¿El sexo cambia todo?

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skyiscrying
Después de haber pronunciado esas palabras me abalancé de nuevo hacia él.
Mis caricias se fueron a sus hermosos pectorales, no me imagino lo mucho que los a de ejercitar, Dios!
Hace un intento por pararse pero no lo logra, me hago a un lado, una vez parándose me vuelve a besar pero esta vez yo fui la que estaba en la barra sentada y el estaba de pie.
Llevo sus manos a mi espalda y bajaron a mi trasero, lo tomo empujándome a él para que así pudiera cargarme, enrrollé mis piernas en su cadera y mientras yo le acariciaba su espalda el besaba mi cuello, haciendo sentir tan extasiada de placer que de vez en cuando soltaba pequeños jadeos.
Me llevo cargando ágilmente por las escaleras, en dónde íbamos riendo porque casi caíamos pero gracias a su perfecto equilibrio nos sujetamos o más bien el se sujeto.
Cuando abrió la puerta de su cuarto se sentó conmigo aún encima y empezó a repartir deliciosos y calientes besos por mi cuello hasta llegar a mis bustos, solté una leve risa.
-De qué se ríe Srita. Morrel? -dijo mientras besaba mis pechos.
-Jajaja lo siento, suelo ser muy cosquilluda.
-Eso se puede arreglar. -oí con su tono meloso.
Sentí como me quito mi bata y la dejaba en algún lugar de la habitación.
Dejándome expuesta nada más en mi ropa interior, el deseo se reflejó en sus ojos cuando vio el sujetador que usaba, obviamente era uno de los que me dio la rubia.

Dejándome expuesta nada más en mi ropa interior, el deseo se reflejó en sus ojos cuando vio el sujetador que usaba, obviamente era uno de los que me dio la rubia

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-Adoro tu sujetador.
-Me lo imaginé. - jadeé mientras acariciaba su cabello.
-Este será mi sujetador favorito. Mi hermana tiene un buen gusto para ti.
Solté una leve carcajada y lo acerqué a mi más de lo que nuestros cuerpos nos lo permitieran y lo dejé acostado en el suave colchón.
Sentí como su amigo se despertaba porque estaba sentada cerca de él.
Presioné uno de los cajones que tenía en su mesa de noche y de eso saqué una envoltura plateada, la abrí con mi boca y se la enseñé.
-No creo que quieras hijos aún.
El río negando con la cabeza.
Se quitó el bóxer dejando libre su masculinidad mientras se ponía su protección.
Una vez dentro de mi, sentí un dolor que al poco tiempo se convirtió en placer...
Y después todo lo demás sólo están de testigo nuestros cuerpos y la noche.
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Día siguiente...
Oh mierda! Siento como la luz del sol entra por la ventana y estiro la mano para agarrar una almohada y mientras golpeó la cama siento que no hay almohadas, pero como siento algo o creo más bien alguien, abro delicadamente un ojo y miro.
Veo a la persona más perfecta con una bella sonrisa, de esas que me hacen babear, me giro y veo que me está viendo con una sonrisa burlona, a lo que yo lo miro confundida.
-No es que me molesta la posición en la que se encuentra tu hermosa mano, pero creo que no sabes en donde está colocada.
Miró mi mano y Oh!
-Bueno has dicho que no te molesta o si? -digo un poco ruborizada de la vergüenza.
-Y te encuentras bien?
-Perfecta.
-Creo que no sabes a lo que me refiero.
- Qué?
-Ponte de pie.
Obedezco y siento un leve dolor que me es similar a cuando tengo cólicos.
-Oh! Pero no es nada.
-Enserio? -se veía su sorpresa en los ojos.
Me acerqué a él posándome encima de su cadera.
-Claro, siento que...- me inclino en su oído. -Podríamos hacer la segunda ronda.
-Mmmm, es una idea tentadora. -Dice estremeciéndose mientras yo movía lentamente mi cadera encima de él.
-Así es, pero lastimosamente sólo es una idea, tenemos trabajo que hacer y no pienso llegar tarde, mi jefe esa muy mandón y me despediría.
-Oh, bueno, tu jefe es un aguafiestas.
-Ni te lo imaginas. -le di un casto beso y me bajé de encima suyo.
-Me ducharé, prometido. -dije girando sobre mis talones y enseñándole mi anillo, sentí un ligero golpe en mi glúteo derecho.
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Una vez llegando a la empresa, estacionó su coche y me abrió la puerta, para después extenderme la mano y así poder salir. Hoy venía con una sonrisa especialmente radiante y dejando ver su perfecta dentadura.
Mientras me bajaba del coche vi como había unos cuantos fotógrafos de la prensa, así que apresuramos nuestro paso.
Me tomó de la mano y entramos al enorme edificio. Por primera vez saludó a la recepcionista si no mal recuerdo se llamaba Elizabeth, la cual al escuchar su voz y su acto tan respetuoso viniendo de él, se sorprendió.
Nos adentramos al ascensor y me miró con un brillo en especial en sus ojos y me dedicó una de sus maravillosas sonrisas.
Le devolví el gesto y le di un beso en la mejilla antes de salir del ascensor para después sentarme en mi lugar de trabajo y organizar las juntas que tenía y había cancelado por lo mismo de la boda de su hermana.
Después de unas 4 horas, mis ojos pedían a gritos un descanso y como era hora de mi almuerzo decidí ir a avisarle a Jake, para ver si me quería acompañar.
Toqué dos veces y cuando iba a abrir la puerta Jake se adelantó.
-Justo iba a ir a buscarte.
-Oh! Yo venía a avisarte que iba a ir a comer, por si querías acompañarme o que te trajera algo. -le sonreí amablemente mientras le decía aquello.
-Tonterías. -frunció el ceño. -Te acompaño, vamos.
Me tomo de la mano arrastrándome hasta el elevador.
Cuando llegamos a recepción Elizabeth nos deseo un buen día con una sonrisa, con deje de emoción.
Me abrió la puerta del copiloto y casi se deslizaba por el cofre del carro para llegar a su asiento. Lo cual me causó gracia, ya que parecía otra persona, no la persona fría y gritona que hacía que mis tímpanos explotaran o que me trataba como una esclava, sino alguien cariñoso? Podría ser la palabra.
-Qué te parece si nos escapamos por hoy? -esbozo una sonrisa cómplice y me miró alzando sus cejas, mientras las movía de arriba a abajo.
-Me parece una idea... Fabulosa.

Jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora