Sakura ya no es una niña, su vida ha sido tranquila y normal en los últimos años, hasta que extraños sucesos la llevarán a reencontrarse con el pasado, con viejos y nuevos amigos, además de misteriosos seres y nuevos poderes.
Una profecía está a pun...
Gracias a excelentes reflejos y rápidas acciones todos los magos habían conseguido evitar el intento de Liang por lanzarlos lejos de la plataforma. Eriol había sido sacado a tiempo por Nakuru en su apariencia de guardián y así activaron la kekkai desde las alturas, produciendo una ola expansiva que anuló toda la magia en la ciudad, sin embargo, un efecto no esperado se produjo complicando las cosas para sus amigos, por un momento incluso la Torre se vio envuelta en la barrera.
—No te vayas Ruby —ordenó Eriol parado sobre la estructura metálica cuando la guardiana trató de ayudar a los demás bajo ellos—. Si te alejas de mi te sucederá lo mismo que a Yué.
—Pero están en aprietos —dijo ella revoloteando con nerviosismo.
—Necesito expandir el área de uso de magia o no podremos hacer mucho de todos modos.
Yue había vuelto a su forma humana mientras trataba de alcanzar a Sakura, pero se convirtió en Yukito golpeado por la ráfaga de viento y rodando hasta caer a un lado de Suyin que sonrió con malicia al deshacer los amarres que la aprisionaban a la Torre.
Syaoran había alcanzado a abrazar a Sakura recibiendo el impacto del viento en la espalda, al ser empujados los dedos del hechicero se aferraron a la orilla mientras ella colgaba de su brazo libre.
Ryu desenfundó su katana y la clavó frente a él, se arrodilló y absorbiendo el golpe de frente, incluso pudo detener a Spinel volando sin control por la corriente cuando la kekkai lo devolvió a su pequeña forma de gatito.
La más rápida sin duda había sido Natsuki, ante el ataque de Yuan había evitado que Meiling fuera golpeada jalándola por el brazo, pero no se detuvo a esperar el embate del elemento manejado por Liang, dio unos pasos hacia el vacío con Meiling acuestas sobre su hombro derecho, sintió el cambio en la energía mágica, por lo que no podría depender de un hechizo. Con la mano izquierda jaló a Kaii hacía ella y saltó de la plataforma. Meiling comenzó a gritar y patalear cuando miró la gran altura a la que estaban.
—Me estás golpeando —dijo Kaii al ser agredido por Meiling en la cabeza, mientras trataba de sostenerse de la cintura de Tsuki.
—Maldición Mei, vas a matarnos a los tres, contrólate —ordenó la joven de ojos bicolor con los dedos de la mano izquierda clavados en el metal de la plataforma—. Cierra los ojos un momento.
Movió su mano derecha alrededor de la cintura de Meiling y desamarró una de sus cuchillas de media luna, la arrojó hacía el cristal frente a ellos y éste cedió al instante.
—Sostente bien, voy a quitar mi brazo sólo un momen... —al instante la chica Li se aferró con piernas y manos del cuello de su amiga aún sin atreverse a mirar—, no me ahorques.
Kaii entonces tomó la mano que Tsuki le ofreció y se balanceo hacia el interior del mirador con un aterrizaje torpe y luego doloroso cuando Meiling le cayó encima gritando aún más fuerte para finalmente, ver entrar a su rescatista con un ágil salto digno de un elegante felino, cualquier burla que ella estuviera preparando para el joven inglés se vio interrumpida por Meiling corriendo hacia el otro extremo del mirador para detener a Sakura, asomada por otro cristal roto.
—¿Qué haces? —regañó la joven china al ver a su amiga de la infancia llorando desconsolada con la mitad del cuerpo y sus manos apuntando hacia abajo.
—Déjame ir, me necesita, yo lo dejé caer ¿por qué me salvó?
De inmediato Kaii y compañía entendieron a quien se refería al ver a la chica de cabello castaño en ese estado tan desesperado.
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