—Señora Kaho ¿puedo preguntar algo?
—Claro pequeña, lo que quieras— dijo la antigua maestra de primaria mientras tomaba el té con Natsuki y su madre en la biblioteca de la mansión Ayuzawa —Puedo ver que estás un poco inquieta desde hace un rato—
—Lo lamento, es sólo que me parecía algo descortés, pero necesito saber— contestó la joven mirando sus manos avergonzada —¿Pasó algo con el señor Wheatley?—
La madre de los gemelos sonrió levemente, sorprendida por la habilidad de su hija para notar cosas tan poco perceptibles, pues la acompañante de Eriol llevaba casi dos meses en Japón y no parecía tener intenciones de volver a Inglaterra aún con el peligro que se avecinaba.
—Perdón si he tocado una fibra sensible para usted, pero me preguntaba porque no ha tratado de comunicarse con él, debe estar preocupado, además no tiene razón para quedarse aquí, ya no es más la tutora de Eriol y la verdad es que sería muy prudente alejarse de la ciudad o al menos disfrutar del tiempo en familia, por si lo que viene no tiene un resultado...— se detuvo un momento a escoger la palabra adecuada para las desgracias que vendrían si la profecía del fin del mundo se cumplía —Un resultado agradable—
—No digas esas cosas, debes confiar en que todo terminará bien— dijo su madre sonriendo, dándole a Natsuki una razón más para pensar que Kaho perdía tiempo valioso para estar con su familia.
—Tal vez se encuentre preocupado, no estuvo de acuerdo en que yo viniera, pero no había mucho que pudiera hacer para detenerme, así como algo me llamó a Europa hace años, algo me ha llamado de regreso a Japón ahora, tengo un mal presentimiento, algo en mi corazón me dice que tengo que estar aquí y ahora—
—¿Pero su esposo debe estar extrañándola?—
—No lo creo, Theo y yo nos divorciamos hace unos meses—
—Pero hacían tan bonita pareja— dijo Sayaka con tristeza fingida, pues ya lo sabía —Se veían bien juntos—
—Pues tal vez sólo eso, nuestro último año yo pasaba la mayor parte del tiempo en la Universidad dando clases de japonés o en casa de Eriol con Lady Hirahisawa, mientras él viajaba por sus negocios, iba a reuniones con sus socios y cada vez estábamos más lejos y aquello parecía no molestarnos—
—Yo le pido una disculpa señora, sabe que no era mi intención hacerla recordar un momento amargo—
—No te preocupes linda, me casé por amor, y es la misma razón por la que decidimos separarnos, fuimos amigos desde que yo llegué a Londres, nos casamos y vivimos felices, pero al final no funcionó y preferimos dejar las cosas en armonía antes de odiarnos, la verdad es que no tengo nada a que volver a Europa, además...—
—Hay alguien aquí que la necesita— dijo Sayaka interrumpiendo los pensamientos de Kaho —Ese presentimiento que tienes es un eco del pasado, el hilo rojo del destino vibrando para traerte de vuelta al lugar donde debes estar—
—Y sus números de la suerte son 7, 14, 2 y 18— agregó Natsuki con un toque de comedia, su madre acababa de hacer una predicción para la señora Mizuki, quien reía ante el chiste de la joven.
—¿Y tentaría mucho a mi fortuna si quisiera conocer la identidad de esa persona?— preguntó Kaho continuando el juego de las Ayuzawa, pero sabiendo que no obtendría la respuesta.
—Eso sería hacer trampa señorita Mizuki— le contestó Sayaka con un gracioso ademán de manos como simulando el regaño a un niño pequeño.
—Por eso prefieres no mirar en tu propio futuro ¿no madre?—
—Es un tema tabú para los videntes, además que de nada sirve, mientras el futuro de algunos puede ser maleable según sus decisiones, deseos y acciones, para los videntes es imposible cambiar las cosas que hay en su destino—
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Card Captor Sakura "La antigua Profecía"
De TodoSakura ya no es una niña, su vida ha sido tranquila y normal en los últimos años, hasta que extraños sucesos la llevarán a reencontrarse con el pasado, con viejos y nuevos amigos, además de misteriosos seres y nuevos poderes. Una profecía está a pun...