XIV

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El dolor en nuestras vidas es necesario, y somos unos tontos si nos negamos a ver su verdadero valor.
El dolor es el que nos permite apreciar la belleza de la vida, es el que hace más hermosas nuestras sonrisas.
Si me preguntas a mí, sufrí mucho. A veces, por tonterías, pero, otras, no. Si me preguntas, el año pasado fue fantástico, el mejor de mi vida, y, si me pides que te relate lo que hice mes a mes, descubrirás que pasé siete meses llorando a lágrima viva. Pero, aun así, fue asombroso. Aprendí tanto de cada gota que derramé y comencé a mirar al mundo con otros ojos.
El sufrimiento nos revela a quiénes amamos, quiénes nos aman, qué amamos, qué queremos, qué necesitamos y extrañamos, hacia dónde nos dirigimos y quiénes somos en verdad. Si sonriéramos todo el día, simplemente serían sonrisas falsas, sin significado alguno.
No hay que tener miedo al dolor. Debemos aceptarlo y dejar que nos moldee y, si es necesario, que nos golpee, porque es la única manera de despertar entre carcajadas al día siguiente. Tal vez no sea al día siguiente. Tal vez tarde semanas, meses, años... pero la vida nunca, nunca nos deja solos, y jamás, jamás permite que nos olvidemos de la belleza del planeta. Deja que te recuerde lo preciosa que es la vida.  

Érase una vez... una enfermedad poco frecuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora