Once.

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Jeonghan y Jihoon se conocían desde hacia años, por unos de los muchos empleos del pelinegro, se habian vuelto muy amigos, pero una vez que lo habian comprado... no se habían vuelto a ver debido a que lógicamente el omega tuvo que dejar el trabajo.

Y además, Jihoon se había tenido que mudar a Japón con su familia.

— ¡Cuanto tiempo! — Exclamó Jihoon. — Has cambiado mucho.

— Lo mismo digo, quiero decir, ¿Como conseguiste este empleo con el cabello rosado? — Interrogó Jeonghan riendo.

— Oh, los señores Hong sólo se fijaron en mis capacidades administrativas para darme el empleo, no en el color de mi cabello.

— Ya veo... ¿Y como está Chan?

Chan es el hermano menor de Jihoon, a veces lo acompañaba al trabajo debido a que su madre no podía cuidarlo, ya que ella estaba enferma.

— Bien, dijo que vendría a visitarme en cuanto pudiera, ya no es el niño que solía ser, esta bastante grande y hasta vive solo...

— ¿En serio? Vaya, y ¿Como esta tú mamá?

En ese momento el pelirosa guardó silencio.

— Ella... Falleció hace unos meses mientras estábamos en Japón, luego de eso conseguí el empleo con los Hong, y ellos muy amablemente le ofrecieron una casa no muy lejos de aquí a Chan, para que yo estuviera tranquilo, por eso considero que realmente estoy en deuda con ellos. — Contó con una sonrisa triste en su rostro, dejando al pelinegro sin palabras. — Pero ahora es tu turno, dime tú que haces trabajando aquí Yoon.

— Ah... Es una larga historia. — El más alto no planeaba contarle como fue que llegó allí.

Le avergonzaba un poco el hecho de haberse vendido por dinero en una pagina de internet.

— Tenemos todo el día, o al menos mientras me hagas el recorrido de la casa.

— En verdad... Preferiría no hablar de eso, Jihoon. — Dijo el pelinegro con expresión melancólica.

— Oh, de acuerdo, lamento haberte incomodado.

Jeonghan negó con la cabeza mientras decía «Esta bien».

Inicio el recorrido de la mansión mostrándole al pelirosa la cocina, y de paso saludó al chef Seokmin.

Luego le mostró las habitaciones, obviamente sin entrar en ninguna, salvo en la suya.

— Y este de aquí en frente es el cuarto de Jisoo. — Finalizó el pelinegro señalando la puerta.

Ahh ¿El amargado sin modales que conocí abajo, cierto? — Cuestiono con expresión de irritabilidad.

— No le digas así. — Murmuró Jeonghan.

Después de unos segundos se dio cuenta de lo que había dicho.

¿Acaso estaba defendiendo al alfa?

— ¿Por que lo defiendes? Es un cretino, me di cuenta desde el primer instante en el que abrió la boca.

— ¡Podría oírte y hacer que te despidan Jihoonie! Cierra la boca. — Le pidió en voz baja.

Aish, de acuerdo. — Se rindió el más bajo.

En ese instante la puerta se abrió.

— ¿Han terminado de criticarme o los dejo un poco más? — Cuestionó el alfa.

— S-Señor, no es lo que usted piensa. — Dijo el pelinegro.

— Oí solo una voz hablando mal de mi, no te preocupes, Jeonghan. — Informó el alfa observando directamente al pelirosa.

Omega. ➳ Jihan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora