Uno.

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— ¿Ya estas listo, Jisoo?

— Te dije hace un segundo que si, madre.

— Excelente, no queremos llegar tarde a tu propia fiesta.

Hong Yang Mi, exitosa abogada, esposa de Hong Seung y por supuesto, madre de Hong Jisoo.

Es una mujer que prácticamente fue criada para el éxito.

Alta, delgada, cabello ligeramente ondulado color chocolate.

La omega perfecta para cualquier alfa, se podría decir.

Del otro lado tenemos al hombre mencionado anteriormente, Hong Seung.

Al igual que su esposa, exitoso abogado y padre de Hong Jisoo.

De estatura alta, incluso dicen que llega al metro noventa, intimida con solo su presencia.

Cabello lacio, corto, y de color marrón.

Y por supuesto, alfa.

— ¡Vamonos! — Exclamó la mujer llamando la atención de su esposo e hijo.

Dicho eso, la familia más prestigiosa de Corea, partió hacia el lugar donde se haría la fiesta de cumpleaños número dieciocho de su único hijo.

No tardaron mucho en llegar.

Bajaron de la limusina siendo recibidos por muchas cámaras y flashes.

Ingresaron al lugar, que cabe aclarar, es el salón más caro de toda la región.

Una vez dentro sus padres se separaron de él para comenzar a saludar a todos los invitados.

— ¡Amigo! ¡Feliz cumpleaños! — Exclamó Mingyu, uno de sus mejores amigos de toda la vida.

Los padres de Mingyu eran los dueños de una exitosa editorial de libros, y se llevaban bastante bien con los padres de Jisoo.

— Ya eres todo un hombre. — Comentó riendo.

— Claro, como digas. — Respondió Jisoo sin expresión en el rostro.

— Oh vamos, muestra algo de entusiasmo, apuesto a que tus padres invitaron a muchas omegas bonitas.

— No me interesan.

— Se que tú no querías todo esto, pero al menos finge que si.

— Claro que no.

— Como sea, Seungcheol se esta ocupando de tu obsequio, tal vez llegue tarde pero te aseguro que te encantará.

A Jisoo no le importó.

Como bien dijo Mingyu, él nunca quiso esa fiesta, pero sus padres le insistieron, razón por la cual en esos momentos no mostraba emoción ni entusiasmo por nada.

— Bueno, gracias, supongo. — Le dijo.

El resto de la fiesta, Jisoo se la paso saludando con una falsa sonrisa a todos los invitados.

Terminó agotado.

Tuvo que aguantar a mas omegas de las que podía contar, coqueteandole descaradamente.

Y él, por supuesto, rechazándolas una y otra vez.

Luego de horas la fiesta finalizó.

Sin embargo algo que extrañó bastaste a Jisoo, fue el hecho de que su amigo Mingyu no se volvió a aparecer, y Seungcheol ni siquiera hizo acto de presencia.

Cuando llegó a su casa — Mansión, mejor dicho. — estaba dispuesto a acostarse, para dormir, dormir y dormir.

Pero de hecho, al abrir la puerta de su habitación, encontro a un chico que nunca antes había visto.

— ¿Quien eres tú y que haces en mi casa? — Preguntó.

— ¡Feliz cumpleaños! — Seungcheol y Mingyu saltaron de algún lugar.

Jisoo simplemente se quedó paralizado.

¿Que demonios estaban haciendo sus amigos?

— Es un omega. — Afirmó él. — ¿Por que hay un omega con cara bonita en mi habitación? — Trato de preguntar con calma, fallando claramente.

— Este omega con cara bonita, es tú regalo. — Respondió Seungcheol.

— ¿Q-Qué? ¿Estan dementes?

— Claro que no, tienes dieciocho años, lo consultamos con tus padres y hemos decidido que regalarte esto seria una buena idea. — Respondió Mingyu.

— ¡No lo quiero! ¡Devuelvanlo de donde lo hayan sacado! — Exclamó.

— No podemos, lo compramos a nombre tuyo, no hay devoluciones.

Jisoo entendía lo difícil y caro que era conseguir un omega hoy en día, pero aún así el nunca quiso uno.

¿Que se supone que haría con él?

¿Tirarlo a la calle? No, no era buena idea.

— Sabemos en lo que estas pensando, y no, ya es tuyo y debes hacerte cargo de él. — Dijo el moreno.

— ¡Los odio! ¿¡No les digo siempre que no quiero ningún o ninguna omega!?

— Pensamos que como ya tienes dieciocho habrías cambiado de opinión... Como sea, ya es tarde, no podemos devolverlo.

Jisoo suspiro profundamente.

— ¿Como te llamas? — Le preguntó el cumpleañero al omega.

No respondió.

— ¡Responde!

— Hey. — Intervino Seungcheol. — Tranquilo, esta asustado.

— No me interesa, le hice una pregunta. — Dijo con indiferencia.

— J-Jeonghan, señor. — Contesto el omega nervioso.

— ¿Jeonghan? Que nombre más patético.

— Los dejamos solos para que se sigan conociendo. — Dijo Mingyu tomando a Seungcheol por los hombros para irse de allí.

Jeonghan continuaba en silencio, claramente nervioso y asustado.

— Quiero que sepas. — Jisoo se acerco a pasos lentos hacia él. — Que, como escuchaste antes, yo nunca quise un omega, pero... Como eres mio ahora, deberás seguirme a donde sea que yo vaya y obedecer mis ordenes, ¿Esta claro?

— Si, señor. — Respondió con la mirada baja.

— Y deja de actuar como si te fuera a matar en cualquier momento, no te pienso hacer daño.

— Si, señor.

(...)

Espero que les haya gustado este primer capítulo, gracias por todo el apoyo, en serio! 💜

Omega. ➳ Jihan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora