Capitulo 31°

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Ahora sí, todas mis esperanzas, desde las mas grandes hasta las mas pequeñas, habían quedado destruidas, la esperanza murió con ese beso, junto con mi propia felicidad.
-Siento que algo aquí dentro se rompió -dije en un aliento de voz y cerrando los ojos.
-Será mejor que nos vayamos -dijo Seol Hyun tomando de mi brazo- y perdón por insistir en venir aquí -añadió y solo asentí.
-Eso ya no importa, solo vámonos -musité. Me puse de pie y ella imitó mi acción, salimos del establecimiento y caminamos sin destino.
-¿Adónde vamos? -preguntó tímidamente - ¿quieres ir a mi casa o a la tuya? -añadió.
-No lo sé, no sé qué hacer, qué decir, qué pensar... -mi tono de voz disminuía poco a poco.
-A veces nos hace bien desahogarnos.
-Lo sé -admití-, pero no me gustaría que la gente me viera... mejor acompáñame a mi casa -concluí.

Doblamos en una esquina para dirigirnos hacia mi casa, caminamos en silencio durante varios minutos, a Seol Hyun siempre le ha incomodado el silencio pero esta vez se compadecía ante mi sufrimiento.
Trataba de despejar mi mente con cualquier cosa que se me cruzara, un pájaro, un perro, un árbol... pero todo fue en vano, aquella escena seguía en mi mente. ¿Por qué no logro distraerme hoy, si anteriormente lo hacía con facilidad?
Justamente una cuadra antes de llegar a mi casa, nos cruzamos con un chico un poco mas alto que yo, de tez blanca y cabello rizado... ¡cupido me jugaba sucio!
Corrí lo poco que quedaba de camino, mordía mis labios para evitar llorar, busqué mis llaves entre mis cosas y no las encontré, me rendí fácilmente, solté mi mochila y me senté en los escalones que estaban antes de la puerta de mi casa, y recargué mi cabeza en las barras. Las lágrimas me vencieron.
Seol Hyun no tardó en llegar.
-Corres rápido, eh -colocó una mano en mi hombro y se sentó a mi lado- se te cayeron tus llaves -extendió la mano y me las dio.
-Gracias -musité.
-Llora -frotó mi espalda- saca todo lo que te atormenta por dentro.
-Yo sólo quería que se unieran más, pero no exactamente de esa manera -admití. Las lágrimas inundaban mis mejillas y el nudo en mi garganta cada vez era más grande, tanto que me impedía hablar.
-No es fácil ver al chico que amas besándose con otra, ¿verdad? -dijo, haciéndome recordar que ella pasó por lo mismo.
- ¿Por qué cupido no nos deja ser felices? ¿Por qué nos hace todo esto? -no pude continuar con mi lluvia de preguntas, el nudo en mi garganta no me lo permitía, ella solo rodeó mi espalda con su brazo y me recargué en su hombro.
-Estas cosas pasan y no podemos hacer nada para evitarlas -dijo y sólo me acurruqué.
Tomé un profundo respiro, haciendo que el nudo en mi garganta desapareciera para que me dejara hablar, tenia muchas cosas que decir...
-La culpa la tuve yo, lo veía triste y sabía que podía hacer algo, por lo que no fui egoísta con él y lo ayudé... y terminé siendo egoísta conmigo misma, reanudé algo que algún día se hubiera superado...
-Ese fue tu error, no pensar en ti -dijo mientras acariciaba mi cabello.
-¿Qué debí de hacer? -musité.
-Haber dejado que él mismo se diera cuenta de sus sentimientos, ahora con esto, Jazmín lo ha cegado aún más.
Esas palabras fueron como un golpe bajo... o quizás mas arriba, en el corazón. Las lágrimas, ya era inevitable controlarlas.
-Sabes -la miré fijamente a los ojos -a veces llegaba a creer...o sentir, que Nick sentía algo por mi, algo mas que amistad, o quizás era que con la mas mínima muestra de cariño me hacía imaginar que me quería... -dejé de hablar, cerré mis ojos e imágenes venían a mi mente; cuando me hablaba, cuando me sonreía, cuando reía conmigo, cuando lo tenía muy cercas de mí, cuando me tomaba de la mano, cuando me contaba de su vida, de sus sentimientos...cuando me miraba a los ojos.


Y las lágrimas cesaban, era imposible contenerlas, ya ni siquiera hacia el intento de detenerlas, solo quería que salieran, junto con este dolor tan profundo, que me está matando por dentro...
-Tienes que decirle lo que sientes -me dijo en voz baja.
-¿Serviría de algo? -dije en un tono aún más bajo.
-Si se lo hubieras dicho antes de esto, quizás las cosas hubieran sido más fáciles...
-El hubiera no existe -la interrumpí antes de que continuara.
-Tienes razón, pero la vida sigue y tienes que levantarte de ahí.
-¿Crees que lo llegue a olvidar?
-Olvidar no es fácil, dímelo a mí -perdió su mirada en un punto lejano.
-¿Aún amas a Hong Ki? -ella sólo suspiró ante mi pregunta -entonces no es fácil -concluí.
-Pero tú eres más fuerte y sabes salir adelante.
-No trates de engañarme, me conozco a mi misma, soy débil.
-Y frágil -agregó y prosiguió- pero puedes cambiar si te lo propones, ¿serás más fuerte?
-Sí, seré más fuerte -dije con un ánimo que ni yo misma podría convencerme.
-Eso espero -sonrió y limpió mis mejillas con sus manos- tengo que irme, mi madre debe de estar furiosa, ¿estarás bien?

-Sí, no te preocupes por mi -intenté sonreír pero fracasé.
-Nos vemos mañana -se levantó- adiós
-Adiós.
Dio media vuelta y emprendió su camino, su figura se alejaba cada vez más y más hasta que
desapareció, entonces tomé mi mochila y mis llaves, entré a casa, mi mamá aun no llegaba pero eso era de esperarse. Subí a mi cuarto con pasos pesados, ya no lloraba, pero el dolor seguía ahí adentro.
Me senté en mi cama y después dejé caer mi cuerpo, abracé al peluche más grande que estaba en mi cama y perdí mi mirada en el techo, pensando en si las cosas cambiarían después de esto... Era muy temprano para dormir pero aún así, me quede dormida, creo que tantas lágrimas me
provocaron sueño.

Al día siguiente.
Entré al salón de clases, caminé cabizbaja hasta mi lugar, me senté y al instante Jong Hoon se giró hacia a mi. Las cosas no habían cambiado, me saludó como de costumbre y solo hice mi mayor esfuerzo para sonreír, a pesar de todo.
-Y, ¿Cómo estás? -me preguntó con una sonrisa en su rostro.
-¿Bien? -dije dubitativa e intentando sonreír.
-¿Estás bien? -preguntó interesado.
-Sí, ya te dije que estoy bien -intenté sonreír nuevamente, pero terminó como una mueca
horrible.
-No estás bien -me miró fijamente- tus ojos, tu mirada es diferente, como si hubieran
perdido ese brillo especial -me miraba atentamente. esto era de lo más raro, no podía no verlo, era como un imán y no se podía repeler, y lo raro aún no terminaba, sonreí sin la necesidad de fingir esa sonrisa, pero mis ojos se cristalizaron un poco y él lo notó.
-No -me advirtió- no llores, solo cuéntame -dijo demostrando demasiado interés- ¿es
por una persona que estás así?
-Sí -musité.
-¿Un hombre?
-Sí.
-¿Yong Hwa?
-No, definitivamente no, es por una persona mucho más cercana -dije dándole una pista y
quizás terminaría diciéndole todo lo que en verdad sentía.
-Mmm... cercana -meditó por escasos segundos- ¿Un familiar? ¡Tu hermano! -concluyó sin dejarme confirmar o negar- ¿lo extrañas?
Sólo suspiré profundamente y no dije nada, me estaba desesperando, ¿Cómo puede estar tan ciego y no verlo? Después del suspiro de desesperación, cerré mis ojos por esa misma desesperación. Él siguió hablando.
-Imagino que ese suspiro fue por él.
-No, no fue por él -dije para mis adentros. Abrí mis ojos.
-Pero no te pongas triste, todo va a estar bien -acomodó mi cabello y me estremecí- ahora
¿vas a sonreír y tus ojos brillaran? -no contesté ni sonreí, mucho menos brillaron mis ojos-
vamos Eun Ji, no estoy acostumbrado a ésta nueva Eun Ji.
-Deberías acostumbrarte -pensé en voz alta.
-¿Qué? ¿Piensas estar así de hoy en adelante?
-Sí -dije en voz baja.
-No, no tienes porque estar así, la vida no es tan mala.
-¿No? -pensé con sarcasmo, lo sé, eso es raro.


Tenía miles de palabras en la punta de mi lengua, pero no salían, terminé llorando de
desesperación, de impotencia pero en silencio, odio que me vean llorar, por lo que salí del salón sin importar si el profesor me reportaba, Nick salió detrás de mí.
-¡Eun Ji, espérame! -gritó y sólo apresuré el paso, no quería que me viera llorar.
Comencé a correr, bajé las escaleras de forma apresurada, atravesé las áreas verdes, y mientras más cercana escuchaba su voz, mas rápido corría, en realidad no quería verlo.

Terminé cansándome y me rendí, me senté en una de las tantas jardineras que había en la escuela. Sólo miraba mis pies y limpiaba las lágrimas, pero volvían a brotar, eran difíciles de controlar.
-Nunca te había visto así -dijo mientras se sentaba a mi lado.
No dije nada ni lo voltee a ver, por primera vez en mi vida, no quería verlo. Ocultaba mi rostro
con mi cabello.
-¿Por qué estas así? ¿Qué te hicieron? -dijo con tono de preocupación.
Las lágrimas dejaron de brotar, limpié mis mejillas y lo miré, con sólo mirarlo me daban ganas
de romper en llanto otra vez, pero me contuve. Jong Hoon al no recibir mi respuesta, siguió hablando.
-Está bien, no te cuestionaré nada, no soy quién para hacerlo. Sólo que no quiero verte así,
me destroza el alma -dijo con voz entrecortada.
Una lágrima me traicionó pero no deje de mirarlo, ni él a mi, su expresión se entristecía
también, y no entendí por qué. Él continúo hablando.
-He visto gente llorar y no siento nada, pero contigo es diferente, ni siquiera puedo explicarlo,
me destroza el alma verte así. ¿Qué puedo hacer para que dejes de hacerlo?

CONTINUARÁ....


(FTISLAND) Querido... querido diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora