Thirteen

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"Surprise, Surprise"

Crucé el umbral de la puerta principal y dejé mi abrigo y mis llaves sobre el sillón. Caminé lentamente por la casa, escuchando nada más que silencio y una luz tenue en el living proyectándose desde la televisión.

Crucé el living y mis ojos se encontraron con Zoe y Justin en el sofá durmiendo plácidamente. Ambos estaban acurrucados contra el otro, cubiertos por una delgada manta.

Mi corazón se hincho con amor y los observé durante minutos y minutos, incluso puedo jurar que hubiera estado más de una hora de no haber sido por los ojos de Justin encontrándose con los míos

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Mi corazón se hincho con amor y los observé durante minutos y minutos, incluso puedo jurar que hubiera estado más de una hora de no haber sido por los ojos de Justin encontrándose con los míos. Me sobresalté al ver sus ojos mieles abiertos y mirándome fijamente, con una pequeña sonrisa tirando de sus comisuras.

―¿Cómo ha ido todo?―murmuró, alejándose de Zoe un poco después de besar su mejilla.

―Todo bien―murmure, sentándome en la alfombra bajo el sillón.

―¿Por qué has llegado tarde?―el cuestionó.

―Son las seis solamente, Justin. Fue sólo una hora ―rodé los ojos juguetonamente.

Mi cuerpo se tensó, pensando en que cuestionaría el porque estaba llegando a casa a esta hora y tendría que darle la información, la cual no sé si estoy lista para dar aún, pero al ver que sus ojos se suavizaron notablemente, me relajé. Él parecía estar de buen humor ahora, no a diferencia del hoy por la mañana, ya que a penas si había podido decir buenos días sin herir mis sentimientos con su frialdad.

Apoyé mi cabeza en el borde del sofá, dónde estaba la cabeza de Zoe y la suya y su mano comenzó a acariciar mi cabello con gentileza, separando mis cabellos con sus dedos como las patas de una araña. Masajeó lentamente mi cabeza y eso parecía tener un efecto relajante, ya que el sueño comenzaba a pesar en mis parpados.

―¿Quieres ir a la cama?―le pregunté, al notar como caía dormido una vez más.

―Sí ―el murmuró, abrazando a Zoe―Llevaré a Zoe a su cuarto.

Él se levantó lentamente con Zoe en su regazo y luego los tres subimos las escaleras. Fui directo a nuestra habitación y me senté en el borde de la cama, quitando mis zapatos y mi ropa para dejar caer mi pijama en mi cuerpo.

Silenciosamente removí mi ropa y até mi cabello en un improvisado peinado, mientras mis ojos se concentraban en la muralla color crema pero mi mente divagaba en todos los sucesos de hoy. Caminé hasta el baño y quité el maquillaje de mi rostro, enjuagué mi rostro, tratando de despejar un poco mi confusión con el agua helada, pero parecía que mis pensamientos no se irían jamás.

Escuché los pasos de Justin en la habitación y la tensión de mi cuerpo se hizo presente. Me daba miedo estar cerca de él y soltar todo de mi boca, sin haberlo preparado previamente o sin haber estado preparada mentalmente para hacerlo, porque quizás, sea un momento fuerte y necesite estar preparada.

¿Debería decirle ahora o esperar un par de días? 

       »Sólo ve a dormir, Sienna«

(...)

Estacioné el auto frente al establecimiento y quité las llaves de la ignición, suspirando.

―¿Qué hacemos en el hospital?―Sabine me miró confundida y arrastró los ojos de mí al hospital repetidas veces.

―Necesito que me acompañes a hacer algo, porque no creo poder hacerlo sola.

―Esta... Bien.

Bajó del auto junto a mí y las dos caminamos hacia la entrada del hospital. Todo el tiempo me siguió en silencio y observando todo con cautela, como sí no hubiera estado jamás en un hospital. Finalmente habíamos llegado a la zona donde debía esperar para mi primer eco-grafía y ella entró en pánico.

―¿Por qué estamos de este lado del hospital? Que yo sepa, aún no es mi cita con el doctor para mi eco-grafía ―me dijo

―Es porque no es tu cita ―le dije, mordiendo mi labio ―Es la mía.

Su boca se abrió y sus ojos llegaron a su tope. Se sentó en el sofá perpleja y me miró totalmente atónita.  Las lágrimas no demoraron en llegar a sus ojos, y antes de que pudiera saberlo, estaba llorando junto a ella.

―No sabes lo feliz que me hace esto por ti ―ella dijo, abrazándome ―Oh mi dios.

Ella se mantuvo así todo el tiempo en el que estuvimos en el lugar. Sostuvo mi mano, completamente sorprendida cuando el ultrasonido estaba siendo realizado. 

Resulta que tenía cinco semanas de embarazo, lo cual lo hace como un mes y una semana. Sorprendente, ya que estuve todo ese tiempo sin síntomas algunos, cosa que para el embarazo de Zoe fue completamente diferente: Tuve nauseas hasta el cuarto mes de embarazo, antojos casi todo el período y mis pechos dolieron casi al primer mes, lo que me dejaba claro que algo raro estaba pasando. Pero con este embarazo, apenas sí tuve las nauseas, y creo que aquello fue causa de la anemia.

Pero, nunca es tarde para que todos esos síntomas lleguen.

Bajé de mi auto y caminé hacia la entrada de mi casa con Sabine pisándome los talones. La había hecho prometer no decir nada hasta que yo no estuviera preparada, lo que la tenía un poco angustiada con el hecho de entrar a mi casa.

―Justin suele llegar tarde, Sabine. Ryder ya estará aquí para entonces―rodé los ojos y la dejé entrar.

Ella cruzó la puerta y caminó delante de mi, y para cuando yo estaba cerrando la puerta, ella me estaba mirando con los ojos bien abiertos. Luego su mirada se fijó en un punto el cual yo no podía ver.

―Justin, hola―dijo Sabine.

Abrí los ojos y caminé rápidamente hacia donde Sabine estaba mirando. Entré en el living y me encontré con la figura de Justin y Krista.

Lie to Me ➳ j.b #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora