Sakura ya no es una niña, su vida ha sido tranquila y normal en los últimos años, hasta que extraños sucesos la llevarán a reencontrarse con el pasado, con viejos y nuevos amigos, además de misteriosos seres y nuevos poderes.
Una profecía está a pun...
Los guardianes se sintieron llenos de vitalidad otra vez, parecía que todo el cansancio, tras la batalla con el ejército de sombras de Gao, había quedado borrado en un segundo. El brillo bajo sus pies era nada más y nada menos que el símbolo del dragón, el sello mágico de Tsuki.
—Váyanse de aquí —ordenó sin atreverse a mirar a nadie.
—No debiste hacer eso —expresó Gao con un dejo de satisfacción en la voz—. Sé que has usado mucha magia poderosa, este inútil acto de amor te ha llevado al límite.
—¿Tsuki? —preguntó Kaii con un susurro casi inaudible mientras Nakuru lo retenía del brazo —¿Qué pasa?
—No se acerquen —reprochó la chica con el hombro aún retenido por la espada contra el suelo—. Por una maldita vez, sólo por una vez hagan lo que les digo. Eriol no dejes caer la barrera, lamento pedírtelo, pero no ahora.
—Vaya, vaya ¿Quién diría que podrías resistir tanto? Sin duda eres fuerte, y eso lo hace más divertido para mí —dijo Gao caminando de vuelta hacía la ninja; Eriol, Kaii y los guardianes ya no eran de su interés, finalmente Natsuki había sucumbido, todo ese poder demoniaco que corría por sus venas se liberaría de un momento a otro— ¿Cuánta pena producirá en tu corazón destrozar a aquellos que añoras proteger?
Los guardianes se miraron decididos, tal vez no estaban bajo las órdenes de Tsuki, pero ella les había dado la energía mágica suficiente para cumplir con su deber: salvar a Eriol. Así pues, Spinel jaló a su amo con cuidado, él comprendió perfectamente y rodeó con sus brazos el cuello del felino. La chica con alas de mariposa estaba por abrazar la cintura de Kaii cuando éste corrió hacia su amada. Eriol soltó a Spinel y le indicó que detuviera a su hermano, Nakuru reaccionó y tomó al menor de los Hiragizawa en sus brazos y emprendió el vuelo hacía la base de la Torre.
Gao miró con enferma fascinación al inglés y el guardián, se habían quedado pasmados a dos pasos de Tsuki, aún estaba en el suelo de rodillas y con el arma clavada, pero no se quejaba, de hecho, no emitía ningún ruido, sólo había un líquido espeso y negro manchando la tela alrededor de la herida; lo que anteriormente habían sido unos hermosos ojos bicolores, ahora sólo portaban un tono ámbar, las venas en sus pómulos se marcaban en un tono obscuro.
Spinel se interpuso entre la pareja, empujando a Kaii de tal manera que cayera sobre su lomo, se lanzó al aire desdoblando sus alas y contemplando con tristeza a su amiga. Lo último que Kaii vio fue a Tsuki tocar la espada y romper la empuñadura, todo sin reflejar expresión alguna.
—Así que este es el verdadero poder que guardabas —dijo Gao caminando tranquilamente alrededor de la joven, el sonido de la hoja rota del arma golpeando al caer, fue el único sonido emitido por ella—. Ya veo por qué lo escondieron de los demás aliados, sería un gran escándalo que los Ayuzawa tuvieran a alguien como tú de su lado, menos mal que ahora eres mía.
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—Es tiempo Sakura, ella liberó su poder —declaró Eriol mientras Yukito revisa sus signos vitales, en realidad no tenía más que algunos golpes menores, sin embargo, respiraba con dificultad y su pulso era agitado—. Debes ir.
