagino cómo puede serr eso posible —Viktor sonrió. Pero su sonrisa aunque era sincera, parecía melancólica.

—Así como lo oyes.

Viktor tomó un sorbo de su jugo y Hermione lo contempló tan embelesada que no se percató de que los ojos oscuros del chico estaban sobre ella.

—Así que, hay un Baile de Navidad —comentó, distraídamente, y cambiando totalmente de tema.

—Así es. «Un paso hacia la cooperación mágica internacional» —citó ella.

—Tal vez sea diverrtido, aunque no sé si se consiga esa «cooperración» con cierrta cantidad de perrsonas de Durrmstrrang cuyo ego no lo perrmite.

Pride, prejudice and a little magicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora