One

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"Welcome to my everyday-hell"

Agarré mi cabeza con mis manos y
despeine cada cabello en mi cabeza. Apreté con fuerza mi cráneo y respiré hondo un par de veces.

—Señorita Bieber—oí la voz de Jane, mi asistente, llamarme.—Son las dos.

—Gracias, Jane.

Ella solamente dio unos pasos atrás y salió de mi oficina. Mantuve los ojos cerrados y los pensamientos alejados de mi cabeza, concentrándome en mi respiración.

Me levanté de mi escritorio y dejé todos los papeles organizados en una fila junto a mi computadora. Tomé mi bolso y caminé fuera de mi oficina, cruzando por los cubículos y el resto de las oficinas hasta llegar al elevador.

Apenas estuve en el estacionamiento del edificio, me subí a mi auto y salí del recinto para hacerme camino hacía la escuela de Zoe.

Durante el camino hacía la escuela, estuve encerrada en el auto, sin música, sólo el sonido del aire acondicionado saliendo de las rejillas en el auto. Mi cabeza viajó de las cosas que debía comprar para el hogar, hasta la cena familiar en casa de los Bieber.

Traté de desviar mi mente a un lugar lejos de algún Bieber, pero en cuanto baje del auto y la campana sonó dejando salir a todos los pequeños, vi el cabello castaño de mi hija y su rostro angelical corriendo en mi dirección con los brazos abiertos, no pude evitar pensar en el único regalo que Justin Bieber me había hecho en los últimos cinco años: Ella.

—¡Mamá, mamá! Caroline me invitó  a su fiesta de cumpleaños—dijo Zoe con su voz chillona. Luego, entrecerró sus ojos hacía mi y susurró—¿Y adivina qué?

—¿Qué mi vida?—sonreí

—¡Se supone que debes adivinar, má!—ella rió y envolvió sus pequeños brazos en mi cuello y sus piernas en la mitad de mis caderas.

Caminé con su pequeño cuerpo en mis brazos hasta el auto, mientras pensaba en alguna pregunta para hacerle.

—¿Caroline quiere algún regalo en especial? —pregunté y ella arrugó su nariz.

La dejé caer en su silla y luego ajuste su cinturón para dejarla cómoda en su lugar.

—¡Eso es lo que trataba de hacerte adivinar!—dijo, haciéndome reír con su rara manera de pronunciar la letra 'r'— Ella dijo que Moana era su princesa favorita ahora.

—¿Y qué quieres darle para su cumpleaños entonces? —pregunté, mientras me acomodaba en el asiento del conductor y la miraba por el retrovisor.

—Cualquier cosa de Moana, mamá— ella se encogió de hombros.

—Entonces el sábado iremos con papá a la tienda y tú escoges  ¿Te parece bien, mi amor?

Cuando iba a encender el motor del auto, la mirada llena de esperanza en sus ojos me detuvo.

—¿Papá estará con nosotras este fin de semana?—dijo ella, abriendo sus ojos cafés al máximo.

—¿Por qué no le preguntas tú, cariño? Él estará para cenar.

—Está bien.

No quería entusiasmar a mi propia hija con algo de lo que ni yo estaba segura, y me dolía saber que no sólo yo estaba siendo engañada en la familia, sino que la niña de cinco años detrás de mí, aún tenía la esperanza de ver a su papá antes de que se durmiera por las noches.

En el camino a casa Zoe se encontraba concentrada mirando por la ventana y tarareando las canciones que se sabía a medias. Ella jugaba con los peluches colgados en la parte posterior de mi asiento tranquila en su lugar, de vez en cuando hablándome para contarme acerca de la escuela o de algo que veía en el camino.

Lie to Me ➳ j.b #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora