El cálido sentimiento se instaló en su pecho como algo desconocido, una nueva emoción que no sabía reconocer ¿Por qué sellar de esa manera su contrato? El contacto, la calidez y una extraña opresión le confundían. Acarició el rostro durmiente y lo acomodó, con mucha dificultad, en su espalda. Miró a ambas chicas y comprobó que estuviesen fuera de peligro. Se alegró cuando dieron muestras de despertar y las abandonó. Tenía algo más importante que proteger.
Salió de la estancia donde el olor a sangre y muerte, que se mezclaba en los pasillos, eranpercibidos por el ángel con más claridad que antes. Las siluetas de los muertos sin nombre se juntaban en las sombras y extendían sus garras para tocarles, el rubio evitó mirarles y tarareó una melodía que resonaba en su cabeza y notó como los remordimientos con forma se tranquilizaban y deshacían. Sentimientos y rencores que tomaban forma, recuerdos de la silueta de sus fallecidos dueños, fragmentos de almas aferradas al lugar de su muerte.
Salió del edificio sin mirar atrás, sentía la energía negativa en cada sombra colindante ¿Cuántos sacrificios fueron llevados a cabo en ese lugar? Un susurro en su cabeza le decía que huyera, no estaba seguro en aquel lugar. Siguió adelante ¿A quién recurrir? No podían volver, no tenía fuerzas para un viaje como el que los llevó hasta aquel sitio, tampoco conocía el camino desde aquel lugar. Resignado, deambuló por las calles torcidas y barricadas improvisadas.
Tenía la certeza de que las palabras de Law eran ciertas, tanto el cielo como el infierno estaban tras ellos.
La ruinosa ciudad se extendía por donde miraran, la pobreza y los vagabundos estaban en todas las calles. A pesar de estar caminando sin un rumbo fijo, le pareció que algo guiaba sus pasos en una dirección determinada. Acomodó al peli verde en su espalda y siguió sus instintos, algo en alguna parte lo estaba llamando... algo que no podía describir. Finalmente, su camino terminó en una ruinosa iglesia, de cristales rotos y reparaciones toscas, su corazón se sintió como en casa y un deseo de llorar asaltó su mente. Con los pasos lentos y con el cuidado de no dañar mas a Zoro, ingresó al edificio donde le habían guiado sus pasos y fue recibido por la luz que atravesaba un roto ventanal central y que iluminaba una estatua rota de quien debía ser la virgen o Jesús... simplemente no se podía saber por su estado. Caminó por el ancho pasillo de madera gastada y dejó al peli verde en una de las bancas en mejor estado del lugar y, como si su instinto más primitivo se lo ordenase, rezó. Rezó con todas sus fuerzas por salvar al hombre herido junto a él, rezó para comprender la verdad tras ese pequeño infierno en la tierra y rezó por sus amigos, para que estuvieran a salvo.
− Vaya, no te conozco ¿Eres nuevo aquí?
Al levantar la vista en dirección a la voz, vio a un hombre con traje de sacerdote aparecer por una de las puertas del edificio. Era moreno y de sonrisa gentil, llevaba el cabello de color negro, como su hábito, largo y recogido en una cola que le llegaba hasta el hombro, unos ojos de color café oscuro y el semblante triste. Caminaba tranquilo en su dirección hasta ver al peli verde herido en una de las sillas de misa.
− Ven, podremos curarle aquí dentro –dijo señalando la puerta por la que había entrado.
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Con las alas en la tierra
FanficSus alas blancas se expandieron todo lo que podían, armonizando con su delgada figura, un bello ángel de cabellera rubia que, por desafiar a dios, recibió un castigo...