Parte 20: Las Revelaciones del Primer Evangelio.

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El encapuchado pareció contento con la sorpresa de todos, una ávida sonrisa se dejó ver bajo la negra capa y las arrugas antes visibles se ocultaron bajo una castaña barba desaliñada. Se aclaró la garganta y con voz madura llamó la atención de todos.


- Si, mis creaciones han producido más caos que bien a los humanos -dijo con voz solemne volviendo a captar el interés de todos -pero ninguna rebeldía se compara a la gran tragedia que protagonizaron ¡La Gran Tragedia de los Hijos!

- No es necesario -intentó detenerle Judas.

- ¡Oh, mi muchacho! La verdad debe saberse -exclamó casi con maldad -la verdad es la única arma que tienen -susurró misteriosamente.

- Díganos... ¿Cuál fue la gran tragedia? -intervino Usop ansioso - ¿Es sobre la traición?

- Mi querido humano -compadeció el dios -eso solo fue una cubierta.

- Explíquenos -ordenó Ace, con la mirada de un hombre que acababa de perder su fe. Alguien que necesitaba algo en que creer -por favor.


Y con una ancha sonrisa de hombre joven, el dios hizo un gesto con su brazo abarcando el grupo que poco a poco se había congregado frente a él. Y entonces, se dio a un nuevo relato del Primer Evangelio.




"Dos mujeres fueron escogidas al tiempo. Dos seres aparecieron ante ellas. Distinto día, otro lugar y diferente momento. Ambos anunciaron a cada una el nacimiento de un hijo y el nombre de este, les prometieron milagros y grandeza a sus niños. El tiempo pasó y ambos jóvenes crecieron, ingenuos de todo plan para ellos, vivieron sanos y con dones florecientes."

"No fue hasta adultos que su trágico destino comenzó. Cuando la primera conexión se estableció."

"Voces. Susurros persistentes con las primeras creaciones ¿Qué motivo había de crearlos si no podían interactuar con ellos? Y así, noche tras noche, los susurros se volvieron mas persistentes, los dones mas fuertes y por último fue la obligación. Si, ellos estaban obligados a obedecer, mostrar gratitud a sus creadores y obedecer sus voluntades."

"El primer hijo comenzó una cruzada, realizando milagros y prometiendo "riquezas" a quienes cumplían una serie de "requisitos". Fue una inteligente movida, por aquel tiempo el concepto de cielo e infierno ya estaba establecido por lo que solo debían aprovechar la constante pregunta ¿Qué hacer para ir al cielo y no al infierno?"




- Pero... usted dice que no todo es lo que creemos ¿Cuál es la diferencia entre los conceptos antiguos y actuales? -preguntó Usop.

- Bueno muchacho... -dijo pensativo - ¿Qué caracteriza a los que van al cielo?

- Los ¿buenos?

- No -sonrió con malicia -aquellos que respetan el orden, las leyes y las reglas -reveló -los que buscan tranquilidad y serenidad, los que no han caído en el caos.

- ¿Qué hay del infierno?

- Lo mismo lo rige, no son buenos ni malos -señaló -aquellos ávidos por el conocimiento, los intelectuales que no creían en las leyes como última barrera, los violentos, los astutos, todos aquellos que no respetan una autoridad.

Con las alas en la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora