Capítulo 31. El recuento de los daños

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—Dentro de unos días se cumplen dos meses, estamos ya a 18 de febrero de un año nuevo, tuvimos que saltarnos los festejos de navidad porque los ánimos no estaban para ello. La versión pública es que tuvimos un accidente de auto, lo cual fue respaldado por nuestros lastimados cuerpos y la camioneta bajo los escombros ¿La versión no oficial? Evitamos que el mundo se fuera al carajo... ¿Por qué te lo digo así? Pues porque es desalentador pensar en lo que no pudimos hacer, gran parte de la ciudad se vio afectada con los movimientos telúricos, las zonas de la Torre y Shinjuku quedaron bloqueadas por dos semanas debido a los destrozos, al menos no tuvimos que contestar preguntas en la estación de policía, un poco de magia y listo, aunque bueno tampoco es que pensáramos huir del país o algo así, algunos a estas alturas no hemos podido dejar el hospital.

—No ha sido fácil para nadie, la familia Kinomoto aún desconoce el paradero de la señorita Hitomi, la prometida del Doctor, que por cierto perdió su trabajo como administrador a raíz del derrumbe del Hospital Universitario. De los Hiragizawa, Eriol fue el primero en ser dado de alta, su principal desgaste fue mágico pues a pesar de lo acordado, el otorgó la mayor parte de la energía necesaria para los conjuros. Kaii estuvo unos días más pero aún está en revisión por todos los huesos que se rompió, fueron mandados a casa con la advertencia de mantenerse en reposo. Te preguntarás ¿Por qué está todo tan silencioso hoy? Bueno, es porque nuestro compañero de habitación por fin ha podido levantarse de la cama, salió a practicar con las muletas porque sus tobillos no han sanado por completo, además creo que hablará con Sakura de todo lo que pasó, ella se siente muy culpable y, tu tío Syaoran sólo quiere lo mejor para ella. Entiendo que no quieran preocuparnos, después de que casi te pierdo, tuve mucho miedo, pero aquí estamos y tú creces cada día, bebé, quiero que los cinco meses pasen muy rápido, para tenerte en mis brazos y que nos regales esa felicidad que tanto nos falta.

—¿Le cuentas todo lo que piensas? —dijo Ryu recargado en la pared.

—Si, me gusta —respondió Meiling mirándolo y luego acariciando su vientre con ternura—. Llegó papá.

—No deberías contarle cosas tristes.

—Él tiene que saber que habrá buenos y malos momentos, pero que debemos reponernos y ser fuertes por los que nos aman.

—Aún es un bebé muy pequeño para entender cosas tan complicadas, además podría ser ella.

—No —susurró la joven china con un gesto infantil—. Estoy segura de que será un niño.

—¿Ahora puedes ver el futuro? —preguntó él poniendo su mano sobre las de ella y besando su frente.

—Tal vez, recuerda que tengo el espejo de tu madre.

—Es tuyo ahora, recuérdalo —Meiling se quedó pensativa en silencio perdiendo su sonrisa—. ¿Estás bien? ¿Te duele algo?

—Yukito dice que estás mucho mejor y podrás irte pronto

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—Yukito dice que estás mucho mejor y podrás irte pronto.

—Ojalá, ya no aguanto a tu hermano —dijo Syaoran irritado y luego se apenó un poco—. No es lo que quise decir, en general no me agradan los hospitales, estar en la cama todo el día, el ambiente, la comida...

Card Captor Sakura "La antigua Profecía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora