Sakura ya no es una niña, su vida ha sido tranquila y normal en los últimos años, hasta que extraños sucesos la llevarán a reencontrarse con el pasado, con viejos y nuevos amigos, además de misteriosos seres y nuevos poderes.
Una profecía está a pun...
—Contesta, contesta —susurraba Natsuki dando vueltas alrededor de su motocicleta estacionada a la orilla de la calle mientras trataba de concentrarse en la presencia de Meiling—. Vamos, no puedo encontrarte ¿Dónde demonios te metiste tonta?
Se suponía que estaría con Tomoyo, y fue la primera llamada que hizo tras no recibir respuesta en el celular de su amiga, pero no estaban juntas, así que tras un par de intentos más decidió llamar a alguien que de no recibir aviso de la situación seguro la mataría.
—¿Dónde estás? —dijo al escuchar que contestaban.
"Saliendo al fin del tránsito de esta loca ciudad, voy camino a la mansión"
—Meiling me llamó hace unos minutos, pero no dijo nada y ahora no contesta.
"Debe haberse equivocado"
—No puedo encontrar su presencia Ryu, no sé donde está.
"¿Los Huang He? Si alguno se atrevió a ponerle una mano encima los voy a..."
—No tiene sentido, les gusta confrontar ¿para qué me harían saber que la tienen y no dónde? No podría seguirlos, tampoco puede estar muerta porque así no les sirve de nada, no es que puedan hacerla desaparecer nada más, así que... —Se hizo el silencio unos segundos y aún cuando Ryu estaba desesperado no dijo nada, su hermana era conocida en la familia por sus procesos mentales analíticos, rara vez se le escapaba algo, pero esta vez— ¡No puede ser soy una idiota!
"Lo que sea no importa, dime ¿a dónde tengo que ir?" gritó Ryu arrancando nuevamente el motor de su camioneta dispuesto a encontrar a su chica.
—Daidouji la vio hace media hora, no pudo haber llegado a la Torre de Tokio en ese tiempo —dijo molesta consigo la joven japonesa mientras se montaba en su moto, había pasado lo obvio por alto.
"Y el otro punto que no puedes ver en la ciudad es la mansión" afirmó el mayor de los gemelos sabiendo que la barrera no permitía que nadie encontrará a las personas bajo su protección, sin embargo Meiling aún podría estar en problemas "Voy en camino, estoy a diez minutos"
—Te piso los talones —dijo terminando la llamada se colocó el casco y salió a toda velocidad hacía ellos.
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—No vas a decirme entonces que estabas pensando en el restaurante.
—Dime tu primero —pidió Sakura—. También estabas pensando algo extraño, tuviste la misma reacción.
—De acuerdo, no quiero que me malinterpretes ni nada, sólo es algo que noté y...
—Vamos, sólo dilo y ya Syaoran —ordenó Sakura con una sonrisa.
—Pensaba que...pues yo nunca te había visto así, pero ya que puse atención...yo —tartamudeó Syaoran nervioso— creo que te queda muy bien el cabello ahora, la última vez que te vi apenas te llegaba al hombro, pero es más largo y te hace ver muy bien.
