Miranda Santorski es una chica que tiene 18 años de edad y vive con su madre, pues su padre falleció cuando tenía 11 años. La familia de su mamá la apoyan mucho pero llega un momento que Miranda tiene que empezar a trabajar así que se pone a buscar...
–Nash tú habías dicho apartamento—fue lo primero que se me vino a la mente.
–¿No te gusta? Viviremos en un sector cerrado y la casa es perfecta para lo dos. Ven, vamos a que la veas.
Me toma de la mano y me guía.
Estas casas son muy bonitas pero (siempre tiene que haber un pero) como están en una zona privada, han de estar los precios casi hasta el cielo.
Y no quiero que Nash gaste tanto, obviamente yo también le ayudaré a pagarla pero yo no soy del tipo de personas que vive en una casa ostentosa, o con cosas caras, porque nunca me acostumbraron de esa manera.
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Nash abre la puerta de la casa y entramos.
¡ES TODO TAN PERFECTO!
–Ven vamos a la cocina—me dice.
¡Dios! Me estoy enamorando de esta casa.
La cocina está toda equipada, se ve muy sencilla a simple vista. Aunque tiene de todo.
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–Ahora a nuestro cuarto—voy a morir: "NUESTRO".
Entramos y el cuarto es hermoso.
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Después de ver la casa, salimos al patio.
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–¿Y?
–Me encanta—sonríe.—Pero de seguro cuesta mucho.
–¿Estás bromeando? No debes de preocuparte por eso. Lo que sea para ti, además ya la pagué. Y antes de que digas algo, no fue para nada costosa.
Ruedo los ojos.
–No te enojes, yo hago esto por los dos—y me abraza por detrás.
Me volteo y lo beso.
–La mudanza comienza pasado mañana—dice él.
–Bien.
Me tengo despedir de esa casa.
Aún no encuentro un comprador seguro para la casa.
