Diez.

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Jeonghan despertó algo más tarde de lo habitual, como lo último que quería era que Hong se enfadara con él, se apresuró en levantarse.

Pero de pronto sintió el sonido de la puerta de su habitación abriéndose.

Se dio vuelta para ver quien era y se encontró con una sorpresa.

— ¿J-Jisoo? ¿Que haces? — Cuestionó viendo como el alfa ingresaba allí con una bandeja que contenía unos panqueques con un jugo de naranja.

— Vine a... Disculparme con esto por haber sido un idiota ayer, lamento haberte tratado de esa manera.

Se acercó y apoyo la bandeja arriba de la cama.

Jeonghan inevitablemente sonrió mientras pasaba sus manos por su rostro.

— No puedo creerlo. — Dijo sin apartar las manos por su cara. — ¿TÚ hiciste esto para mí?

— Claro que si, con mis propias manos... Ah olvidalo, fue algo estúpido, no es mi estilo hacer este tipo de cosas, es ridículo.

Por alguna razón Jisoo se estaba sintiendo avergonzado por lo que estaba haciendo.

Creía que a Jeonghan no le gustaba lo que la había preparado.

— No, esta bien... — Finalmente el pelinegro quito sus manos de su rostro. — Gracias por esto, es un lindo detalle.

— ¿En serio lo dices? — Cuestiono el alfa.

— Si, en serio, gracias.

Jeonghan tomo la bandeja, para luego sentarse en la cama y apoyarla en sus piernas.

Tomo el tenedor que se encontraba del lado derecho del plato, y agarró un pedazo de uno de los panqueques mientras Hong lo observaba expectante.

Llevo el alimento a su boca y comenzó a masticarlo.

Jeonghan podía sentir el sabor a quemado, pero aún así no dijo nada y solo se mantuvo haciendo una expresión neutra.

— ¿Como está? — Le pregunto Jisoo.

— Bien. — Respondió simplemente dejando de lado el tenedor.

— Oh. — Hong parecía algo decepcionado por esa vaga respuesta.

Y el omega lo notó.

— Q-Quiero decir, ¡Esto esta muy bueno! ¿En verdad lo preparaste tu solo?

— Obviamente recibí ayuda del chef Seokmin, pero todo el procedimiento lo hice por mi propia cuenta. — Explico con una sonrisa.

— Vaya, eso es genial.

Luego de unos segundos de silencio, Jisoo finalmente se decidió a hacerle la pregunta.

— ¿Me disculpas por como actúe ayer en la noche?

El pelinegro no dijo nada, sólo para hacerlo sufrir un poco.

— ¡Oh vamos! ¿Qué más tengo que hacer para que me disculpes? — Cuestionó algo irritado. — Nunca en mi vida le cocine a alguien, de hecho, nunca en mi vida cocine.

Eso le causó cierta ternura al omega.

— Estas perdonado. — Le dijo.

— ¿En serio? Gracias. — Hong le regalo una sonrisa sincera.

— Si me disculpa, debo comenzar mi día laboral, señor. — Anunció poniéndose de pie.

— Oh claro, lo siento. — El alfa le dio paso para que pudiera salir de la habitación.

Omega. ➳ Jihan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora