Veintiséis.

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— ¿Sabés qué? Mejor hacemos esto otro día. — Dijo Jeonghan dándose la vuelta, dispuesto a irse de allí.

— Oh no. Ya estamos aquí, lo haremos, no trates de escapar. — Lo retuvo Jisoo, acercándolo nuevamente hacia la entrada de la casa frente a ellos.

Se encontraban frente a la casa de la madre de Jeonghan, Haneul.

Pero el pelinegro no tenia el valor de tocar la puerta.

A pesar de todo, tenia miedo de lo que sea que pudiera pasar.

— Es tu madre, no un monstruo. Tocaré la puerta, ¿De acuerdo?

Antes de que el omega pudiera responder a la pregunta, Jisoo ya se encontraba tocando la puerta.

— ¿¡Por qué hiciste eso!? — Exclamó Jeonghan espantado y con miedo en su tono de voz.

— Si no lo hacia yo, tú tampoco.

Jeonghan no tuvo tiempo de quejarse más, ya que la puerta frente a ellos se abrió, dejando ver a una mujer.

— Mamá... — Susurró.

— J-Jeonghannie... ¿Eres tú?

La mujer se acerco al pelinegro y lo abrazo fuertemente.

Pero, al sentir el hinchado estomago de su hijo, se alejo algo confundida.

— Mamá, yo te puedo explicar. Pasaron varias cosas durante el tiempo en el que me fui, y espero no estés enfadada, pero, entre esas cosas está... Que estoy esperando dos bebés.

— ¿C-Cómo dices? ¿Quieres decir que seré abuela? ¿Y... Él es el padre? — Cuestionó señalando a Jisoo.

— Mucho gusto señora, mi nombre es Hong Jisoo, y como vera, soy... El alfa de Jeonghan, y si, el padre de sus bebés. — Se presentó sin vacilar.

La madre del pelinegro parecía haber recibido demasiada información para un sólo día, y de hecho no había recibido toda la información completa.

— ¿Saben qué? Mejor pasen, y lo hablamos dentro, más tranquilos.

Ambos asintieron y fueron hasta adentro.

La casa era más grande de lo que Jeonghan se habría imaginado, con una amplia sala de estar, muebles de madera y un par de sofás que parecían ser caros.

E incluso una televisión de alta definición.

Agradecía que parecía ser que su madre y su hermana, vivían una buena vida.

— Tomen asiento, por favor. — Les dijo, sentándose ella también en un sofá frente a ellos. — ¿Como es eso de que él es tu alfa?

El omega suspiró, para luego comenzar a relatar, omitiendo algunos detalles, cómo es que había llegado hasta la casa de Jisoo, y cómo había terminado así.

Hasta le contó sobre su emotivo reencuentro con Jihoon.

— Jeonghan... — La mujer parecía estar algo agobiada. — En la carta que nos dejaste antes de irte, no mencionabas el empleo que habías conseguido, pero al ver todos los meses la cantidad de dinero que nos llegaba a mi y a tu hermana, supuse que seria un trabajo digno, y que por fin habríamos podido salir de ese mala vida que nos perseguía. — Suspiro, con la mirada fija en el suelo. — Pero, ¿Es por esto que no nos dijiste a donde te habias ido? Realmente estoy decepcionada, ¿¡Como te atreves a venderte por internet!? ¡Yo no te eduque así!

— ¡Mamá, entiende, no tenia otra opción, y el pago era bueno, no podía soportar verlas sufrir día a día, tenía que hacer algo! — Exclamó el pelinegro poniéndose de pie.

— Jeonghan. — Lo llamó Jisoo seriamente. — Sientate, alterarte tanto puede hacerle mal a los bebés.

Sin embargo, Jeonghan, ignorando totalmente lo que le decía su alfa, siguió hablando con su madre.

— Creí que eras mejor que eso. —  Murmuró la mujer.

En ese momento, se oyó la puerta de la entrada ser abierta.

Era su hermana, quien a juzgar por el uniforme que traía puesto, venia de la escuela.

Al ver a su hermano, quien no había visto en mucho tiempo, se quedo sorprendida.

— ¡Jeonghan! — Exclamó la joven acercándose a abrazarlo.

El omega le correspondió el gesto, ya que obviamente había extrañado mucho a su hermanita.

— Hanbyul, vete a tu habitacion, luego puedes estar con tu hermano. — Le dijo su madre.

La chica fruncio el ceño y se quejó, sin embargo al notar el tenso ambiente, le hizo caso y se fue escaleras arriba luego de despedirse del pelinegro.

— Jeonghan. — Comenzó la mujer. — Aún no puedo creer de lo que fuiste capaz de hacer, ¡Arruinaste tu vida!

— ¡No es así! ¡Jisoo y su familia me tratan muy bien, y estos bebés son lo mejor que me paso!

Jisoo no quería intervenir mucho entre la discusión, debido a que claramente era un tema que debían tratar ellos sólos, pero, viendo lo nervioso que se estaba poniendo el omega, tuvo que detenerlo sosteniéndolo por los hombros.

— Será mejor que nos vayamos y volvamos a hablar cuando las cosas estén más tranquilas. — Murmuró mirándolo.

— ¡No! — Exclamó quitándose las manos de él de encima y volviéndose a concentrar en su madre. — No hasta que me perdones por lo que hice.

— No sé si podre hacerlo. — Susurró la mujer cubriendo su rostro con sus manos.

— Mamá... — Jeonghan parecía a punto de ponerse a llorar.

Pero de pronto comenzó a soltar unos quejidos, cómo si algo le estuviera doliendo, y se sentó en el sofá nuevamente.

Jisoo se asustó y le empezó a preguntar que le sucedía, incluso su madre parecía preocupada.

— Los bebés... — Murmuró tocándose el estómago. — Creo que ya vienen.








(...)

¡Perdon por la tardanza! 🙏

Omega. ➳ Jihan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora