Capítulo 48º

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—No te vayas... —pidió y me detuve— te necesito... —dijo en voz muy baja pero audible, sus palabras me hicieron detenerme en seco.

No me giré para mirarlo, sólo me detuve dándole la espalda. Presionaba mis labios y mis ojos para reprimir las lágrimas y lo hice. Ni una lágrima me traiciono esta vez. Di media vuelta para mirarlo, ya no se veía tan engreído como hace poco, pero tampoco parecía el chico de antes, del que me enamoré... era como la mitad del que amaba y la mitad del que odiaba. 

Sólo me quedé parada observándolo, tratando de decirle que necesitaba una explicación. Y me la dio.
—Me di cuenta de muchas cosas —dijo mientras caminaba lentamente hacia mi— por ejemplo que... todo el mundo me mentía, menos tú y que... te traté muy mal, no te merecías que te tratara de la forma en la que te traté, mi conciencia no me deja tranquilo —frunció los labios.
—¿Por qué después de tanto tiempo te diste cuenta?
—Nunca es tarde para reconocer los errores.
—Cierto —admití.
—Terminé con Cho Ah —dijo sin expresión en su rostro.
—¿Qué? —fue lo único que pude decir.
—Terminé con Cho Ah —lo repitió en el mismo tono y sin expresión alguna.
—Ah... creí que durarían más —dije sinceramente.
—No me amaba, ama a Hong Ki —suspiró— tenías razón.
No dije nada. Sólo continúo hablando tranquilamente.
—Hong Ki también me mintió, ama a Cho Ah. Yo sólo hacía un mal tercio —seguía sin expresión alguna.
No dije nada.
—Fuiste la única que nunca me mintió y te pagué muy mal —dio tan sólo un paso para estar frente a mi... muy cercas— Eun Ji, sinceramente estoy arrepentido —dijo mientras me miraba fijamente y yo a él— será que, ¿podrías perdonarme?
—No lo sé...
—Necesito tu perdón, no sabes como me ha dado vueltas la cabeza últimamente, ¿me perdonas? —me miro pero después bajó su mirada, parecía avergonzado.
Era difícil hacerlo, me hicieron mucho daño sus palabras y sobre todo su comportamiento, motivo suficiente para odiarlo y siendo sincera, no me resulta muy difícil odiar a los hombres, pero...él era diferente, por una extraña razón, no podía odiarlo. A pesar de todo, no le guardo algún rencor...

El que estuviera aquí, era motivo suficiente para perdonarlo.
—Sí Jong Hoon, te perdono —dije y extrañamente las comisuras de mis labios se curvearon.
—¿En serio? —levantó su mirada y sólo asentí— gracias —dijo y se lanzó a mis brazos, abrazándome fuertemente, sonreí para mis adentros.
—Quiero pedirte algo más —dijo mientras se separaba de mis brazos.
—Bien, dime.
—Ya no quiero que seas mi amiga.
—¿¡QUÉ!? —le grité realmente alterada.
¿Cómo me pide eso? Entonces, ¿sólo me pidió perdón para limpiar su conciencia? ¡Qué clase de hombre es! Creí que en realidad quería volver a los viejos tiempos...
—Quiero que seas mi novia.
—¿¡QUE!? —esta vez no grité, sólo que... no esperaba esto.
—Eun Ji, ¿quieres ser mi novia?
—Ah... bueno... ¿eh? —vacilé. Mi boca y mis pensamientos no estaban de acuerdo— pero... me acabas de decir que apenas terminaste con Cho Ah.
—No —dijo al instante —ya tenía varios días de haber terminado con ella.
—Pero...
La oración quedo incompleta, ¿en realidad había un pero? Todo era tan raro, tan inesperado, pero no era algo anormal, siempre resultaba ser inesperado y eso era lo que lo hacía realmente especial. Pero, ¿y lo especial? Siempre soñé con este momento y pensé que sería de lo más romántico y detallista, que me diría palabras bonitas junto con una rosa, no lo sé, lo imaginé de muchas formas pero nunca así. Tan...tan simple. Pero bueno, la realidad y la fantasía siempre han sido tan distintas. Nada, nada es perfecto, ni lo que creí perfecto. Pero, ¿qué podemos hacerle?

—Eun Ji, ¿quieres ser mi novia? —lo repitió, como si no lo hubiera escuchado.
La pregunta en sí, tenia una respuesta obvia. Pero, ¿por qué lo pienso tanto? Había cosas extrañas, cosas que no encajaban y cosas que faltaban, pero ¿qué más da? Es lo que siempre he querido y en realidad no me importa nada más. Esto no es algo que se deba pensar, sólo se siente si se desea y obviamente sí, lo quiero como a nadie, no tenía nada más que pensar. Lo quiero y quiero estar junto a el. Además, que podría ser más especial que "Eun Ji, ¿quieres ser mi novia?"
—Sí Jong Hoon, sí quiero ser tu novia —dije con real emoción en mi voz.
Me miraba de forma rara, sin expresión alguna en su rostro, ni emoción pero tampoco tristeza, ni siquiera puedo explicarlo, sentí un vacío en mi estomago, empecé a atormentarme por dentro, no sabía si estaba feliz o triste, simplemente no podía explicarlo.
Sólo lo miraba muy desconcertada. Por inercia, bajé mi mirada. Esperaba una frase romántica, o al menos una palabra bonita que finalizara el momento, pero nada.
De pronto, sentí como me rodeó con sus brazos, tengo que admitir que eso fue inesperado.

Fue un abrazo tan sincero, me presionaba con fuerza pero con demasiado aprecio, él me aferraba demasiado a su cuerpo, como si no me quisiera dejar ir, hundía su cabeza en mi hombro, me enterneció su abrazo y dejé de pensar en tonterías. Quizás se había convertido en uno de esos chicos que no saben demostrar lo que sienten con palabras pero lo hacen con afecto. Sin duda, era el día más feliz de mi vida.

Después del abrazo mas sincero que me había dado, nos separamos y sonreía tontamente, lo que causó que el también lo hiciera, en el momento en el que sus labios se curvearon para formar una encantadora sonrisa, me quedé mirándolo como una tonta, su sonrisa en recuerdos no se podía comparar con la de hoy. Él no decía nada y en realidad no me importaba, el timbre sonó y tuvimos que irnos de ahí.

Entramos a nuestra aula y todos nos veían, fue tan obvio que hasta guardaron silencio y sólo
sentía sus miradas, ni siquiera estábamos tomados de la mano, sólo entramos juntos y ya.
Se sentó en su lugar y yo en el mío, se giró hacia mí para hablar.
—No me gusta ser el centro de atención —dijo en voz baja.
—A mi tampoco.
Tenía miedo a que después de lo sucedido nuestra comunicación no fuera la misma.
Pero no fue así, comenzamos a hablar.
—Cuando nos distanciamos, sólo una vez te vi en el comedor, ¿adónde te ibas en los recesos?—preguntó él, se veía tenso.
—Arriba, en la terraza.
—¿Con quién?
—Sola.
—¿En serio?
—Sí, ¿con quién mas? Olvidas que soy antisocial.
—No lo eres —me regañó— lo dice la gente y empiezas a creerlo.
—Sí lo soy, no tengo muchos amigos.
—Pero porque no quieres, no porque no puedas.
—Bueno... —no pude decir nada.
—Las personas antisociales hablan muy poco y tú, muchas veces es difícil que dejes de hablar—su expresión fue de ¿miedo?
—¡Oye! —exclamé ofendida.
—Bromeaba —rió levemente— ya en serio, yo pienso que te acercas sólo a personas que te
inspiran confianza, no te acercas a las demás porque tienes un miedo dentro de ti —dijo con una mano en la barbilla.
—¿Qué? —fruncí el ceño y lo miré extrañada— sentí que hablaba con un psicólogo—confesé y después reí.
—Cierto, eso fue raro —paso una mano por su cabello.
Entró el profesor de física y tuvimos que guardar silencio. Empezó su clase y como siempre,
explicaba demasiado, no dejaba de hablar y me estaba aburriendo. Jong Hoon se giró hacia mi y volvió a hablar conmigo, sin importarle si el profesor lo regañaba.
—Siempre me aburre su clase —comentó en voz baja.
—A mi todas las clases, já —dije descaradamente.
—Cierto, olvidé que hablaba con la chica que se distrae en clase.
—¿Yo? Dímelo tú que ni siquiera estas poniendo atención.
—Pero no estoy distraído —dijo defendiéndose— además, estoy haciendo algo productivo.
—¿Cómo que?
—Me hacía falta platicar contigo, créeme, extrañaba esto —me sonrió.
—Yo también lo extrañaba —admití.

CONTINUARÁ.....

(FTISLAND) Querido... querido diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora