Trece.

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Jeonghan despertó adolorido, como era de esperarse.

Para su sorpresa, Jisoo aún estaba a su lado, durmiendo tranquilamente.

Creyó que al despertar, el alfa ya se habría ido, pero no era así, lo que le causo un sentimiento extraño dentro de él.

Se tomó el tiempo de observarlo detenidamente.

Sus facciones eran realmente tan... Atractivas a sus ojos.

— ¿Por que me miras tanto? ¿Tengo algo en la cara o qué? — Cuestiono Hong sin abrir los ojos.

Jeonghan se sobresaltó debido a que creyó que estaba dormido.

— De hecho, si, te salió un grano en la frente. — Le dijo el pelinegro jugando mientras señalaba su frente.

Jisoo se sentó de golpe.

— ¿¡Qué!? — Exclamó tocándose el lugar que el omega le había señalado.

— Es broma. — Aclaró Jeonghan riendo.

El alfa puso los ojos en blanco.

Ja ja, que gracioso eres.

El pelinegro se puso de pie comenzando a buscar ropa en su armario.

— ¿Qué haces?

— Hoy no tengo el día libre y aunque me duela el cuerpo, debo trabajar, Jisoo. — Le explicó mientras tomaba una camiseta negra.

Pero de pronto, el pelinegro se volvió a sentar en la cama mientras se tocaba la cabeza.

— ¿Estas bien? — Cuestiono Hong acercándose a él.

— S-Si... Sólo me dio un mareo, nada grave. — Dicho eso se volvió a poner de pie. — Deberías cambiarte también, no querrás que alguien te encuentre así en mi cuarto.

— De hecho, no me molestaría, pero quizá a mis padres si, me iré ahora mismo. — Jisoo se puse de pie al igual que el pelinegro y se comenzó a cambiar.











(...)












Durante el resto del día, Jeonghan no se sintió bien.

Pero trató de no darle importancia y a pesar de las insistencias de parte de Jihoon y de Junhui de que se haga revisar con un médico, no lo hizo y continuó haciendo las tareas que Jisoo le mandaba.

— Estoy bien, que me dejen en paz. — Les pidió, mientras se dirigía al lavadero, para lavar ropa, lógicamente.

— Pero Jeonghannie, te ves pálido y esos mareos no son normales. — Le dijo Jihoon, siguiéndolo.

— El enano tiene razón, nos preocupas. — Comento Jun.

¿Enano? — Cuestionó el pelirosa dándose la vuelta para verlo directo a los ojos.

Ehhh n-no, olvidalo.

— Como sea. — Dijo el pelinegro. — Dejen de molestarme, puedo aguantar unos mareos inofensivos, ¿De acuerdo? No soy tan debil como piensan.

— De acuerdo, te dejaremos en paz, pero no te enfades, sólo nos preocupamos por ti. — Aclaró el chino.

— Y les agradezco por eso pero, estoy bien. — Volvió a repetir el omega, yéndose finalmente a terminar su tarea, dejando al par sólo.

Omega. ➳ Jihan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora