"Burning in my personal hell"
Cuando conocí a Justin, descubrí su humor cambiante. Pensé que era como era en las chicas: que un día su humor esté tan dulce y bueno y al segundo después, todo es gritos, estrés y hasta evitar la comunicación; pensé que era sólo una etapa, que a mí como una adolescente también me sucedió, pero no. Luego de un tiempo, me di cuenta que no era así para nada, que su humor era sólo cambiante y que era mejor evitarlo en días en los que su humor está así. Así como hoy.
Hubo días en los que simplemente me sentí atemorizada por sus gritos, donde la imagen de una posible golpiza era demasiado vivida. Sin embargo, nunca pasó, aunque la agresión verbal sigue siendo agresión ¿No?
―¿Dónde has estado?―murmuré
―¿Dónde crees que he estado, Sienna?―bramó, quitando su mochila y lanzandola en el sofá, mientras quitaba su chaqueta.
―Pues creo que no has estado en el trabajo―murmuré otra vez.
―¿De qué mierda estás hablando, Sienna? ¿Dónde más puedo haber estado? ¡Vivo aquí! Sí piensas que me fui a dormir a otro lado, pues estás mal, porque aquí duermo todas las noches.
―Yo no dije...
―Al parecer el que estés enferma te hace más estúpida ¿Huh?― me dijo, caminando hacia la cocina.
Una punzada pasó hacia mi pecho y me sentí herida. Eso de veras me dolió.
―¿Qué te pasa?―dije, siguiéndolo. ―¿Has...?
En cuanto se volteó, pude ver su rostro un tanto caído: no de tristeza o pena, sino que su cara estaba lacia, sus mejillas lucían como sí fuera un hombre de cincuenta años y la piel comenzaba a colgarle. Su aliento apestaba a alcohol y su motricidad era torpe.
―¿Por qué has bebido Justin? ¿Condujiste así? ¡Dios!
―Deja de exagerar una maldita vez en tu vida ¿Quieres?―dijo, empujándome hacia atrás
No lo entendía, no lo entiendo ni lo haré. ¿Por qué es él el que bebe cuando debería ser yo la que ahoga sus penas en alcohol?
―No exagero, sólo me preocupo―dije bajo
―Pues preocúpate por Zoe, no por mí. No eres mi jodida madre, Sienna―me dijo, mientras golpeaba las gavetas con torpeza.
Su rechazo me dolía. Su frialdad me lastimaba. No me gusta este Justin, no me gusta que me grite, que me ningunee o que me maltrate así.
―Deberías ir a dormir, Justin. Mañana tienes trabajo―dije, tomando su codo con suavidad y jalandolo hacía atrás para que dejara de hurgar en los cajones y se levantara.
―¡No me digas que hacer, demonios!―dijo, empujándome hacia atrás y dejándome caer de trasero al piso, golpeando mi espalda con los cajones de la encimera.
Él se volteó rápidamente y se acercó a mí. Trató de tocarme, pero no lo dejé. Solamente me puse a llorar mientras me levantaba, sintiendo mi piel palpitar.
―Sienna, yo-
―Hay estofado en el horno, por sí tienes hambre y-y no... trata de no hacer ruido, Zoe sigue durmiendo―dije, rápidamente para salir de ahí y correr hasta la habitación de mi hija y escabullirme en su cama.
Traté de llorar en silencio, pero el movimiento de mi pecho debe haber despertado a Zoe, porque me atrapó llorando en la oscuridad, mirándome con sus ojos cafés bien abiertos.
―¿Mamá?―susurró
―Vuelve a dormir, cariño, no pasa nada―sonreí, mientras las lágrimas seguían cayendo.
Ella se volteó otra vez y continuó durmiendo, mientras que yo, me mantuve despierta toda la noche, escuchando como Justin se paseaba por el pasillo murmurando cosas.
¿Qué hice Dios? ¿Qué hice para que me pongas en esta posición?
(...)
―Los antecedentes del caso Marshall han llegado en la tarde. Kennedy comienza las asesorías esta tarde y necesitamos a los financieros en esta área, asegúrate de que Woodgate esté presente en la auditoria con los archivos y que los traiga consigo cuando venga aquí ¿Sí? Oh, y ¿Jane? ―ella volteó a mirarme―Cuando termines el papeleo tráeme la listas de los casos ¿Sí?
―Pero señorita Bieber, aún está en proceso el caso Marshall. No puede continuar con más.
―Lo terminaré hoy y estará listo para el juicio. Hoy me quedaré horas extras.
―Muy... Bien―dijo ella, frunciendo el ceño.
Había estado encerrada en mi oficina desde que había llegado aquí y no pienso marcharme de ella hasta que el guardia me diga que ya van a cerrar el edificio completo. Me rehúso a irme a casa, al menos por unas horas.
Pasó un cuarto de hora más y finalmente tenía a Carter en mi oficina transcribiendo los papeles en definitivo para las audiencias de la próxima semana.
―¿Cómo ha ido todo? Supe que Ryder le dio una fiesta a Sabine, lamento no haber podido ir.―me dijo, escribiendo en mi computadora mientras buscaba unos archivos en mis gavetas.
―No te preocupes, no te perdiste de mucho. Sabine estaba exhausta y sus pies estaban hinchados con el embarazo, así que terminó un poco temprano.―dije.
Él teléfono sonó, pero no me levanté y seguí buscando los archivos. Hurgué en las gavetas de abajo por lo que me puse en cuclillas.
―Sí, eso pensé. Además, supe que Tom y Hilary estarían ahí y no son una pareja que me agraden demasiado. Son hostiles―dijo, riendo.
Sonreí y seguí indagando entre archivos sin encontrar los que estaba buscando.
―Y con todo el trabajo con este caso, no quise ir, en verdad. Ya sabes lo que- ¡Whoah! Sienna eso sí que es un moretón.
Exclamó y en dos segundos estuvo a mi lado, tocando mi espalda. Me tensé y bajé mi camisa, levantándome del suelo.
―¿Qué te ocurrió?―dijo, tratando de ver más allá de mi blusa.―¿Acaso Justin...?
Callé por unos segundos―¿Qué? ¡No! Él no sería capaz de eso.
―Bueno, puedo nombrar unas cuantas cosas de las que es capaz y no me sorprendería que te-
―Carter, basta. No fue él. Solamente me resbalé en la ducha.
―Sienna, vamos, dime la verdad. No mientas sí es para protegerlo. Ya te ha hecho demasiado daño.
Cuando iba a hablar, el teléfono comenzó a sonar otra vez, y esta vez, parecía más fuerte. Él lo cogió mientras me miraba.
―Collins & Gillbert community, servicios legales.―dijo, como sí perteneciera al edificio. Su rostro cayó y me miró enojado―No está disponible en este momento.
"¿Quién es?" murmuré, él me mostró su dedo anular y me apuntó.
―Le daré su mensaje―dijo y colgó.
―¿Quién era?
―Tu esposo, queriendo saber porque no te has ido a casa―dijo, cruzando sus brazos―¿Por qué no estás ahí, huh?
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Lie to Me ➳ j.b #1
FanfictionAl final del día, él era la persona por la que quería llegar a casa. A él quería contarle como mi día había sido. Él era la persona con la que quería compartir mi felicidad, tristeza, frustración y mis logros... Pero era sólo eso: el querer poder ha...